Capitulo 12: “ culpas y hechos"

Montado en el carruaje, los duques Winter estaban en un completo silencio mientras que el transporte andaba. Elizabeth no sabía que decirle a Dominic puesto a que él tenía una cara sumamente enojada, por supuesto que no era por ella, pero la situación no lo deja ver lo que tiene al frente, o hasta que se da cuenta de que su esposa lo veía...

— perdóname Eliza, no estoy enojado contigo... Si no conmigo.

— ¿Eh?... Dominic no...— Elizabeth se va al lado de su asiento, con su mano en la mejilla de él, hace que el duque la vea fijamente—... No te culpes, nada grave me ocurrió.

— ¿Y si lo hubiese hecho?... Aunque el jamás lo haya declarado, se que tenía las intenciones de herirte o hasta peor. Y yo, te dejé sola... Jamás me lo perdonaría si te hubiese pasado algo... Yo-...— toma la mano de su esposa—... La amo, Elizabeth.

— y yo a tí, mi duque— ella se aferra al cuerpo de él y le consuela con palabras— jamás me dejaste sola, tus enseñanzas en el combate fueron de gran ayuda, además que mi poder lo estoy desarrollando para defenderme. No soy débil, Dominic.

— lo sé, pero como tú esposo y pareja, mi deber es siempre velar por tí, cuídate y amarte...

— hasta que la muerte nos separe... Como marido y mujer que somos. Lo entiendo y valoro.

— No dejaré que nadie nos separe... Elizabeth, cualquiera amenaza... Lo borraré del camino.

Esa parte protectora de Dominic hace que Elizabeth lo quiera más, aunque ella sabe defenderse esa parte en la que la quiere proteger, la hace sentir muy bien.

— ellos caerán bajo su propio peso. Amor mío, no hay ningún mal que perdure cien años, y algún día seremos felices completamente.

Sin embargo, Elizabeth se desvía de un tema que ha querido preguntar desde el enfrentamiento.

— Dominic... ¿Quién era él exactamente y cuál era su obsesión conmigo?

— él... Su nombre es Franco Duboin. Un marqués que antes estaban casado con lady Camila, una doncella agradable que llegue a conocer, pero un accidente hizo que ella perdiera la vida— Dominic cambia de gesto a decepcionado— Franco no era así, de hecho, éramos amigos desde hace años... Al enterarse de que mi alquimia y magia eran poderosa, pensó que yo podía interceder sobre los muertos. La necromancia.

— si no me equivoco, es la única rama de la magia que está prohibida. Si un mago logra hacer eso, revivir a un muerto, su alma se corrompería...

— exacto. Además que eso es algo que un humano jamás podría hacer. Franco lleva tiempo pidiendome que lo haga, en revivir a lady Camila. Se lo negué tanta veces que ahora quiere amenazarme quitándome lo más preciado. A ti...

— ¿Que harás Dominic?... Yo puedo seguir defendiendo.

Con una mano, el duque acuesta la cabeza de Elizabeth en su pecho.

— no te preocupes. Esta vez yo te protegeré... Franco ya no te pondrá más una mano encima.

Al llegar a la mansión, Dominic es quien baja primero, pues le extiende la mano a su duquesa. Ella con gusto la acepta apretándola suavemente bajándose así del carruaje. Nana lo recibe en la entrada de su hogar.

— bienvenidos, mis señores...— la sirvienta hace reverencia con otra a su lado.

— ¡Nana!... — Elizabeth feliz de verla, va y la abraza.

Sorprendida, la sirvienta no sabía cómo reaccionar.

— ¡M-Mi señora!... Yo-...

— hay mucho que contar Nana, vamos adentro...

Elizabeth le había tomado cariño a su sirvienta, más como una familia ella la ve, he igual Nana, desde que su señora se había vuelto más suave era inevitable que también le tomara cariño— Nana le da unas palmadas a Elizabeth— luego habla.

— de acuerdo, déjame poner la tetera. Mi señor... ¿Le apetece algo?

Con una sonrisa Dominic, niega y pasa a la casa.

— estaré ocupado con el trabajo todo el día en mi habitación, si te necesito no dudaré en llamarte. Por favor, cuida de mi esposa...

— si...

________________ en la mansión Muller.

El barón tuvo la sensatez de llevarse a Franco a su residencia al terminar el funeral. Estaba atardeciendo y en su oficina tenía al hombre regañandolo por su negligencia.

— Franco... ¿Acaso no sabes el lío que te estás metiendo?... tratar así a la esposa del duque. ¿No has escuchado que Dominic ha reforzado su matrimonio con ella?...— el barón se levanta de su silla y camina por la oficina, mientras que Franco con los brazos cruzados y de pie lo veía— Perdí a Vanica por mi imprudencia, no se en lo que ella se estaba metiendo y tampoco pude detenerla ya que mi trabajo no me permitía estar mucho tiempo con ella, me siento tan culpable en esto pero— se detiene al frente de Franco y le pone una mano en el hombro— por favor, sea lo que sea, deja en paz al duque, aún tienes tiempo... Ofrecele una disculpa a él y a su esposa, jurando que ya no los volverás a ver.

— está bien Alfred, lo dejaré en paz... Pero déjame decirte que ya es tarde— Franco se aleja de él con intenciones de irse ya—... Será la última vez que nos veamos. Si algo me ocurrio...— sus ojos rubí brillan con intensidad— no dudes en culpar a Dominic.

— tal vez el duque este molesto, pero no creo que él se atreva en llegar a ese extremo contigo... Su vida se arruinaría si la sociedad se entera que él es una asesino. No lo creo, Dominic es un hombre serio que respeta su reputación como alquimista...

Franco solo se queda mirando más se despide con una mano.

“no sabes nada de él, Alfred. Dominic es como yo cuando se trata de proteger a lo que más ama, yo estoy dispuesto a morir solo para que a él se le arruine la vida y no sea feliz con su Elizabeth... Por eso lo provoque al tal punto de querer matar a su esposa"

Pues así eran los pensamientos de Franco. Un ser que ya no está dispuesto a seguir viviendo sin su esposa. Pero si lo está para arruinar la vida del hombre que si desea ser feliz con la mujer que ama...

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