Cap. 1 Señor, ¿puedo irme?

En la sala de reuniones todo era un caos, las discusiones eran estridentes cargadas de furia, nuevamente Caín y Sofía se habían encaramado en otra discusión como siempre.

Caín Meyer es el poderoso Ceo de Meyer-Metal Corp., Sofía Montreal es la directora financiera, a sus 25 años ella ha llegado ahí no solo por su apellido, sino porque es muy inteligente y es la única que pone límites a la exacerbada y arrolladora forma de invertir del CEO, aunque siempre sale bien parada, Sofía se encarga de que los recursos no estén en riesgo extremo.

* La directora Sofía hará un informe para la próxima reunión, y si no me convence procederemos con la compra de esas minas, eso es todo, retírense menos la Srta. Montreal _ dijo Caín con el frío del polo sur mientras que Sofía traga en seco, sabe que la va a reprender por contradecirlo.

Cuando todos salieron Caín miró a la joven hermosa pero testaruda que tenía enfrente.

* Sofía, no tienes que estar en mi contra todo el tiempo, no es saludable _ dijo de forma perezosa.

* No es personal Sr. Meyer, solo cuido los intereses de la empresa y ya había hablado de esto con usted, podemos perder millones si no comprobamos la calidad de la beta de esa mina, puede ser un fiasco, los vendedores tienen mala reputación _ dijo ella tranquila, pero está molesta en el fondo, siempre duda de su criterio profesional.

* Bien, espero su informe con ansias _ dijo el hombre mientras Sofía se para y se retira, aunque sabe que él no la considera, ella va a hacer todo ese trabajo.

Cuando está por abrir la puerta una mano grande empuja la madera cerrándola, Sofía se sobresaltó y se giró para darse cuenta que estaba siendo acorralada.

Caín acercó sus labios a los de ella de forma peligrosa.

* Sofía, hoy iré a casa, alista todo, cenaremos juntos, debemos hablar _ dijo el hombre guapo mientras toma con sus largos y fuertes dedos la delicada barbilla de Sofía.

* Bien, lo espero _ dijo ella tratando de no mirarlo, ella tiene una idea de lo quiere hablar, ya lo sabe.

Sofía y Caín se casaron hace 3 años, aunque es su esposa nadie lo sabe, hace una semana murió el abuelo de Caín, Caleb Meyer, el hombre mayor obligó a Caín para que se case con la hermosa Sofía, la razón era que Sofía estaba en una mala situación, y Caleb era como un padre para la madre de Sofía, así que ayudó a la joven con esto, además de sacar a ciertas arpías del camino de su amado nieto.

Sin embargo, la noche anterior Sofía se enteró del regreso de Amaranta, la eterna novia de Caín y la que se fue estos tres años por miedo a Caleb, el anciano la había amenazado de muerte si se metía con su nieto casado, ahora que el peligro se había ido, la mujer volvió por su hombre, la primera a la que llamó fue a Sofía, incluso antes que a Caín.

* Hola Sofía, soy Amaranta, estoy en la ciudad, Caín y yo debemos ser felices, apártate de una vez, el abuelo ya no puede protegerte, así que solo espero que hagas lo correcto o tendré que ser cruel _ dijo Amaranta con tranquilidad, Atena la madre de Caín es su más querida aliada.

Atena odia a Sofía de forma visceral, y es por la madre de ésta, Juliana la madre de Sofía y Neymar el padre de Caín, eran grandes amigos, era un amor de casi hermanos, jamás habían pasado la línea, pero Atena estaba convencida de que ellos eran amantes, que su marido estaba locamente enamorado de Juliana, todo solo estaba en su imaginación y sus celos enfermizos.

Sofía era la viva imagen de su madre, esto era una bofetada para Atena y más el cariño de Neymar por esa joven, los celos la carcomía día a día el solo pensar que su marido ve a su amante muerta en la esposa de su hijo.

*_*

Es de esta manera que Sofía solo miró a un costado, sabe que le va a pedir el divorcio, Caín debe estar desesperado por estar con su amor, aunque ella se había enamorado de ese hombre cruel y sin sentimientos, ella sabía que esto pasaría, ella no era nada para Caín Meyer.

* Señor, ¿puedo irme? _ dijo Sofía buscando el pomo de la puerta a tientas que está en alguna parte detrás de ella.

* Claro directora Montreal, _ dijo y después le dio un sensual y suave beso en los labios haciéndola sonrojar.

Sofía encontró lo que buscaba y salió de ahí como un rayo, sonrojada y molesta, era un descarado, debería estar con su amor y no dándole besos en la oficina, nadie sabe que es su esposa, aunque también está preocupada por esto, era el abuelo quien la había puesto en ese lugar, ahora que no está Caleb Meyer, sabe que Atena y Amaranta van a querer sacarla sea como sea.

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