Capitulo 4 《Camino (parte 3)》

Al amanecer los pájaros cantaban y el aire fresco de la mañana estaba saludando, ellos sabían que todavía faltaba un largo tramo por recorrer para llegar, no sabían a donde solo tendrían qué salir de ese bosque para llegar al reino o algún otro lugar donde obtendrán nueva vida.

Ana—Lósif ¿dónde iremos?—

Lósif—vamos al reino o algún otro paraje, quiero abrir una panadería o algo así, después nos mantendremos de eso—

El niño mayor preparó un almuerzo con varios nutrientes qué serían esenciales para la caminada larga. Después de comer aguardaron todo y partieron rumbo a un destino desconocido.

Por el bosque todo era maleza no había ningún lugar que estuviese seco, la fauna estaba en su punto máximo se escuchan los sonidos de animales haciendo un eco y pasando corriendo.

Lósif estaba atento a cualquier animal salvaje qué quisiera atacar por la espalda estaba muy tenso el corazón a mil por hora, se preguntó si alguna vez esta espada pesada sería de utilidad o solo un adorno y retrasaría la velocidad.

Ana estaba asustada el camino sombreado por los grandes árboles y plantas estaban haciendo que se espantara además esos sonidos de animales no ayudan a calmar la ansiedad y miedo que tenía, ella aún estaba pensando en la muerte trágica de toda su familia, su hermana mayor que estaba embarazada había muerto de una forma brutal y sufrió tanto.

Lósif observó como Ana estaba perdida en los pensamientos y la dejo serlo, minutos después se arrepintió enfrente había un animal muy extrañó parecido a un mono, pero con una cola de iguana y ojos color blanco, él vio como Ana estaba yendo directo a ese animal, él le gritó qué se detenga, pero fue demasiado tarde la niña golpeó de lleno al animal y este reaccionó a consecuencia del golpe atacando a la niña que se asustó cuando vio al animal.

Ana—¡Ah! ¡Lósif! ¡Ayuda!—

Lósif inmediatamente dejó las cosas e hizo uso de la espada de hierro qué tenía cargando todo el camino, era hora de hacerlo para ver si servía esta gran espada o solo sería un estorbo con eso en mente él aceleró el paso.

Levantando la espada con las dos manos y dejando caer con todo el peso del cuerpo y gravedad, golpeó con el filo de la espada a la criatura en la cintura logrando hacer qué se parta en dos pedazos con goteos de sangre entre otros restos de tripas, el animal soltó las manos de la niña asustada y Ana rápidamente salió del alcance para ponerse a llorar en la espalda de Lósif y agarrar con fuerzas la ropa de este.

Ana—¡Lósif! ¡Lósif! ¡Lósif! ¡Lósif! ¡Sniff, sniff!—

La niña repetía el nombre del niño y lloraba a cascadas ella estaba aliviada ella pensó que esa criatura la estaba por matar. Entonces Iósif llego y la salvó de esa tragedia, ella estaba feliz de que no pasara nada, quería agradecerle al niño con toda su alma.

Lósif—tranquila Ana, todo está bien, esa criatura ya esta muerta, no te va a hacer daño—

Hablo el niño con una voz suave y tranquilizante, para acariciar la cabeza de la niña y tratar de que esta dejara de llorar.

Ana se calmó y volteó a ver a Lósif con su carita llorosa este también la observó y le regalo una sonrisa pequeña, ella vio la sonrisa y también sonrió inconscientemente.

Ana—¿qué era eso, Lósif?—

preguntó muy temerosa la chica y señalando al extraño animal salvaje qué estaba a punto de matarla.

Lósif—creo que es un chupacabras o algo así—

Respondió el niño rascándose la cabeza y mirando al animal, confundido él tampoco sabía que era exactamente esta cosa pero por los antiguos mitos y leyendas de México existe la posibilidad de que sea algún chupacabras, eso o es un mono normal de los que habitan aquí en este bosque misterioso.

Ana al escuchar la respuesta de Lósif esta también abrió la pequeña boca y después volteó a ver a Lósif de una manera muy confundida.

Ana—Lósif, ¿Qué es un chupacabras?—

Preguntó la niña a el chico confundido, Ana imagino que un chupacabras era alguna boca entreabierta qué chupaba cabras o alguna boca rara.

Lósif—hmp, un esto es hmm, no lose muy bien, porque tiene muchas formas la más común es que se parezca a algún perro o coyote desnutrido y pelón, pero creo que este de aquí(señala a la criatura) es un verdadero chupacabras y no uno falso— Respondió dándose una palmada en el pecho para enfatizar la verdad de sus palabras.

Ana estaba escuchando con absoluta seriedad todo lo que Lósif decía pero seguía confundida, solo asintió al ver que Lósif había terminado de hablar sobre el chupacabras o algo así.

Lósif se acercó al animal muerto y toco deliberadamente la piel pálida del mono accidentalmente unas gotas de sangre cayeron en el libro negro al estar en el suelo y partir en dos a la criatura esta soltó sangre por la presión de las arterias, Lósif observó como el libro brillo en una luz verde oscura él rápidamente tomó el libro y lo acercó a la sangre del animal para ver si se desbloqueaba de una vez para observar el contenido.

Ingrata fue la sorpresa al ver este increíble desarrolló, el libro se abrió y las páginas revoloteando estaba de principió a fin sin parar era un bucle, hasta que pararon para horror de Lósif y una luz verde entro entre los ojos de Lósif dando como resultado qué cayera para atrás con fuerza y salga un humo verde en la frente, el libro quedó en blanco sin nada solo todo blanco.

Ana al ver como Lósif salía volando para atrás por culpa del extraño libro la niña gritó llamándole por el nombre y rápidamente salió en la ayuda del niño, estaba llorando nuevamente al ver humo verde salir de la frente del niño moreno ella tenía miedo.

Ana—Lósif! Lósif! ¡despierta! no me dejes sólita, Lósif! ¡Lósif!— gritaba y golpeaba al niño tirado en el suelo ella estaba abrazándole y lloraba aún más al ver que el niño no despertaba.

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