Baile de Máscaras, parte 2 - Allura/Shiro

Ele me devuelve la sonrisa y empezamos a bailar.

*Shiro* - Estás guapa.

Yo - Gracias, tú tampoco estás nada mal. - Digo sonriendo**.

*Shiro* - ¿Quién era aquel contigo?

Abro la boca para contestar, pero me quedo sin saber qué decir durante unos segundos.

*Shiro* - ¿Todo bien?

*Yo* - Sí, solo me invitó a bailar, no lo conozco.

*Shiro* - Entonces, eso es, no esperaba verte aquí, ¿conoces a René?

*Yo* - ¿Quién?

*Shiro* - Por lo visto no, él es el dueño de la fiesta.

*Yo* - En realidad vine en lugar de una amiga mía.

*Shiro* - ¿Te está gustando?

*Yo* - ¿Qué?

*Shiro* - El baile.

*Yo* - Sí, es muy bonito aquí, pero un poco elegante para mí, no estoy acostumbrada.

*Shiro* - Yo tampoco suelo ir mucho a estos bailes.

En ese momento la música termina y nos aplauden.

*Shiro* - ¿Viniste en coche?

*Yo* - Pedí uno.

*Shiro* - ¿Quieres que te lleve a casa más tarde?

*Yo* - No quiero molestar.

*Shiro* - No será molestia, te lo prometo.

*Yo* - Entonces está bien, acepto.

Un hombre, de unos treinta años, le hace señas.

*Yo* - Puedes ir a hablar con él.

*Shiro* - Ok, nos vemos en un rato.

Él me sonríe y se dirige hacia el hombre, yo cojo una copa de vino de uno de los camareros y empiezo a caminar por el salón.

**** - ¿Allura?

Me giro y veo a Melissa.

*Yo* - Hola Melissa, no sabía que venías.

*Melissa* - Un amigo mío me invitó, tampoco esperaba verte aquí.

*Yo* - Otra coincidencia.

*Melissa* - La segunda jajaja

*Yo* - Sí jajaja

Hablamos bastante tiempo, realmente me gusta ella, espero que podamos ser amigas.

*Melissa* - Últimamente está siendo difícil, mi compañera de piso se va a vivir a casa de su novio.

*Yo* - ¿Y ya no tienes a nadie con quien compartir?

*Melissa* - No, y no puedo pagar el alquiler yo sola.

Últimamente, Stella y yo hemos discutido sobre tener otra compañera de piso, es que en el apartamento donde vivimos hay tres habitaciones y parece que el dueño va a subir el alquiler el próximo mes.

*Yo* - Puede que tenga una solución para ti.

*Melissa* - ¿Qué?

*Yo* - Stella y yo vivimos juntas en un apartamento y estábamos pensando en tener otra compañera de piso.

*Melissa* - ¡Eso sería genial!

*Yo* - Pero está un poco lejos de la empresa.

(Bastante lejos, en realidad.)

*Melissa* - No importa, me gusta ir en bicicleta a la empresa, es mi único ejercicio diario, además, está bien que sea más lejos.

*Yo* - Qué bien, solo no puedo confirmarlo sin hablar con Stella, pero casi seguro que estará de acuerdo. ¿Qué tal si vas esta semana?

*Melissa* - Puede ser, ya arreglaremos mejor por teléfono.

**** - Hola, Melissa, vamos, está tarde.

Dice un hombre detrás de mí, me giro y me encuentro con...

*Allura* - ¡Michael? ¡Hola!

*Michael* - Hola Allura, hace mucho tiempo.

Me abraza y besa en la frente a Melissa.

*Yo* - ¿Ustedes son...?

*Melissa* - No, nunca, ni lo pienses, lo conozco desde pequeña, somos prácticamente hermanos.

Se acerca a mi oído y susurra.

*Melissa* - Y no es mi tipo.

Le susurro de vuelta.

*Yo* - Es tipo de todo el mundo.

*Melissa* - ¿Incluso el tuyo?

Encogo los hombros y hago cara de no entender.

*Michael* - Hola, todavía estoy aquí.

*Yo* - Disculpa, nos vemos luego entonces.

*Melissa* - Hablamos después, adiós.

*Michael* - Adiós, nos vemos, ya que estoy aquí.

*Yo* - Nos hablamos por mensaje entonces.

Él me da un beso en la mejilla.

*Michael* - Adiós.

Ellos saludan con la mano y se marchan, cuando me giro me doy de frente con el pecho de alguien.

*Yo* - Ay.

*Shiro* - Disculpa.

*Yo* - Ah, eres tú.

*Shiro* - Sí.

No tenía muy buena cara.

*Shiro* - Parece que tal Michael también vino.

*Yo* - Sí, vino y Melissa también.

*Shiro* - Sí, lo vi.

*Yo* - ¿Todo bien?

*Shiro* - Claro, todo perfecto. ¿Quieres irte ya?

*Yo* - Puede ser, es tarde.

*Shiro* - Entonces vamos.

Salimos y nos dirigimos hacia su coche, los primeros minutos no hablamos mucho, pero cuando estábamos casi llegando él rompió el hielo.

*Shiro* - ¿Sigues hablando con Michael?

*Yo* - Sí, por teléfono algunas veces, es un buen amigo.

*Shiro* - Amigo...

Ele deja de hablar y sigue mirando hacia el frente.

*Yo* - Sí, es un buen amigo, no lo veo como algo más, estamos en la "Friendzone".

Cuando dije eso, estoy casi seguro de haber visto una pequeña sonrisa en su rostro.

Llegamos frente a mi edificio.

*Yo* - Entonces, me quedo aquí.

*Shiro* - Sí.

Él se voltea y me mira, comenzamos a mirarnos y de repente tengo ganas de besarle, ¡de la nada!

Comienzo a mirar sus labios y me doy cuenta de que están cada vez más cerca, pero no es él quien se está acercando, en cuestión de segundos estoy con la mano en su nuca besándole, él parece sorprendido al principio, pero devuelve el beso, nos separamos por falta de aire.

*Yo* - Buenas noches.

Digo y salgo corriendo del coche.

(¡¿Qué me pasó?! Este fue el momento de mayor valentía de mi vida! )

Después de un momento de vergüenza, me descubro sonriendo pensando en el beso.

Entro al edificio y voy a mi piso, sin cajas esta vez, entro y voy directo a mi habitación a dormir, ya son las 22:56 así que Stella ya debe estar durmiendo, ella trabaja mañana.

Me pongo el pijama y me voy a la cama, vuelvo a pensar en el beso y duermo como una idiota con una sonrisa en el rostro.

...

Shiro

...

Sonrío viendo esa sonrisa de ella, bailamos y luego voy a hablar con Renato, quien me saluda con la mano.

*Renato* - ¿Y qué? Veo que la chica de la fiesta está aquí.

*Yo* - Sí.

*Renato* - ¿La conoces, no? ¿Es tu... empleada?

*Yo* - Niñera de Marie, idiota.

*Renato* - Jajaja, mi memoria no es tan buena.

*Yo* - ¿No estás acompañado?

*Renato* - Siempre estoy acompañado.

Una chica que parece tener unos 20 años se acerca a nosotros.

*Renato* - Esta es Sara, Sara, este es mi amigo Shiro.

*Sara* - Mucho gusto.

Me extiende la mano y la saludo.

*Yo* - Mucho gusto.

*René* - ¿Y qué tal, gente?

René habla acercándose hacia nosotros.

*Renato* - ¿Ni tienes tiempo para estar con tus amigos, eh? Solo adulas a los viejos ricos que están en la fiesta.

Saluda a su tío mientras habla.

*Renato* - Le estoy saludando a uno ahora mismo.

*René* - Si hablas así de tu tío, ¿qué dirás de nosotros? jajaja

*Yo* - De ti hablo mucho.

Él se enfada y golpea a Renato.

*Renato* - ¡Eh! ¿Vas a creerle tan fácilmente?!

*René* - Mintió menos que tú conmigo.

*Yo* - Tú ni siquiera sabes la mitad.

Él golpea de nuevo a Renato.

*Renato* - ¡Ay!

Empiezan a discutir y yo miro hacia un lado, veo a Allura con Michael y Melissa.

*René* - Shiro.

*Yo* - ¿Qué?

Digo girándome hacia ellos.

*Renato* - Estás mirando a tu novia, ¿eh? jajaja

René mira hacia donde estaba mirando yo.

*René* - ¿No es la chica de la fiesta?

*Renato* - Sí, lo es.

*Yo* - Ella no es mi novia.

(Todavía.)

Este pensamiento viene a mi mente sin que lo note, en ese momento decido acercarme a ella.

*Yo* - Ya me voy, adiós.

*Renato* - ¿Ya?

*René* - Adiós.

Me doy la vuelta y voy hacia Allura, ella me choca sin querer y luego decidimos irnos, conversamos un poco en el camino y cuando ella mencionó que ella y Michael definitivamente solo iban a ser amigos, me sentí aliviado y le sonreí de lado, cuando llegamos, empezamos a mirarnos y yo estaba loco por besarla, estuve mirando esa boca carnosa con ese lápiz labial rojo y antes de darme cuenta ya la tenía pegada a la mía, después de recuperarme del susto, le devolví el beso, nos separamos por falta de aire.

*Allura* - Buenas noches.

Ella dice y sale corriendo del coche.

(Buenas noches.)

La miro y veo cuando se detiene un poco antes de entrar al edificio, cuando ella entra, me voy.

(Esto no me lo esperaba.)

Comienzo a sonreír como un tonto mientras pienso en el beso. Cuando llego a casa, subo las escaleras, voy a la habitación de Marie, le doy un besito a ella que ya estaba durmiendo y voy a mi habitación, me cambio de ropa y me tiro en la cama, comienzo a pensar en el beso de nuevo y duermo sonriendo.

René, 28 años:

Renato vivía en una pequeña ciudad junto a la costa. Tenía treinta años y llevaba una vida bastante tranquila. Trabajaba en una oficina como administrativo y tenía algunos hobbies como el ciclismo y la lectura. Renato tenía un carácter introvertido y le gustaba pasar tiempo a solas, reflexionando sobre su vida. Aunque disfrutaba de la compañía de sus amigos y familiares, necesitaba momentos de soledad para recargar energías. Renato también tenía un gran amor por los animales y tenía un perro llamado Max, con quien disfrutaba de largos paseos por la playa. En general, Renato era una persona feliz y satisfecha con su vida, pero siempre sentía un pequeño vacío en su corazón. Sintió que había algo que le faltaba, pero no podía identificar exactamente qué era. A medida que pasaban los años, esta sensación de vacío se intensificaba y Renato sabía que era hora de hacer un cambio en su vida. Decidió emprender un viaje por América Latina para descubrir nuevas culturas y perspectivas. Renato estaba emocionado por esta nueva aventura y sabía que, al final del recorrido, encontraría lo que tanto anhelaba.

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