Las órdenes del príncipe

Mientras se dirigía en el coche hacia donde se encontraba Liliana, Khalil repasaba su conversación con la tía de ella y si bien era coherente en su relato algo le despertaba cierta desconfianza.

- ¿Deseas venir con nosotras?, pregunto Concepción.

- La verdad no sé que hacer, no quiero ser una carga respondió Ainara.

- No lo eres, además para Liliana será más llevadero será un gran cambio para ella, Raleigh tiene una cultura muy diferente al igual que Durham respondió Concepción.

- Iré a juntar mis cosas y las de Lily respondió Ainara.

- Terminó aquí y te alcanzo respondió Concepción. Fue a abrir la pequeña caja fuerte donde escondía los documentos originales de lily. Ella tomó todo lo que probaba que Liliana era Amira Al-Halabi y se lo entregó a Yassir había algunas fotografías de cuando ella era pequeña juntos a sus padres.

Yassir ordenó que eso lo llevarán directamente al avión oficial del príncipe.

En cuanto Khalil llego a la dirección que le había dado los custodios ingreso a la oficina.

- ¿Dónde está Liliana?, pregunto él

Guido Belluscio lo miro confundido

- Ahórreme las explicaciones y dígame donde está Liliana pregunto Khalil tomándolo del cuello.

- Encerrada en el establo respondió él.

Khalil se dirigió al establo y efectivamente en el box, sedada se encontraba Liliana.

- Solo esta dormida en unas horas despertará, comento Guido.

- Llévenla al auto. Quiero que despache su caballo mañana mismo para Raleigh dijo Khalil mientras pasaba junto a él.

Al subir al auto Khalil se acomodó junto a ella, mientras el auto avanzaba Khalil llamo a Yassir para informarle que iba hacia el aeropuerto con la princesa.

El avión oficial de Raleigh esperaba listo en la pista, el bajo del coche y tomó a Lily en brazos, subiéndola al avión el mismo

La tripulación le dio la bienvenida.

- Su Alteza, bienvenido dijeron mientras hacían una reverencia.

Él acomodó a Liliana en el asiento y le coloco el cinturón.

- En cuanto tiempo despegaremos, pregunto él

- En cinco minutos su alteza, respondió la azafata

Khalil tomó su teléfono y dio órdenes, no llevaría a Amira directamente al palacio, quería pasar un tiempo a solas con ella, mientras ella se hacía a la idea de su destino, mientras aceptaba realmente quien era ella.

El avión comenzó a despegar llevaban tres horas en vuelo cuando Lily comenzó a despegar.

- ¿Cómo te sientes Liliana?, pregunto él.

- ¿Dónde estoy?, ¿por qué está usted aquí?, pregunto ella.

- Este es el avión de Raleigh y nos dirigimos hacia allí le informo Khalil.

-¡Que!, exclamó ella miró por la ventanilla. Me está secuestrando, regrese quiero volver a mi casa dijo ella. Poniéndose de pie, histérica.

- Siéntate Liliana y te contaré por qué estás aquí, respondió él muy calmado.

- Contar que, me importa un cacahuate su historia ordénele al piloto que regrese me ha escuchado, los gritos de Liliana alertaron al resto de los pasajeros que no podían creer que alguien le levantara la voz al príncipe, él se puso de pie, vestía pantalón y camisa de vestir parecía un empresario, su ropa y zapatos eran finos y elegantes.

- Debemos hablar Lily siéntate

Liliana lo abofeteó delante de todos y era la última rabieta que le aguantaba. La tomó de la mano y tiro de ella arrastrándola.

- Suélteme maldito cobarde, cretino gritaba ella mientras lo golpeaba él abrió la puerta y la metió dentro de la habitación arrojándola sobre la cama.

- No más rabietas, me vuelves a golpear y no respondo. De ahora en más hablarás cuando te lo permita y harás lo que yo te ordene le grito él. Y de ahora en más me tratarás con el respeto que mi envestidura merece soy el príncipe Khalil Hazbun de Raleigh. Y aunque estoy seguro de que consideras que mi título es un adorno, que no soy más que un pelafustán, te aseguro que es real, me otorga poder. Por ejemplo, significa que este avión es territorio de Raleigh le dijo mientras sonreía.

Para que lo entiendas mejor a efectos prácticos, estás en Raleigh. Y yo, dijo borrando su sonrisa. Soy tu amo y señor.

Liliana lo miro, estaba asustada.

- Le exijo que regresemos respondió Liliana mirándolo desafiante.

- No estás en condiciones de exigir nada, solo saldrás de esta habitación cuando quieras conversar como la mujer inteligente y adulta que eres.

Liliana iba a golpearlo otra vez, pero él la tomó de la mano. Tomó la cara de ella entre sus manos y la besó, fuerte, una y otra vez hasta sentir que su boca se relajaba bajo la de él. Luego la soltó de golpe sobre la cama Liliana se quedó mirando a la puerta que Khalil había cerrado detrás de él. La había cerrado sin portazos. Un despliegue de rabia ciega la habría asustado, pero aquella fría tranquilidad la aterrorizó. Corrió hacia la puerta y la cerró con llave aunque sabía que era un gesto inútil. Una cerradura no lo mantendría fuera. Estaba en su avión, rodeado de personas leales a un príncipe que vivía en siglos pasados.

Liliana se subió a la cama se rodeó con sus brazos - mamá donde estás exclamó ella y se puso a llorar.

Khalil regreso a su asiento estaba molesto, Liliana sacaba lo peor de él.

Secuestrarla si fue su idea . ¿Llevarla a Raleigh? Sí otra vez fue su idea. Pero aquella poderosa pasión que lo había consumido cuando la beso, aquel intenso deseo, la necesidad de tenerla, de poseerla...

Eso no estaba en sus planes, eso lo debilitaría y conociendo a su futura esposa se lo devoraría. Estaba asustada, pero era más peligrosa como toda fiera acorralada.

Después de dos horas Lily abandono la habitación y se dirigió a donde Khalil estaba sentado.

- Siéntate Liliana ¿Tienes hambre?, pregunto él.

- Gracias, dijo ella sentándose. Necesito llamar a mi casa mi mamá debe estar preocupada comento Lily.

- Veras a tu madre en unos días pero no te preocupes ella sabe que estás conmigo, ella y Ainara están volando en otro avión hacia Raleigh, se quedarán ahí contigo.

- Pero yo quiero regresar a casa, tengo que estudiar, por favor necesito regresar a casa comento Liliana.

- Llegaremos en ocho horas le informo Khalil.

- Quiero volver a casa respondió ella.

- Raleigh es tu nuevo hogar, cuanto antes aceptes tu destino será mejor para ti respondió él.

- Jamás, primero muerta respondió ella.

- Eso no va a pasar, jamás dejaré que te hagan daño respondió Khalil y era sincero.

- Pero usted si puede dañarme respondió ella con amargura

- Jamás dañaría a mi esposa respondió Khalil cruzando sus brazos y apoyándose sobre la mesa quedando más cerca de ella. Tú serás mi esposa Liliana, tú serás mi reina comento él.

- Cállese, no voy a ser nada. Usted está loco, usted me secuestro es un delincuente le grito Liliana.

La azafata se acercó a ellos y habló en Árabe, él respondió.

- No estoy loco, servirán la cena le informo él. Mientras cenamos te contaré una historia, luego te permitiré que te retires a dormir a la habitación.

Liliana enfureció él le permitiría, de verdad pensaba que ella necesitaba de su aprobación.

La azafata comenzó a colocar la vajilla y en un solo movimiento Liliana tiro todo al suelo.

- No cenaré con usted no escucharé su ridícula historia y entienda de una vez no necesito de su aprobación para nada respondió Liliana poniéndose de pie, él se puso de pie y le impidió el paso.

Su mirada era fría y despiadada, no grito, no la golpeó.

- Te sientas inmediatamente Liliana, te advertí que no te aguantaría una rabieta más siéntate le ordenó él. Su voz era grave, tan fría como su mirada Liliana agacho la cabeza y volvió a sentarse.

Él se sentó delante de ella otra vez, la azafata ya había juntado todo otra vez ponía la mesa, pero está vez sirvió la comida.

- ¡Come Liliana!, le ordenó él.

- No tengo hambre respondió ella.

- No te pregunte si tenías hambre, te di una orden respondió Khalil.

Liliana tomó el cubierto y miró el plato tenía ganas de ponérselo de sombrero, pero no lo hizo enfrentarse a él no únicamente la ponía en desventaja, sino que además la agotaba física y mentalmente.

Comenzó a comer en silencio, fue atenta con el servicio, Khalil la observaba en silencio estaba más tranquila, pero él no se dejaba engañar sabía que algo tramaba.

- Por qué no te vas a la habitación, ahí estarás más cómoda, comento Khalil

Liliana lo miro lo cierto era que no tenía ganas de estar ahí con él, pero tampoco le apetecía ir a la habitación donde él podría entrar y aprovecharse de ella.

- No me gusta volar, preferiría quedarme aquí si no le molesta respondió ella.

- Por supuesto que no me molesta respondió él.

Él se puso a trabajar, Liliana lo observaba.

- Tengo que trabajar. Puedes mirar una película si lo deseas o leer algo comento él.

- ¿En que trabaja?, pregunto ella. Él se sorprendió por la pregunta.

- Son unas proyecciones económicas sobre Raleigh respondió él mirándola.

- ¿Sabe sobre economía?, pregunto ella.

- Estudie Economía en Cambridge y tengo un máster en finanzas, respondió él

- ¿Cuántos años tiene?, pregunto ella

- Treinta y cinco años respondió él.

- ¿Tiene hijos?, pregunto ella.

- No, no los tengo tampoco me he casado, tú serás mi primera esposa respondió él.

- No me casaré con usted no lo amo respondió ella.

- El amor es irrelevante respondió él con frialdad.

- Tal vez para usted, yo solo me casaré con él hombre que ame y no es usted respondió ella. Khalil se sintió invadido por una furia indescriptible la sola idea de que ella amara a otro hombre, que de hecho hubiera estado en los brazos de ese hombre lo enfurecían.

- Pues vete olvidando de él, porque no lo volverás a ver respondió él.

- Lo odio profundamente, únicamente un cínico despiadado diría algo así respondió ella.

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