Una noche inolvidable.Capitulo 3

Carlos :

Desde el momento que la vió , quedó prendido de sus ojos avellana y su cuerpo perfecto. Parecía una chica de sociedad y no una mujer de programa. Olia a lavanda y todos sus gestos eran hermosos y dulces.

No soy Molly , dijo. El la escuchó como entre un sueño.

Ella se sentó educadamente y colocó la servilleta en su regazo. Tomó un poco de vino y sus ojos brillaron más.

Conversó algunas frases con ella pero en realidad lo que quería era tocarla .

Se levantó y puso música romántica. Y antes de que ella dijera algo la tomó de la mano y le apretó contra su cuerpo.

Primero le tomó de la cintura, pero el cuerpo de Molly pegado al suyo, lo enloquecía.

Entonces tomó su cuello con ambas manos y la beso profundamente.

Ella correspondió a su beso con intensidad.

Carlos tuvo y tiene las mujeres que quiere, siempre. Pero está chica , se le metió en la cabeza en el instante que le vió.

Respirando agitado, sacó de su bolsillo un fajo de dólares y puso sobre la mesita.

_El pago más propina , dijo.

_ Escucheme, señor Hudson. Yo nunca ....

No le dejo continuar, necesitaba como loco el cuerpo y la boca de esa mujer junto a él.

_Volvio a abrazarla y comenzó a besarla en el oído, en el cuello y nuevamente en la boca.

Ella que al principio estaba rígida, se entregó por completo a sus caricias.

El le bajó el cierre de su vestido y este cayó al suelo. Ella con dedos temblorosos le desprendía la camisa mientras le daba pequeños besos en el pecho.

Esto lo incendió.

Se sacó los pantalones, los zapatos y le subió a horcajadas sobre su cintura.

Ella no usaba corpiño, sus pechos pequeños y erguidos daban muestras de su excitación.

_ Eres mayor de edad ,verdad ?

_Tengo 21, dijo.

Caminó con ella hasta el dormitorio mientras sus pechos golpeaban su cara.

_ Tranquilo, Carlos. Se dijo. Estás actuando como un puto pendejo. Esa reflexión interna , le llevó a hacer las cosas con más calma. Lento, para mayor disfrute.

La colocó en la cama, de sábanas blancas de raso y comenzó a besarla por todos lados. Le sacó las bragas y la llevo a su nariz. Sintió la fragancia de mujer sana y locamente excitada cómo él.

Su boca fue entonces a su ombligo, luego sus muslos y finalmente su sexo.

Ella gemia y decía incoherencias.

_Carlos , ya no aguanto más.

La penetración fue bastante difícil, la estrechez de su vagina lo llevó a gemir también de placer.

Pero cuando la penetró profundamente , y comenzó a moverse, ella enloqueció en sus brazos.

Comenzó timidamente y luego alocadamente a moverse con el ritmo maravilloso del amor.

Carlos, aceleró el movimiento de sus caderas y sintió los espasmos del orgasmo femenino. Y él, no pudiendo contenerse más, acabó junto a ella.

Una maravillosa paz lo inundó, mientras la besaba y abrazaba contra su pecho, mientras con la mano le separaba los mechones húmedos de transpiración de sus rizos.

Pero la noche recién comenzaba y todo su ser le decía que debía tener más.

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