|•Capitulo 18•|

..."La forma en que me haces sentir, no puedo describirla"....

Cuando llegué a la empresa después de ir a comprar ropa para Giulia —últimamente su corazonada para la ropa había sido terrible—, apenas había bajado del ascensor y Stella, la recepcionista del piso presidencial, vino hacia mí con malicia. Tuve que contenerme para no poner los ojos en blanco por el aburrimiento. Chica tiro!

— Creo que llega un poco tarde, señorita — tararea, arqueo una ceja en su dirección, no solo por el discurso, sino también por los botones desabrochados de su camisa que dejan ver sus senos.

A punto de pasar junto a ella y dirigirse a la oficina de Giu, Stella agarra mi antebrazo, haciendo que me detenga instantáneamente y la mire.

"Estoy seguro de que a la jefa no le gustará que te entrometas en sus asuntos, y es mejor que te diviertas", la voz era un ronroneo que en realidad me provocó náuseas.

Stella se acerca, en su mirada expresa la intención de besarme. De repente solté mi brazo y retrocedí un paso.

-¿De qué estás hablando? — Intento sonar lo menos irritado posible para que no haya precipitaciones por parte de la morena.

'Oh, estoy hablando de la rubia que asumo es la amante de la Sra. Paliwal' Se encoge de hombros, haciendo un puchero.

Miro hacia el techo, mirando de nuevo a la chica frente a mí. No tengo nada que decirle, así que retomo mi camino esta vez hacia mi salón de clases, pero nuevamente me detiene la misma persona que me sostiene del brazo. Con muchas ganas de desatar un aluvión de maldiciones contra Stella, me vuelvo hacia ella de nuevo.

- Qué. Estaba. De eso. Tiempo —siseo en su rostro, la paciencia colgando de un hilo para perderla para siempre.

"Es que nadie me ha negado nunca antes, ya sabes..." La sonrisa viperina en sus labios era aún más aburrida que su voz.

Antes de que pueda decir nada, Stella aprieta nuestros labios, pero rápidamente y sin delicadeza la empujo, limpiando su boca con mi mano con una mueca probablemente disgustada.

— Si alguien nunca antes te ha negado, dulce Stella — tomo su barbilla y sonrío mientras la miro a los ojos —, debes saber que para todo en la vida hay una primera vez.

Así salgo cerca de ella con las manos en los bolsillos, rumbo a mi habitación. Juré que escuché un resoplido y contuve la risa. Chica idiota, ¡literalmente! Cuando pasé frente a la puerta de la oficina de Giulia, todo parecía silencioso. Demasiado silencioso. Quizá se acabó la diversión por aquí. Fui realmente inocente al pensar que después de todo eso Giulia dejaría a Beatriz. Y si tuviéramos que pensar desde los dos puntos de vista de esta historia —entre ella y Sofya—, Gil puede ser considerada la más equivocada, pero es mi amiga. Y aunque esta tonta no puede resolver enfrentar su pasado y arreglarlo, lo que puedo hacer es ayudarla hasta que finalmente se reúna de valor.

Sé que al principio culpé a Sofya casi por completo, pero no había tenido tiempo de pensar en todo esto con calma hasta entonces. Aquella vez que dejé la empresa para ir de compras a Giu también me sirvió para reflexionar. Yo creo que ambos están equivocados, porque Sofya se involucró con una persona que aparentemente a Giulia no le cae bien porque la estaba coqueteando. Fue algo así como una puñalada por la espalda, incluso se podría suponer que ella engañó a mi amigo con este tipo antes, pero Sofya no parece ser ese tipo de persona. Giulia, en cambio, le dijo a la chica que volvería pero ella simplemente desapareció del mapa y en poco tiempo también se involucró con esa puta —que se joda, eso es lo que es— además de que escondió quién era. ella era de Sofya, realmente lo era, viviendo durante años como una persona falsa.

Yo particularmente me sentiría traicionado en el lugar de la niña, pero no tengo nada que ver con eso, para que Sofya y Giulia se vean y se entiendan, aunque estoy ayudando a Giulia a hacer lo contrario. Bueno, de todos modos, eventualmente tendrá que enfrentar los hechos y seguramente será mejor cuando esté lista, pero creo que debería enfrentar toda esta mierda para terminar con todo de una sola vez. Ella no parece pensar así, y el hecho de que yo diga lo que pienso no hará nada más que despertar su ira. Así que sí, permanecer en silencio es la mejor opción.

[…]

La mansión de la familia Coleman se parecía más a un palacio, pero de un grado estándar inferior al de la familia Paliwal. Exuberante e intimidante. Para aquellos que sabían que había todo tipo de asesinos allí, más intimidantes de lo habitual, de lo que ya es. La noche de luna llena entonces… me puso la piel de gallina. Giulia pareció notar lo mismo, mientras uno al lado del otro nos dirigíamos a la entrada detrás de uno de los guardias de seguridad. Cuando llegamos a la puerta principal, el hombre desapareció en la oscuridad que rodeaba la propiedad y si cerrar ese trato con el Sr. Coleman no fuera de extrema importancia para Giulia y la compañía, habría salido corriendo de allí antes de poner uno dentro de este. propiedad. Justo cuando estoy a punto de decirle algo a Giulia, aparece una mujer vestida de sirvienta que parece tener poco más de cincuenta años, abre la puerta y nos mira con lo que parece ser seria.

- ¡Sean bienvenidas! —hace espacio para que entremos y lo hacemos. - Sígame por favor.

Después de cerrar la puerta, la mujer comenzó a caminar, Giu la siguió y yo le di un espacio, siguiéndola justo detrás. Por cierto, en la parte trasera. Pasamos por una sala, un pasillo… hasta que finalmente empiezo a escuchar voces. En cuestión de segundos estamos en un comedor, lo siento si esto suena cursi, pero jodidamente elegante. Un hombre ya con canas estaba sentado en un extremo de la enorme mesa con una mujer también bastante madura y pelirroja a su derecha. Frente a ella había un hombre pelirrojo de treinta y tantos años o más. Todavía al lado de la mujer había una chica pelirroja también, esta familia es toda pelirroja por lo que parece, la hermana Melody me había dicho que sí. Dieciseis años.

Es ella; autoritaria, bella, sonriente: Melody. El asiento entre ella y su hermano mayor estaba vacío, presumiblemente el asiento de su hijo desaparecido. El Sr. Coleman tuvo cuatro hijos, Melody y el hombre desaparecido eran gemelos. La asesina despiadada y su temida sombra. Elijah era el sucesor de su padre y ya se ocupaba de casi todo en lo que se refería a los negocios - en su mayoría sucios - de la familia y fue precisamente con él que Giulia estaba cerrando la sociedad, pero como la orden final viene del Sr. Coleman, aquí somos.

Y finalmente, la niña más joven: Pearl. Esta sabía todo sobre tecnología y no tengo ninguna duda de que pronto será nombrada hacker oficial de la mafia. Si quiere, puede piratear mi teléfono celular ahora y descubrir todo sobre mi vida: mi vida está literalmente en mi teléfono celular. Esa familia se parecía más a una familia real llena de jerarquía que a un grupo de criminales advenedizos. Al menos eso es lo que los forasteros creen que son los mafiosos. Al vernos, Melody se levanta, viene hacia nosotros y susurra algo al oído de Giulia discretamente mientras la abraza. Y entonces ella viene hacia mí y siento que mi cuerpo se pone rígido con cada paso que da. Su sonrisa solo crece. Cuando me abraza, hago lo mejor que puedo para sonar normal para los demás, pero realmente tuve que buscar mi autocontrol perdido a una cuadra de distancia cuando me susurró sexy al oído:

"¡Te he estado extrañando, bombón!"

Cuando finalmente se aleja, respiro hondo y aprieto los puños a los costados para ocultar mi estado inestable. Si Melody no fuera una sicario de la mafia, estaría con ella. Puedes verlo, ¿no? ¡Maldita sea, mi presión arterial debe haber bajado de repente! No me preguntes por qué no acepto quién es la pelirroja. Los hechos del pasado a veces nos dejan traumas y heridas y quizás hable de eso en otro momento.

“Es bueno verte”, dice Melody, sonriendo de oreja a oreja junto al hermano que ni siquiera me di cuenta estaba de pie.

Debes estar pensando que el Sr. Coleman es la mediocridad por no levantarse para recibirnos, pero Elijah nos había advertido que su padre no lo haría porque estaba un poco débil por la cirugía.

“Se servirá la cena y nos pondremos manos a la obra poco después. Siéntanse cómodos, por favor.” De espaldas a su padre, Elijah nos ofreció una sonrisa de disculpa, más dirigida a Giulia.

Si Melody es amiga de la infancia de Giu, también debe haber vivido con Elijah, ya que él se muestra tan abierto con ella como con su hermana.

— Por mí está bien — asiente Giulia, la media sonrisa en dirección al hombre.

Elijah podría cubrir su espalda, pero nosotros no. Luego se dirigió a la mesa, trayendo temas para mí y Giu, quien miró al Sr. Coleman y le dio un asentimiento de reconocimiento. El hombre no había abierto la boca hasta entonces. Melody volvió a su asiento y se sirvió la cena. Entonces los Coleman empezaron a hablar. Pearl comenzó a hablar de moda con Giulia y las dos parecían muy unidas. Mi amigo sonríe de una forma que nunca antes había visto y se me ocurre una idea realmente estúpida. Si ese grupo de pelirrojos y ella fueran hermanos, si Giulia fuera una Coleman, tal vez hubiera sido más feliz, incluso si estuviera atrapada en la mafia.

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