Capítulo 4

Me las arreglo para caminar y llegar a la cocina sin tropezar con nada, lo cual es una hazaña increíble para una casa que no sé dónde se encuentra nada, al llegar puedo oler ajo dorado, el olor es maravilloso.

Ingrid

_ Esto huele muy bien Luiza ¿Necesitas ayuda con algo?

Luiza está a punto de hablar, pero entonces, ¿qué podría ayudar con su problema visual? Aceptar ayuda podría incluso provocar un accidente y que la esposa del jefe resultara lesionada.

Con el silencio, Ingrid entiende la incomodidad de Luiza.

Ingrid

_ Mira, ser ciego no me hace inútil como mucha gente piensa, todavía puedo ayudar, preparé mi sándwich sin ayuda, lavé algunos platos.

Luisa

_ ¿Pero usted no tenía empleados?

Ingrid

_ Si, lo tenía, pero los empleados ya tienen muchas tareas diarias no los podía molestar solo porque quería un bocadillo o lavar un vaso esas son cosas que podemos hacer ¿no crees?

Luisa

_ Ojalá la mitad de los jefes pensaran lo mismo, he trabajado en casas de familia donde la gente ni se levantaba para poner el control remoto o el celular encima de la mesa de café, Mr Jones casi nunca se detiene en casa así que no hay mucho trabajo aquí, mantengo la casa limpia, cocino cuando él está aquí, cuando no está, solo necesito cocinar para mí, así que digo que es un buen trabajo en comparación con los otros que he tenido.

Ingrid

_ Me imagino, ahora tendrás compañía para las comidas, y yo también, hace tres años que no como sola así que este cambio es bueno.

La mirada de Luiza se entristece al escuchar lo que dice Ingrid, Luiza tiene 43 años y no ha tenido hijos a causa de su trabajo, su esposo murió hace casi diez años, ve a una joven tan hermosa como Ingrid y tan sola como ella. le corta el corazón.

Luisa

_ Será genial tener tu compañía señora.

Ingrid

_ Solo llámame Ingrid Luiza, llamarme señora es muy extraño.

Luisa

_ Es mi jefe.

Ingrid

_ No soy tu jefe, somos amigos, Luiza, ¿puedo saber cómo estás?

Confundida, Luiza piensa un poco y luego piensa que quiere que se describa a sí misma.

Luisa

_ Buena señora, me refiero a doña Ingrid, ya tengo cuarenta y tres años, el pelo blanco así con unas arrugas ya me empiezan a salir, soy blanca, tengo los ojos castaños.

Ingrid

_ jajaja no, lo siento me exprese mal, asi que trato de formular tu cara en mi cabeza puedo tocarla?

Luisa

_ Ah, sí, claro doña Ingrid.

Ella se acerca, le toco los hombros y luego con cuidado su rostro, dijo que tiene arrugas, pero nada que vaya más allá de quizás líneas de expresión nada más eso, me viene a la mente el rostro de mi madre, pero Luiza parece ser por lo menos más joven. es la impresión que da no solo la edad sino el rostro.

Estoy revisando sus firmas así que me levanto para ir a la cocina a pedirle a Luiza que me haga un café y cuando llego me encuentro con una escena que no entiendo, Ingrid está tocando la cara de Luiza, así que me detengo. por un poco de distancia para entender lo que está pasando.

Ingrid

_ Eres una mujer muy hermosa Luiza, ¿estás casada?

Luisa

_ Soy viuda Doña Ingrid.

Ingrid

_ Mis pesames .

Luisa

_ No te preocupes, ha pasado mucho tiempo, mi esposo se fue hace diez años.

Ingrid

_ Aun así, su ausencia te sigue molestando, tanto que diez años después sigues viuda.

Luisa

_ ¡Sí, lo amaba y todavía lo extraño mucho!

Ingrid

_ Lo entiendo, pero se casó muy joven ya que murió hace 10 años.

Luisa

_ Sí, nos enamoramos en la preparatoria, nos emancipamos y nos mudamos juntos, nos casamos a los 18, teníamos que trabajar mucho para poder mantenernos y él tuvo un accidente en una obra en la que trabajaba y terminó muriendo.

Ingrid

_ Debe haber sido horrible pasar por una pérdida tan joven, ¿verdad? digo por experiencia. Hace tres años perdí a mi madre y perdí la vista.

Luisa

_ Qué sucedió ? No tienes que responder si no te sientes cómodo.

Ingrid

_ Bueno, hace tres años mi mamá me recogió de mi clase de piano porque se hacía muy tarde, y ella siempre fue súper protectora, Helena, mi hermana menor, terminó viniendo con ella, porque quería pasar por una tienda de música. conveniencia y comprar su helado de nuez favorito que se le había acabado, en el camino de regreso mi madre no se sentía muy bien y mi hermana y yo discutíamos por una tontería, solo fue un momento de distracción para que todo cambiara, cuando vi los faros que venían hacia nosotros, mi mamá se desvió para que los dos autos no chocaran de frente, tratando de evitar la colisión se desvió y nos salimos de la carretera lo último que recuerdo es un árbol grande y luego...

Ni siquiera me doy cuenta de que estoy llorando hasta que un sollozo interrumpe lo que he estado diciendo, sollozo y trato de tomar una respiración profunda.

Luisa

_ Está bien, no es necesario que continúe señora.

Ingrid

_ Fue todo tan rápido, en lo único que pensaba era en proteger a Helena. Usé mi cuerpo pero me lanzaron con fuerza y me golpeé la cabeza y me desmayé, me desperté unos días después en el hospital, mi padre y mi hermana estaban en la habitación en ese momento, me dijeron que mi madre había muerto en el accidente, y estaba aterrorizada porque no podía ver nada, pero peor que mi miedo de vivir en la oscuridad era el miedo de saber que yo Tendría que pasar por esto sin mi madre a mi lado.

Luisa

_ Lo siento, debe haber sido muy doloroso pasar por eso, me alegro de haber tenido a tu padre ya tu hermana cerca.

Ingrid

_ Después de la muerte de mi madre las cosas cambiaron.

Luisa

_ Como asi ?

Ingrid

_ Mi padre y mi hermana aunque nunca dijeron directamente que me culpaban por la muerte de mi madre.

Ingrid evita contar todos los detalles que sucedieron en ese momento, incluso porque no era necesario, no quería que Luiza la mirara con lástima.

Luisa

_ Pero tú no tuviste la culpa de nada, los accidentes pasan igual que el que pasó al quitarme a mi esposo.

Ingrid