|•Capitulo 6•|

..."No dejes que los pequeños obstáculos te hagan renunciar a tus sueños"....

Hoy será la ceremonia donde todo me será entregado — debo confesar que no estoy preparado para esto en absoluto, tal vez incluso si trato de prepararme, nunca estaré listo para esto. He estado en Nueva York durante dos días. A los dos días volví a mi antigua casa, donde está presente mi infancia. Fue difícil entrar a esta casa, incluso después de tantos años, porque todo estaba intacto, como antes, especialmente mi habitación y la de mis padres. Sin duda fue Edgar quien les ordenó que no cambiaran nada, solo limpiaran y dejaran el mismo escenario que el día que nos fuimos. El día después de la muerte de mi madre.

Los recuerdos se apoderaron de mí tan pronto como crucé la entrada principal. Si mi corazón ya estaba apretado, se puso aún más apretado. La parte que había estado intacta ahora también debe estar hecha jirones. Pasé horas caminando por la casa, recordando cada simple hecho que ocurría en cada parte de esa mansión. Cada palabra, cada sentimiento, cada acción... cada muestra de cariño, de amor. Acostumbrarse no ha sido fácil, ¿y quién puede decir que lo sería? — bueno, he llegado a un acuerdo con la muerte de mi madre — no tienes otra opción cuando pierdes a alguien que amas — pero volver al lugar donde sucedió todo no es fácil dos veces.

Cambiando de tema... dejando atrás el pasado devuelto otra vez... Odio la forma en que mi padre quiere que vaya a la ceremonia. Odio. Solo quiere que me vista como una "princesa" y todo eso, y eso es realmente ridículo. Hay mil y un maquilladores a mi alrededor y el maquillaje es una de las cosas que más odio, pero me veo obligada a usarlo. Tsk. Hace dos horas que no estoy sentado en la misma posición frente a un enorme tocador y gente de diferentes tipos y áreas se han acercado a hacerme algo. Uno aplica base, el otro me peina el pelo, fulano me peina las uñas, fulano me peina…sí, sí, una lista interminable. Si tuviera que decirlo todo, daría un libro y cuatro más. Cinco. ¿O es aún más?

Es olvidarlo.

Simplemente no sé para qué es todo esto. Ni siquiera es la hora del almuerzo todavía y la casa ya está en un apuro impresionante solo para mirar, y la ceremonia por el récord comenzará a las cinco de la tarde. Habla en serio! Sí, estoy cabreado como la mierda, ¿y qué? Voy a tener que mantener esto en mi cara hasta la tarde y el resto de la noche. Ojalá sea solo por hoy, porque si mañana me obligan a usarlo para otras cosas les voy a patear el culo a todos, no estoy obligado a aguantar eso. No tengo nada en contra de los que se maquillan, de los que trabajan con él, de hecho me parece precioso! Pero seamos realistas, este no es mi punto fuerte. Definitivamente no me conviene. No estaba destinado a ser utilizado por mí, eso es todo.

Cuando menos lo espero y cuando estoy a punto de estallar con tanta gente a mi alrededor —me siento sofocado—, mi padre entra en la sala llena, viniendo hacia mí, o al menos intentándolo, con tanta gente en el mismo lugar. tipo de imposible

- ¿Cómo te va? - habla con las manos en los bolsillos del pantalón durante cierta distancia, tanto como logró acercarse.

— Mal, muy mal — digo sin paciencia, seco.

— ¡Puedo ver que mi amada hija está de mal humor! - sarcástico.

"¡En serio papá!" - resoplido irritado. Sabes que odio a tanta gente a mi alrededor y en especial a ese tren en mi cara —digo mirándome en el espejo—, ¡esto definitivamente no me queda bien!

— Espera solo por hoy Giulia, después de la ceremonia estarás a cargo...

- ¿Determinado? Pareces muy resignado a ello... - Sospechoso.

"Absoluto", está de acuerdo. Ha demostrado que puede administrar la empresa tan bien como yo, de hecho, incluso mejor.

- ¡DE ACUERDO! Lo lograré hoy, pero sé que tengo muchas ganas de terminar con esto.

Se ríe y se aleja, dejando espacio al hormiguero que me rodea.

[ ... ]

Después de pasar el día con cientos – si se puede decir así, ya que debería decir miles – de personas a mi alrededor, por fin ahora estoy en el coche rumbo al lugar donde se realizará la ceremonia – con la misma capital. Mi padre está a mi lado, después de todo, tendremos que entrar juntos. Encuentro esto de caminar del brazo en fiestas elegantes un poco mezquino, pero por supuesto, si fuera Sofya, ni siquiera estaría pensando en eso. Si no fuera una etiqueta, la crearía para no dejar de lado mi pasión, que extraño tanto.

Miro por la ventana para ocultar el dolor en mis ojos, me queman. no puedo llorar No aquí, no ahora. Por ella misma. Cuando llegamos, Edgar baja del auto y lo rodea, abriéndome la puerta y ayudándome a salir, cerrándola luego y ofreciéndome su brazo el cual agarro y luego nos dirigimos a la entrada del lugar a través de una alfombra roja. que había sido colocado en el suelo. Todo muy bien planeado. No se imaginan lo mucho que tuve que escuchar de una persona que ni siquiera conozco antes de salir de casa como si me estuviera imponiendo reglas, que son: (1) no te bajes del auto hasta que Edgar te abre la puerta. (2) ir del brazo con él, se trata de etiqueta. (3) sonría, sea amable pero discreto. (4) hablar sólo si es necesario… y unas decenas de imposiciones más.

¡Incluso hablar aparentemente me está prohibido! ¿Me lo merezco? Casi dejo la huella de mi mano en la cara del cascarrabias cuando dijo eso, ¡de verdad! quién se cree que es? ¡La etiqueta de mierda! Hay miles de reporteros fotografiándonos y más adentro a los invitados vestidos formalmente con sus esposas a su lado. Any y Alicia estaban más adelante esperándonos. Alicia, la hija de Anya. Como ella es la secretaria de mi padre, preferí que Lícia fuera mi secretaria, ya que ambos son muy dedicados. Es como dice el refrán, "de tal padre, tal hijo". Aquí en este caso es: "de tal madre, tal hija". No digo esto solo por dedicación, también por apariencia, los dos son idénticos. Cuando nos acercamos, los saludo a ambos al igual que Edgar.

— ¡Te ves hermosa Giulia! - Any habla con admiración y decido ser honesto como siempre.

—Para decirte la verdad, no me siento cómodo con eso en absoluto —susurro. — Y no hablo del vestido, es bastante llevadero.

"Estás hablando del maquillaje, ¿no?" Ella se ríe discretamente. “Sé cuánto lo odias, cariño, pero en realidad te ves muy bonita con él. Aguanta por hoy Giu, a partir de mañana puedes hacer lo que quieras.

— Eso es lo que le dije — dice mi papá de acuerdo. "Solo hay una cosa que no puedes hacer hija...

- ¿Qué? Lo miro confundido.

“Llévanos a la bancarrota”, bromea.

Pongo los ojos en blanco.

“Tendré a Alicia para guiarme, papá, no te preocupes.

— Será un placer, señorita Giulia — dice formalmente Alicia.

— El gusto será todo mío, pero por favor, llámame Giulia o Giu. Me siento viejo con la señorita - sonrío. "¡Creo que seremos grandes amigos!"

- ¡Claro! - sonreír.

- Bueno, así estoy más tranquilo y no dudaré a la hora de firmar el papeleo.- Mi padre limpia una mota de polvo invisible en su traje.

— Señor Edgar, empiezo a sospechar que no confía en mí y que cree que estoy loco...

“Oh, ciertamente ese no es el caso. Sólo conozco bien a la hija que tengo.

“Bueno, tengo que estar en desacuerdo con esa última parte. No, no lo haces.

Mientras esperábamos a que todos llegaran y se acomodaran, mi padre salió presentándome a todo tipo de personas y todos quedaron impresionados, al fin y al cabo era mi primera aparición en público. La ceremonia comenzó aproximadamente una hora y media después. Las empresas se pusieron a mi nombre y mi padre y yo firmamos los papeles. Después de eso, cada uno de nosotros, incluidos Any y Alicia, hicimos nuestros anuncios. Hice los juramentos necesarios —parte de algo no formal, como un ritual que no conozco— y se ofreció un brindis. Las preguntas de los reporteros fueron respondidas y todos me saludaron, incluidos los invitados, ya partir de ahí la fiesta continuó hasta el amanecer.

Agotador. agotador.

Cuando llegué a casa ya eran las siete de la mañana y no tenía ni fuerzas para cambiarme de ropa o quitarme el maldito maquillaje, simplemente me tiré en la cama y me dormí rápidamente.

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