T1 : Cap 17 “Si amas a alguien no deberías hacerle daño”

Julia…

Las últimas semanas han sido perfectas, ambos hemos conseguido que la furiosa comunidad nos escuche, explicándoles lo sucedido con Liam, y ahora se encuentran tranquilos ya que han perdido cualquier signo de desconfianza.

Hemos regresado a la ciudad, nuestra relación con James se ha afianzado mucho más, tenemos una maravillosa vida de pareja, es un hombre tan romántico siempre tiene una sorpresa para mí, de hecho, como olvidar lo sucedido hace algunos días, cuando rentó una avioneta y me llevó a poder a observar las luces de toda la ciudad mientras decía:” Ni todas las luces de la ciudad brillan tanto como tus ojos”.

Pero a su vez, también es tan ardiente y fogoso que me ha enseñado cosas que en lo que a mí respecta son mis primeras experiencias con él, por ejemplo: la primera vez que me dijo que le encantaría atarme, que fingiera ser su presa y que el sería mi cazador, y que también le fascinaría pasar pequeños cuchillos por mi cuerpo…

Ósea la primera vez que lo escuche me hizo estremecer porque sus fantasías me parecieron locas, pero conforme iba pasando el tiempo lo acepte, no digo que sea una de mis favoritas pero el saber que a él le provoca tanto éxtasis, no sé pero algo dentro de mi le fascina conocer aquello.

En fin, me sorprende que sus peticiones pervertidas también sean aceptadas por mí. Me sorprendo yo misma.

A su vez, hace unos días fui entrevistada por una cadena televisiva lo cual ha hecho que el número de ventas en mi negocio aumente, tanto así que en estas semanas he podido inaugurar un local más grande, y contratar personal para que me ayude con las ventas.

Me encuentro supervisando el número de pedidos y que todo esté en orden en el mostrador, mi asistente, un joven de unos veintitantos que contrate hace poco, anota a mi lado cuando le digo los números de cada obra de arte puesta a la venta, mis ojos se enfocan mirando el alrededor, una gran cantidad de personas se encuentran sentadas en las mesas trabajando en sus computadores, otros charlan entre sí, y otros solo se encuentran ahí sentados disfrutando de su café como si esa fuera la tranquilidad que necesitan después de un exhaustivo día de trabajo.

He creado el espacio que tanto había soñado hace algunos años, mi sueño siempre había sido crear una cafetería y que la gente pudiera refugiarse en ella cuando se sientan tristes, o un ambiente donde pudieran compartir con sus amigos o también en donde las personas pudieran trabajar o hacer sus tareas con tranquilidad.

Una sonrisa llena de complacencia se me forma al ver que he realizado uno de mis sueños, la voz de mi asistente me saca de cavilación-- Señorita, eso es todo?--Volteo mi rostro, enfocándome en sus ojos verdes y labios en los que siempre hay una sonrisa amable, este joven es guapo, carraspeo centrando mis pensamientos y le respondo--Si Steven es todo, solo no te olvides de activar la alarma al cerrar…

Camino hacia la salida pasando entre los empleados, ellos me saludan y yo les regreso el saludo con la misma euforia, también paso por el pasillo topándome con algunos clientes regulares

Mi asistente me sigue los pasos y empieza a hablar --Recuerde que también una clienta ha solicitado que se reúna con ella mañana, dice que quiere hablar con usted con suma urgencia, no ha parado de pedir con insistencia una reunión con usted-- Me extiende una tarjeta: --A su vez ha solicitado que la reunión sea aquí--Leo la dirección y se la devuelvo, asiento --Bien ahí estaré, seguro será alguien que quiere convertirse en socia…

Mi ojos se enfocan en una mesa en específico, se trata de una familia que siempre suele venir aquí y se han ganado mi aprecio, ya que a sus hijos les encantan los croissants de mi cafetería, sus guardaespaldas se encuentran resguardándolos ya que son una familia muy reconocida en el país, una mujer muy hermosa me sonríe apenas me ve, la reconozco, la esposa de uno de los magnates prominentes de toda Italia, dueño de una cadena internacional de bares y hoteles, me halaga

--Querida, que bueno verte…

Su esposo el señor William Rizzo me dedica una leve sonrisa en gesto de saludo…

Un joven con aspecto muy similar al señor Rizzo, ojos azules, cabello castaño, sonrisa pícara, dice con emoción-- Aquí está la creadora de los fascinantes croissants…

Aplaude, extiende su mano con suma elegancia y se la ofrezco, el derrama un beso leve en el dorso de mi mano mientras con sus ojos azules hipnotizantes me analiza de pies a cabeza, y una sonrisa se le dibuja al costado de sus labios, entre que dice con coquetería

--Que orgullo poder mirar a semejante belleza creadora de digno croissant-- Le respondo con tranquilidad acostumbrada a su habitual coquetería: --Hola Nicolás, has crecido desde la última vez que te vi, ya eres todo un adolescente…

Una risita burlona se le escapa a alguien a su lado, su hermana menor, Cloe, una niña con el físico muy similar al de su madre, a un lado se le mofa, Nicolás, solo se acomoda diciendo con suma confianza, tomando mi mano con delicadeza

--Tendrás el gran honor de ser mi esposa si prometes cocinarme croissants todos los días…

Pone sus ojos como el gato de botas de Shreck, esperando una respuesta, Sin embargo, observo a James entrar con un gran ramo decorando su mano acompañado de una gran sonrisa en sus labios, mi corazón empieza a latir con rapidez al mirar a quien se ha ganado todo mi amor.

El al observar el agarre de Nick, su sonrisa se borra y frunce su ceño, con suma delicadeza suelto mi mano de la suya y le muestro mi mano izquierda en la que se encuentra el anillo, se lo muestro

 --Lamento decepcionarte, pero ya me atraparon primero…

Nick pregunta con sumo interés

--¿Quién quien fue, ese ladrón?

Mi esposo se ubica a mi lado y pasa su mano alrededor de mi cintura y responde a su pregunta

--Ese ladrón soy yo…

Cloe suelta una gran carcajada y se burla de su hermano

--Santo Dios te han bateado…

Sus padres también se ríen, Nick bufa y se desparrama en su asiento como si le hubieran roto el corazón y dice: --Mi corazón duele…

Les hablo a todos

--Que tengan una gran noche…

Ellos asienten con una sonrisa y mi esposo y yo salimos del lugar con una sonrisa de felicidad…

El aire nocturno nos golpea a ambos, nos detenemos el me extiende el ramo de flores y dice romántico

--Para mi querida esposa…

Con una sonrisa tomo las flores, me inundo de su delicioso olor

--Muchas gracias esposo…

Me toma de la cintura tomándome de sorpresa, me inundo de su olor, el habla a mi oído usando en tono lascivo

--¿Estas lista para esta noche?

Hoy probaremos un nuevo juego de roles, hemos decidido cambiar los papeles, el será mi presa y yo seré su cazadora, en esta noche.

Me acerco a su oído para responderle

--Estoy lista, pero aquí la pregunta ¿estas listo? Adopto un tono dominante: --Mi presa…

Me separo para observarlo sus ojos han adoptado una profundidad que conozco bien, el no quedándose atrás vuelve a susurrarme al oído

--Oh sí que lo estoy mi cazadora…

Y así con suma rapidez el me arrastra al auto para conducir con rapidez a casa…

Me despierto entre las sábanas blancas, un pequeño reflejo de la luz me da de lleno en la cara, palpo a mi lado tratando de buscar a mi esposo, pero no encuentro su figura, frunzo mi ceño y abro mis ojos con lentitud verificando que no está, palpo las sábanas recordando la noche anterior, la cual ha sido muy excitante…

Recuerdos de anoche

La respiración errática de James, su torso subiendo y bajando con suma excitación, mientras sus ojos se encuentran vendados y sus manos y pies atados, desnudo solo usando ropa interior, lo cual me permite observar las cicatrices de cortes en su cuerpo estas se distribuyen por su pecho, abdomen trabajado y parte de sus hombros, a su vez también existen marcas de quemaduras pequeñas en sus brazos…

Es como si hubiera sido torturado…

Me detengo un momento no sabiendo como continuar, me siento confusa: ¿Qué son estas heridas?

Me pregunto para mí misma, pero la voz de mi esposo me saca de cavilación

-- Cariño\, en la mesa de provisiones hay todo lo que tú quieras usar conmigo\, tu solo decide…

Susurro por lo bajo

--No sé qué hacer, creo que deberíamos…

El me detiene

-- Si quieres que paremos tu solo dilo\, pero si me lo permites podría enseñarte como hacerlo y ambos sentir placer juntos…

Cavilo su idea en mi cabeza, quiero ver hasta dónde nos lleva esto

--Bien indícame…

El habla con sumisión

--Mi señora me encantaría mucho que usara conmigo esa daga color negro e hiciera pequeños cortes aquí…

Señala su espalda, y pecho, trago grueso, suelta con deseo

-- Por favor córteme y beba mi sangre…

Su petición me toma de sorpresa…  ¿Que mierda estoy haciendo?

Mis dedos fallan, pero sin embargo al ver su deseo al borde lo hago, es como si no fuera yo y ahora estuviera dejándome llevar por los deseos de James, hago un pequeño corte en su abdomen, un gemido de placer retumba como si él hubiera esperado hace mucho por eso, la sangre empieza a chorrear del corte, me muerdo el labio inferior, su sangre me tienta a probarla, siendo codiciable a mis ojos.

Jamás pensé estar haciendo esto, mis piernas tocan el suelo, arrodillada, y con suma suavidad empiezo a seguir camino por la sangre que brota del corte de su abdomen, al hacerlo James inclina su cabeza hacia atrás y suelta con placer

--Santa Mierda….

El sabor metálico encuentra mis papilas gustativas, sin embargo, este sabor es diferente, es como si su sangre me fuera deliciosa y para mí tuviera un sabor que no se compara con lo que he probado en toda mi existencia…

Es como si fuera un manjar de los dioses, pero también esto me hace referencia a un pequeño ritual el cual dijera: “AHORA ERES MIA Y YO SOY TUYO Y NO TE PODRÁS LIBRAR DE MI”, luego todo quedó en olvido ya que James tomó el control y me hizo olvidarme hasta de mi nombre, con azotes, ataduras, dominación y sumisión, este hombre sabe cómo darte placer con todo junto.

Sin embargo, ahora lucida y no excitada puedo pensar con claridad, ¿Qué mierdas son estos estúpidos juegos pervertidos? ¿que estamos haciendo? Y ¿Que son esos cortes y quemaduras en sus cuerpos?,

Me sorprendo,parecemos enfermos, ¿será que debería hablar con James y tratar de explicarle que como pareja debemos evitar hacer uso de juegos pervertidos y tratar de tomar un camino más dulce para nuestra intimidad?

¿Segura que quieres eso? --- me formula mi mente ¿segura que quieres dejar de experimentar cosas nuevas con tu esposo?

Mi abuela siempre me decía que para evitar que la llama del amor entre las parejas se apague, era necesario hacer cosas nuevas y cumplir las fantasías, pero sinceramente estos juegos de roles no sé si sean correctos, es como si esto se me estuviera saliendo de las manos y James solo necesitara tener intimidad de esa forma para poder percibir el placer, Y aquí una nueva duda surge en mi cabeza:

¿Sera que no soy suficiente y el necesita satisfacer su deseo a través de estos juegos de roles, porque no soy la esposa que el necesita?

Maldita sea, esto me está consumiendo la cabeza…

Salgo de cavilación al observar a mi esposo venir con una charola en sus manos, y con su pijama de color gris que le acompaña a su color de ojos, una sonrisa dibuja sus labios, esa sonrisa amable que tanto me encanta, se sienta a mi lado hundiendo su cuerpo en el colchón

--Buenos días cariño…

El olor a café inunda mis fosas nasales, ubica la charola en la mesita de noche y se inclina dándome un beso suave en los labios, su dulce sabor, ¡maldita sea el sabor de sus labios!

¡Contrólate! —me formula mi mente…

Sin embargo, me es imposible, nuestros labios se mueven con mayor intensidad y como una salvaje que le urge sentirlo lo jalo a la cama y me monto encima de él, mi cabello se viene hacia adelante, me separo, ladeo mi cabeza para acomodarlo, el me mira con fascinación como si solo con aquel movimiento ya le haya provocado millones de cosas, sus ojos adoptan una tonalidad profunda toco mis manos en su abdomen, percibiendo lo bien formado de su cuerpo debajo del pijama, una gran presión se suscita en mi parte baja, y mi cuerpo empieza arder como si necesitara su toque, y pidiera a gritos sentirlo una vez más, y sin controlarlo me abalanzo sobre él, trato de llevar el control queriendo hacerlo de una manera dulce y romántica, sin embargo él no me lo permite ya que toma el control y con movimientos salvajes y bruscos me arrastra a dejarme llevar por su oscuridad incontrolable.

Mi cabeza descansa en su pecho, él juega con mis mechones manteniendo una suavidad que no puede tener durante la intimidad, acerca sus labios a mi frente y me da un beso delicado siempre suele hacer esto después de todo lo que hacemos, alzo mi cabeza para verlo sonreír de lado

 --Maldita sea que hermosa manera de iniciar la mañana…

Acostada encima de su pecho puedo observar los cortes en su abdomen con sumo cuidado, trato de rozar mi dedo por encima de las cicatrices, mis ojos se ponen rojos,

“Si amas a alguien no deberías hacerle daño”

Una lagrima se me desliza y en un pequeño susurro

--¿Quién te hizo tanto daño?

Rozo las yemas de los dedos sobre los cortes cicatrizados, ahora las yemas de los dedos se mueven hacia el corte fresco, un sentimiento de culpa me invade, ahora las lágrimas se acompañan de sollozos, me disculpo: --Lo siento tanto…

Las lágrimas caen en su piel

--Lo siento…

El hace mi rostro levantar, con su ceño profundo me pregunta

--¿Porque te disculpas cariño? --Le muestro el corte con mi dedo: --Por hacerte daño…

Suelta una risita y me dice obvio tomando mi mejilla entre sus manos

--Cariño yo te pedí que lo hicieras, no tienes por qué disculparte, me gusta,eso me gusta…

Frunzo mi ceño preguntando confusa

--¿Pero porque, porque te gusta sentir dolor?

Sus ojos fallan y traga grueso ante mi pregunta, sin embargo, adopta una actitud fría y responde

-- Sin comentarios…

Él se levanta en un vaivén de la cama evitando mi pregunta, Un bufido cargado de frustración se me escap --James de esto es lo que hablo, no me cuentas nada de ti--Él se detiene y me voltea a mirar con firmeza: --No tienes que saber nada, el pasado está en el pasado no hay porque recordarlo…

Siempre dice lo mismo, cada que le pregunto sobre su vida, su infancia, o su adolescencia, es como si estuviera tocando una gran fibra sensible de él, la cual fuera tan dolorosa y no pudiera contarme…

Lo único que sé es que vivió en un orfanato y que considera a Liam como su hermano, pero no hay más.

Al contrario, yo se lo he contado todo, sabe hasta en que hospital nací, en qué fecha y hora…

Esto me frustra porque siento que no conozco a mi esposo y así como vamos nunca voy a llegarlo a conocer.

Se acerca a mí de nuevo sentándose en la cama, toma mis mejillas entre sus manos y derrama un beso en la frente con tranquilidad

--Vamos cariño, no es necesario recordar el pasado si juntos podemos reescribir nuestra propia historia…

Su comentario me deja sin palabras haciéndome suspirar por unos segundos, este hombre sabe cómo convencerte en segundos…

El con una sonrisa amable se levanta de la cama de nuevo con el fin de moverse hacia la puerta de la habitación, pero vuelvo en mi al recordar la discusión, hablo con determinación frenándolo en seco

--James ya no quiero…

Él se voltea mirándome confuso

--¿Qué es lo que no quieres?

Respondo con el mismo tono determinado

--Esto lo de juegos de roles, es como si fuéramos asesinos enfermos dañándonos entre sí.

Su rostro se distorsiona al escuchar mi respuesta, la postura que adopta hace que un escalofrió recorra mi columna vertebral, sonríe de lado diciendo con una ironía que me hace estremecer

--¿Asesinos?

Da un paso hacia mí con sus ojos desvariados negando errático

--No somos asesinos…

Vuelve a dar otro paso, negando con la misma actitud errática

--No soy un asesino…

Y se acerca dando cada paso haciéndome retroceder en la cama mi espalda tocar  el respaldar.

James queda al frente, sus ojos tienen una tonalidad profunda que da miedo, y de un momento aprieta mi mandíbula en sus manos lo miro a los ojos, el miedo cobra animo por cada fibra de mi cuerpo, el me repite con voz amenazante

--No soy un asesino cariño ¿has entendido?

El miedo en mi piel no me permite responder, el apretón en mi mandíbula cobra fuerza, pregunta con demanda

--¿Has entendido?

Asiento con rapidez, mantiene su postura por unos cuantos segundos más, pero de un momento a otro el agarre se afloja y me sonríe con amabilidad rozando su mano por mi mejilla con delicadeza, habla feliz

--Es broma cariño, debí haber sido actor ¿no es así?

Una risita forzada se me escapa

--Ah claro-- El señala con su barbilla la charola: --Comamos…

Un loco, mi esposo parece un loco…

La duda me carcome, James entrecierra los ojos como si se planteara algo en su cabeza

--¿Acaso estas dudando de probar mi comida?

Niego, trato de dibujar una sonrisa en mis labios

--No cariño solo que-- pienso rápido: --Tengo que ir a una reunión importante y ya voy atrasada…

Hago ademan de levantarme, pero el me sujeta con firmeza del brazo haciéndome volver a sentar

--No, no puedes irte sin comer…

Miro su agarre salvaje en mí, el me mira con un enojo palpable, un enojo que da miedo…

Sin embargo, mi teléfono vibra, sonando como mi salvación, James suelta el agarre como si volviera en sí, y se levanta dejándome ahí más confundida que nunca…

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