Una Chica de Programa. Capitulo 2

Llegó a la confitería y allí estaba Molly, haciendo su trabajo. Dejó el bolso en una esquina detrás del mostrador y fue a sacar a su amiga el repasador con el que limpiaba las mesas .

_Que pasó Kitty. ¿Te hacía viajando hacia Córdoba?-

_ Ni me hables amiga. Sabes con quien viaja mí novio: con Alice.-

_Nooo...HDP...Te dije Kitty que esos dos no eran de fiar. --Molly tosía indignada por la situación.-

_ ¡Y pensar que está mañana le giré a Ali el dinero que me pidió para la renta !-

_Zorra! Eso lo gastará en el viajecito con tu novio-- me dijo.-

_ Ex novio ..Ex amiga. -Dije.- Deja ya Molly, yo sigo.-

Molly siguió tosiendo y estornudando . Después de servir una mesa , volví a la barra donde ella estaba juntando sus cosas para salir.

_ Molly, no sé cómo agradecerte. Estás mal y viniste por mí. Vete al hospital y ponte un inyectable y acuéstate amiga.

_ No puedo. Hoy tengo un caso. Y debo ir, son 2000 dólares amiga. Cesar me consiguió esa cita. Es con un empresario.

Cesar era el encargado del café y tenía esa otra función como un extra que le dejaba buenos billetes

_ Molly, deja esas salidas. No lo hagas. No está bien.

_Katty. Sabes que mí hermano está preso y lo necesito para pagar el abogado.

Le toqué la frente y ardía.

Le di un vaso de agua y una aspirina. Y le acompañe a un taxi.

_ ¡Cubreme está noche, Katty ! Por lo que me dijo César es un empresario joven. Quizás solo quiera compañía para cenar ¡ Vamos amiga !-

_Imposible, le dije, no sabría que hacer ni como comportarme. Lo siento Molly.-

_¡Hazlo por mí y por mí hermano ! te mandaré la dirección por mensaje -dijo. Y partió.

Entré a la confitería y seguí trabajando automáticamente. Terminó mí turno y saque mí bolso, cobré la tarde, y me tomé un taxi.

Mientras viajaba por las calles populosas de Buenos Aires , me llegó el mensaje de Molly.

_Hotel Rex. Piso 10 . Preséntate como Molly. ¡Ayudame amiga ! Señor Hudson.

_ ¿Cuando surge un camino inesperado, que hace usted ? le pregunté al taxista.

_ Lo tomo, me dijo. Aveces los caminos inesperados te llevan al lugar correcto, me contestó con una sonrisa.

Llegué al departamento. Tiré el bolso en un costado. Prendí mí laptop. Los curriculum que había enviado tuvieron algunas respuestas. Hasta había una empresa de Brasil que me citaba para una entrevista. Yo dominaba el portugués muy bien y me dió un cosquilleo de emoción poder conocer Brasil .

¿Y si realmente podía cambiar de vida ? ¿Me animaría a conocer y vivir en un país nuevo ?

Entré al baño. Me bañé y perfume. Eran ya las 20 ha. Con el rizador compuse mi cabello y me animé a maquillarme con cuidado. Elegí un rojo fuerte para los labios. Mire mí guardarropas , no tenía mucho para elegir. Había pocas prendas pero eran de marca. Tome la solera negra y tacones haciendo juego.

Me miré al espejo.

Vi una mujer bonita y elegante reflejado en él. Sonreí.

¿Parecía una zorra ? Porque eso sería está noche.

Parecía solo una mujer elegante con ojos tristes - -me dije.

Cerré la puerta y bajé a tomar un taxi.

Mí cita era a las 22 ha. El señor Hudson, me esperaba.

Llegué al Rex. Un hotel céntrico de cinco estrellas. Camine por el Hall y me acerqué a Recepción.

_ El Señor Hudson me espera.- dije.

_ Señorita Molly? Habitación 1022. Décimo piso, -me dijo y sonrió socarronamente la recepcionista.

Tomé el ascensor y recién allí , empecé a sentir pánico.

Siempre puedo gritar, pensé. Revisé mí cartera y el spray de pimienta estaba allí.

Bajé del ascensor. Toqué la puerta.

Un hombre alto, cabello rubio y ojos grises me abrió. Nuestros ojos se prendieron uno del otro.

_Molly ? -me dijo-. Pasa por favor.

Una mesa puesta con quesos, nueces y aceitunas, vino y copas se veía en la entrada de la habitación.

_Molly no pudo venir, le dije. Señor Hudson, yo le estoy cubriendo.

_Claro- me dijo.

Dejé mí cartera sobre una mesita pequeña, el me retiró con gentileza la silla y nos sentamos.

Me sirvió un vino exquisito. Lo probé con placer y comencé a picotear las exquisiteces de la mesa.

_ Me encantan las aceitunas ,- dije, con una sonrisa tímida.

_A mí también. Ya tenemos algo en común.

Se levantó y puso música. Me extendió la mano.

_¿Bailamos? Y sin esperar respuesta me arrojó contra su cuerpo.

Comenzamos a bailar y el mundo entero perdió Sentido. El primer beso fue de fuego abrazador y me hundió en el cielo o en el infierno.

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