|•Capitulo 12•|

Desencadenante: este capítulo puede contener escenas de violencia física y/o mental, mención de drogas ilegales y conducta inapropiada para menores.

..."Los secretos siempre saldrán a la luz, las promesas muchas veces se romperán y los amores casi siempre se olvidarán"....

Estoy en una caja con alguien, bueno, no puedo identificarlo, pero sigue siendo una niña. El clima se calentaba con cada caricia, cada toque atrevido, pero de repente —mierda, el corazón me saltó a la boca— siento que me jalan violentamente del brazo y me doy la vuelta molesto. Exhalo un poco aliviado al ver que es Alicia, cuando finalmente trato de mirarla a los ojos, los veo llenos de ira, puedo ver una extraña seriedad en su mirada. Intento en vano no encogerme de hombros: la culpa es de la maldita bebida y las drogas. Levanto a la otra mujer de mi regazo, sin importarme lo grosero que soy, y me giro en el sofá para mirar a Alicia de nuevo. Lícia da un paso adelante, acercándose, me encojo un poco.

— ¿Qué crees que está haciendo Giulia? dice hirviendo de rabia, escupiendo las palabras en mi cara mientras me arrebata el vaso de la mano, derramando todo el líquido en el suelo.

No digo nada, solo prefiero permanecer en silencio. A pesar de que estoy loco, siento que debo escucharla por mi propio bien ahora, después de todo, ¿qué sería de mí hoy sin ella?

— ¡Vaya, Giu! ¿Qué se te metió así de la nada? Nunca habías estado tan loca como ahora —le regaña Alicia.

— Para todo hay una primera vez — murmuro con cierta náusea repentina, ella suspira y tira de mí, haciéndome poner de pie mientras se dirige a un rincón más oscuro sin ceremonia.

"¡Vamos, escúpelo!" Lycia presiona entre sus dientes.

- ¿Qué? - digo confundida mientras me río sin razón, efecto del alcohol y las drogas.

— Algo pasó Giulia — toma mi codo, obligándome a enfrentarla —, no me engañes — su tono se suaviza y me suelta el brazo, preocupada.

Me apoyo torpemente contra la pared oscura y suspiro irónicamente.

"¿Alguna vez has oído hablar de los giros que toma el mundo?" Pregunto.

"¿Y eso qué tiene que ver con eso?" - pregunta confundido.

“Todo”, protesto riendo, mi cabeza da vueltas, la apoyo contra la pared.

— Si no te refieres a Giulia, no te entretengas y juegues con mi cara — afirma Alicia ligeramente irritada mientras exhala con fuerza por la nariz, resoplando.

"¿Crees que estoy en una posición para hablar de eso ahora?" Levanto una ceja.

"Al menos eres consciente de eso, ¿no?" ella sisea, tratando de controlar su temperamento irritable, al parecer.

— Te lo contaré todo cuando me sienta mejor — hablo segundos después, alejándome de la pared y Alicia me mira con desconfianza. - ¡Promesa! Declaro.

"¡Está bien, eso es suficiente!" Ella frunce el ceño, luciendo pensativa mientras mira el lugar en el que estaba sentado hace unos minutos. “Vamos”, dice Alicia, tomando mi mano y sacándome del club hacia la salida, en dirección al auto.

“Alicia”, digo, atrayendo su atención hacia mí antes de subir al vehículo.

- ¿Qué? gruñe.

“No puedo dejar mi auto aquí…” menciono.

— Dame la llave — extiende su mano abierta pidiendo el objeto, busco en mis bolsillos rápido y algo torpemente, finalmente colocándolo en la mano de mi amiga en segundos.

Alicia camina alrededor de su auto, dejándome parado allí mirándola. Ella se dirige hacia un hombre que está parado a unos metros de distancia, vestido con la ropa formal que suelen usar mis guardias de seguridad. La mujer le da órdenes con una expresión seria, probablemente que no diga nada a nadie sobre dónde estaba. Sonrío ampliamente ante la escena, subiendo al auto para esperar. Minutos después Alicia estaba a mi lado poniéndose el cinturón de seguridad.

“Bueno, ahora finalmente podemos ir a casa”, suspira, preparándose para encender el motor.

—¡No Licia! exclamo cruzándome de brazos.

— ¿No qué, Giulia? pregunta a mi lado mientras se marcha con el coche.

— No quiero ni puedo irme a casa ahora — discuto.

"¿Entonces adónde vamos?" Ella frunce el ceño, tomando un breve descanso. — No te voy a llevar a otro club o algo así aunque después me mates — declara enfatizando hasta la última palabra.

“Hospital por favor,” digo seriamente.

- ¿Para que? - Pregunta Alicia mientras cambia la marcha del coche. — Que yo sepa estás más que bien, aparte de que estás borracho hasta los huesos — dice sin apartar los ojos de la calle.

—No solo estoy borracha —murmuro, ganándome una mirada sorprendida de mi amigo.

“Tú…” susurra.

“Yo…” Trago saliva, mirando por la ventana. — Yo también me drogué, supongo… No puedo pensar con mucha claridad. Quiero sacar esta sustancia de mi cuerpo lo más rápido posible, la sensación ahora es horrible — digo siendo honesta, más sincera que nunca antes con nadie, incluso yo estoy sorprendida y Alicia me mira asombrada y irritada por el rabillo del ojo.

"¿En serio, Giulia?" - me regaña cambiando la ruta y me quedo en silencio.

Tomo coraje después de un largo tiempo de silencio, respirando. No me gusta ver a Alicia molesta, especialmente cuando soy yo.

“Creo que entenderás cuando sepas lo que me hizo hacer esto…

— ¿Desde cuándo consumes drogas? me interrumpe, sorprendiéndome con la repentina pregunta.

— Era la primera vez — digo la verdad.

- Giu... - insiste sospechosa.

"¡En serio, Alicia!" exclamo con un toque de desesperación.

— Está bien — exhala Lycia —, confío en ti — de todos modos.

Así que exhalo con alivio. Al rato, Alicia aparca el coche en el garaje de uno de los hospitales privados de nuestra red. Es más seguro, con las palabras correctas, las órdenes correctas, no hay posibilidad de filtrar la mierda que he hecho. Sí, ahora, así que poco a poco, estoy llegando, después de tantos medicamentos, puedo ver que estaba haciendo un gran ridículo. Al ver al médico salir de la habitación seguido de un enfermo con una bandeja, me dirijo a Alicia sentada en una silla junto a la camilla.

- Gracias - le digo y ella sonríe simplemente.

— Siempre haré lo que sea necesario para ayudarte Giu — toma mi mano entre las suyas, apretándola ligeramente por el suero en mi brazo — pero no deberías haber hecho eso. Puedo decir que te has dado cuenta ahora”—ella deja escapar una risita baja, yo solo sonrío en respuesta—“que estás más lúcido.

— Sí, estaba cometiendo un gran error — digo pensativa mirando la noche por la ventana.

“No pretendo presionar, pero estoy preocupada y curiosa…” Hace una pausa. — Mientras salía del ascensor y me dirigía a mi oficina, escuché el ruido de cosas que se rompían en tu oficina y me pregunté qué demonios estabas haciendo y me apresuré hacia allí. Cuando entré, no te encontré y solo vi a Beatriz, alterada, rompiendo esos jarrones que cuestan un ojo de la cara en ese estante de la pared del fondo. Con algo de esfuerzo logré sacar a esa loca de la empresa antes de que dejara todo tirado, pero antes de ser arrastrada por mí logró incluso romper ese marco de ella y Sofya con una furia irreconocible. Le pregunté qué pasó, pero ella simplemente no dijo nada que tuviera sentido, así que asumí que la dejaste y ella se asustó por eso, así que comencé a buscarte.

"Eso fue inimaginable", reflexiono.

- ¿Que fué que sucedió? ¿Qué te hizo hacer tal cosa? ¿Te has puesto a pensar si te fotografían y las suben a internet? Me vuelvo hacia Alicia de nuevo, su mirada se suaviza de nuevo.

Suspiro.

— Sí, lo pensé en el momento del acto pero ni siquiera me importó, la desesperación en ese momento era mayor que la razón — Aparto la mirada, frunciendo el ceño.

"Lo vi pero..."

“¿Recuerdas cuando te conté la tarde en que mi papá me dijo que tendría una hermana pequeña y una futura madrastra? La interrumpo y Alicia asiente con la cabeza. — Entonces… descubrí quién es mi hermana y mi ya considerable madrastra. Mi papá me envió una foto de ellos.

"¿Y no se supone que eso es algo bueno?" Ella inclina la cabeza hacia un lado.

- ¡Debería! Pero no fue un poco, inclino la cabeza. — ¿Recuerdas a Sofía?

"Sí". Hace una breve pausa, digiriendo la información. - ¡Esperar! ¿Está por ahí? Alicia dice desconcertada y yo solo asiento con la cabeza mordiéndome el labio inferior para contener las palabras sollozadas. "Dios mío... ¿c-cómo?" - tartamudea perpleja.

- ¡No lo sé! digo con voz ronca, encogiéndome de hombros. "El destino es impredecible, ¿no?" — comento riéndome de mi propia desgracia. “A estas alturas ella debe haber sabido quién soy durante mucho tiempo.

"¿Y qué vas a hacer ahora?" — pensativo.

- Nada. No hay nada que pueda hacer para ocultar quién soy y Sofya... bueno, ella siguió adelante.

- ¿Seguido adelante? Es demasiada información… ¿qué vas a hacer para evitarlo?

"No conocerla tal vez". Llegar tarde, hacer mi trabajo en la empresa temprano, volver a salir temprano... Podría mudarme al departamento en el centro, pero creo que sería bastante obvio para mi papá que prácticamente me estoy escapando.

“No, no lo creo”, dice Alicia en serio desacuerdo. — Dependerá de cómo se aborde el tema. Podemos hablar con él en la empresa o arreglar otro almuerzo, yo te puedo ayudar... dile cual te queda más cerca, ya que la empresa también está en el centro de la ciudad y has tenido mucho trabajo últimamente, él sabe cómo tienes tantas cosas que arreglar allí.

No querrá que viva solo. Me dirás que la casa es grande y espaciosa, más ahora que no está tan vacía como antes, ocupada por gente —hago una pausa. - ¡Tengo una idea! - exclamo haciendo que Alicia me mire curiosa y yo la miro fijamente. — Tú eres la solución, puedes venir a vivir conmigo. ¡Perfecto!

- Giulia... - intenta replicar.

— Alicia, estás viviendo en un departamento alquilado al lado del mío, puedes dejar de pagar y mudarte conmigo. Mi apartamento tiene mucho espacio para nosotros dos. ¡Por favor, vámonos! Ruego con un puchero.

Alicia se ríe y minutos después responde:

"Está bien, acepto". Pero es solo para ayudarte, ¿de acuerdo? él declara.

- ¡Ven aqui! - la llamo abriendo uno de mis brazos y ella viene abrazándome. “Gracias por todo Alicia.

Cuando nos separamos, ella se pone de pie en la pose de un soldado, llevándose la mano a la frente en uno de esos movimientos respetuosos.

— Siempre a tu servicio, Giulia.

[…]

Cuando Alicia estaciona el auto en el garaje, después de que finalmente salimos del hospital, salgo sin decir una palabra y camino por el jardín, hacia la puerta trasera, entro en la mansión y subo rápidamente las escaleras, dirigiéndome a mi habitación. Lícia sube detrás de mí con prisa, pero no la espero. Cuando llego a la habitación me tiro en la cama y poco después entra Alicia cansada y cierra la puerta, atraviesa la habitación y también se recuesta en un sillón al lado del balcón, donde la brisa fría del amanecer invadía la habitación, haciendo las cortinas se balancean y la luz de la luna entra sin ceremonia e ilumina bellamente el lugar.

"¡Podrías haberte tomado menos prisa!" No creo que sea necesario tanta prisa... - murmura respirando hondo al hablar.

- Tú que no sabes... - murmuro abriendo los brazos sobre la cama tan suave.

Nos quedamos en silencio un rato hasta que Alicia decidió romperlo.

— Es mejor ir a bañar a Giulia. Bajaré y hablaré con tu nueva familia e inventaré alguna excusa, luego te prepararé un refrigerio para la hora de acostarte; de ​​hecho, me muero de hambre. — Ya es tarde — Alicia revisa su celular frunciendo el ceño — es casi la una y media y aún hoy tendrás que madrugar porque tenemos mucho que hacer.

Lícia se levanta, encendiendo la luz del dormitorio. Suspiro y me dirijo a la suite sin decir nada, llenando la bañera y desvistiéndome, entrando en el agua tibia. ¿Qué voy a hacer con todo este lío?

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