Dia de comer besteiras - Allura

Despierto, tomo café y me voy a trabajar. Al llegar a la mansión saludo a Emma y voy a la habitación de Marie.

*Yo* - Es hora de despertar, princesa.

*Marie* - Buenos días, mamá.

Ella habla con voz somnolienta, la baño, la visto y bajamos a desayunar.

*Yo* - Qué buen olor, Emma.

*Emma* - Son panqueques.

*Marie* - ¡Yipii!

Marie corre a sentarse en la mesa y yo la sigo, recibo un mensaje de Shiro, él quiere que lleve a Marie a la oficina. Le respondo solo con un "Ok" porque me interrumpió mientras comía, pero sé que ya desayuné en casa. Sin embargo, los panqueques están muy buenos. Después de desayunar, visto a Marie y nos vamos a la empresa. Al llegar, la recepcionista me atiende y me indica el camino a la oficina de Shiro. Tomo a Marie, que todavía está adormilada, en brazos y subimos en el ascensor.

Cuando llegamos al piso de Shiro, me acerco a su secretaria.

*Secretaria* - Tú eres Allura, ¿verdad? De la entrevista.

*Yo* - Sí, soy yo. Vaya, tienes una excelente memoria.

*Secretaria* - Así es, me llamo Melissa, y por lo que veo conseguiste el trabajo. ¡Felicidades!

Ella me sonríe y me guía hacia la sala de Shiro. Después de dejar a Marie con él y con un hombre que supongo que es su padre, me voy.

Al llegar a casa, decido pasar el día viendo la televisión y comiendo porquerías. Voy al mercado cercano y lleno la cesta de chocolates, caramelos, refrescos y aperitivos.

Cuando llego a la caja, hay un hombre siendo atendido, así que espero. Cuando va a salir, choca conmigo.

*Yo* - ¡Oye!

Miro su rostro y me quedo boquiabierta, es mi ex, Gabriel.

*Yo* - ¿Qué haces aquí?

*Gabriel* - Comprando, ¿no?

*Yo* - ¡Sabes que no me refiero a eso!

Él me mira con una sonrisa traviesa y se va.

*Yo* - ¡Gabriel!

*Cajero* - Señorita, ya puede pasar.

*Yo* - Solo un segundo.

Me doy la vuelta hacia la puerta y él ya se había ido. Pago las cosas y vuelvo al apartamento, donde Stella está sentada en el sofá.

*Yo* - ¿Eh? ¿No deberías estar en el trabajo?

*Stella* - Hoy salí temprano, ya no había más clientes.

*Yo* - ¿Qué tal un día de diversión?

Le enseño la bolsa y ella me sonríe ampliamente, terminamos pasando todo el día viendo la televisión. Cuando ya era tarde, le cuento sobre Gabriel.

*Stella* - ¡No puedo creerlo!

*Yo* - Puedes creerlo, lo vi con mis propios ojos.

*Stella* - ¿Será que vino detrás de ti?

*Yo* - No sé, creo que no. Apenas cruzó dos palabras conmigo y se fue.

*Stella* - ¿Entonces qué vino a hacer a Nueva York?

Encogí de hombros y nos fuimos a dormir.

Me despierto para otro día de trabajo, me pongo una ropa cómoda, tomo solo un café negro y salgo de casa. Al salir siento a alguien observándome, miro hacia atrás, pero no hay nadie. Decido ignorarlo y voy a trabajar.

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