capitulo 19: “eres valiosa"

__________ al día siguiente, residencia Bernard.

Era de mañana, cuando Diana bajaba al comedor, no tenía apetito ni mucho menos quería ver a su madre, sin embargo, estar encerrada en su habitación no resolvería nada. Una vez abajo, se encuentra a su madre, que desayunas con toda modestia.

— hasta que por fin bajas... Debería castigarte por tu falta de respeto de ayer, pero hoy hay que ir a la bienvenida de los duques...

— ¿Por qué?... ¿Por qué insiste en eso?

— mírate, Diana... Tu juventud no durará para siempre... No hay ningún pretendiente bueno a excepción de el duque.

— ¡Pero esta casado, por dios!

— no me respondas. No hagas que mi desayuno me caiga mal. Vete, tu profesor te espera en la sala de música.

Con un fuerte resoplido, la joven se marcha. Discutir con su madre en éstos momentos sería perder el tiempo completamente. Al llegar a dicha habitación, se encontraba Ray, el profesor de piano.

— buenos días...— ofreció él, con una sonrisa.

— buenos días...— y ella, con un tono afligido lo saluda, ya que cada día se decepciona más de su madre.

Ray al notar esto, toma la mano de aquella joven, la besa por los nudillos y susurra sin apartar la mirada.

— supongo que mi primer saludo no le agradó...

Diana se queda un poco de asombro en sus labios al ver tal reacción de él. Más al final sonríe y aclara.

— no... Al contrario, estoy feliz de verlo.

— debo de imaginar que su pena se deba a su madre ¿Verdad?

Como ella y su profesor llevan tiempo conociéndose, Diana le he sincero porque siente que confía en él.

— ella quiere que aruine un matrimonio para su conveniencia, y no pienso hacerlo... Dominic aún sigue siendo mi amigo y si está casado felizmente no deseo ser la mala. Pero como quisiera saludar y darle mis felicitaciones...

La joven se acerca a la larga silla del piano, tocando una melodía triste y sin dirección. Ray suspira para sentarse al lado de ella y tocar otra melodía para cambiarla a una suave y dulce, a la vez que le dice lo siguiente a Diana.

— es tu vida, Diana, puedes ser una joven independiente lejos de tu madre. He visto tu potencial y no solo en el piano. Lady Charlotte solo te intimidad para que no te vayas, pero yo te diré la verdad...— Diana se detiene y mira a los ojos azules de Ray, este continúa—... Eres alguien increíble, siendo capaz de hacer más... ¿No lo crees?

Al escuchar eso, Diana siente un poco de consuelo y deja caer lentamente su cabeza al hombro de él.

— a pesar de que yo conozco más a mi madre, confío más en usted que en ella.

— Diana, yo... Yo me voy de Argos en unos días...— al escuchar eso, la joven se tensa un poco.

— ... ¿Se marcha?

— Solo viene a esta isla de vacaciones. Quería conocer a Argos por sus hermosas costas y mientras lo hacía, enseñaba piano.

— ya veo...— Diana voltea su rostro con más tristeza, sin esperarse a que Ray la tomara de la barbilla y la hiciera girar hacia él.

— se que aquí no eres feliz. No eres capaz de ser lo que tú realmente quieres... Ven conmigo, Diana, al reino de Solari, ahí serás libre sin tener que aguantar la presión de tu madre...

En ese momento, a Diana le empezaron a brillar los ojos, esa propuesta fue algo inesperada. Aún así...

— no puedo... No puedo huir así.

— ¿Huir?...— preguntó él, con una risa—... Claramente le pediré él permiso a tu madre.

— lo veo imposible. Ella te negara eso, no dejaría que un profesor de piano se lleve a su hija...

— nada es imposible, Diana...— con una dulzura, Ray acariciaba la mejilla de ella. Diana sentía un cosquilleo en la boca de su estómago y se dejaba llevar por lo que jamás había sentido.

Poco a poco, sus rostro se acercaban y a casi de un beso, éste la detiene.

— no creo que aquí sea el lugar. No quiero que tengas problemas con tu madre antes de yo pedirle permiso...— aún así, Ray toma la mano de su alumna y le da un ligero beso—... Estaré ansioso porqué llegue ese momento.

Con una sonrisa, él la veía como si fuese única. Ella corresponde ese gesto con una risa pequeña.

— bien, comencemos con la lecciones, Diana...

— sí.

Lo que un día Diana había sentido por Dominic, ahora lo vuelve a sentir con su profesor. Tal vez sea una relación que su madre no permita, pero ella se siente cómoda al lado de un hombre que la apoya en seguir adelante..

_________________ en la villa Winter.

Los preparativos para la reunión de la bienvenida de los duques iba en excelentes condiciones. Elizabeth quién le gustaba pasar tiempo de calidad con Bianca, ahora no era la excepción y junto al con el duque hablaban de sus momentos de casados.

— Dominic... No te has exigido mucho con tu magia ¿Verdad?

— no madre, no te preocupes por eso. Aunque si he tenido unas altas y bajas, trato de llevar mejor la situación.

Era claro que Dominic ni Elizabeth le contaría sobre la enfermedad que él tiene. Ya que Elizabeth se está encargando de eso, dando resultados favorables sobre el duque.

— mi señora... Llegaron las flores que ordenó.— anuncio una sirvienta, haciendo que Bianca se levante.

— discúlpeme, ya vuelvo.

Una vez que ella se había ido. Elizabeth le pregunta a Dominic.

— ¿Como te has sentido?... ¿No te has sentido mal ni nada?

— no. Al contrario... Cada vez me siento más fuerte y mi magia radia más que antes. Déjame y te lo enseño.

Colocamos al frente de ella, se arodillas y con una mano en la mejilla, saca su magia a la visibilidad de su esposa.

Luego de un minuto, Elizabeth sonríe pues el duque le mostró los recuerdos cuando era un pequeño niño, usando su poder. Bianca veía alejada sin que ellos notará su presencia, más con alegría veía a su hijo siendo feliz con la mujer que ama.

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