T1: Cap 3 James Brown

Silbo mi canción favorita moviéndome a paso lento y despreocupado por la avenida poco transitada de la ciudad, mi ropa cara y piel se encuentra impregnada de sangre fresca, mi cabello esta revuelto por la brisa nocturna.

La respiración agitada de mi victima causada por el miedo al escuchar el chillido del filo del hacha en contra del asfalto me excita, a unos cuantos metros mi presa se arrastra por la mitad de la calle desolada dejando un camino de sangre en el trayecto, las luces de los postes de luz se prenden y apagan fallando dándole un toque macabro a la situación, si alguien viera esta escena definitivamente la considerarían una escena de película de

terror…

Le ordeno, golpeando el suelo con el hacha provocándole miedo

--¡Si quieres vivir sigue arrastrándote presa!

El hombre como puede acelera sus movimientos, porque conoce que al momento que lo alcance ese será su fin…

Después de 2 horas de esperar que saliera de la casa de Julia, al fin pude cazarlo, lo seguí, me fue difícil lograr atraparlo, sin embargo, no existe nada difícil para mí, logre amordazarlo metiéndolo en mi camioneta para jugar un poco con el (es decir, golpearlo y estrenar algunas de mis dagas en su cuerpo). Esta noche decidí llevarme este placer solo, porque no quería incomodar a mi anillo de asesinos.

¡¿ANILLO DE ASESINOS?!

Si, así como lo leen, formo parte de un anillo de asesinos, el cual sería como un club de personas con mismos gustos, que en nuestro caso sería asesinar personas.

¿DE LOCOS NO ES CIERTO?

Los psicópatas de tiempo antiguo tenían la mentalidad de que trabajar solos era lo mejor, sin embargo, los tiempos han evolucionado por lo que nosotros también lo hemos hecho, se necesitan de varias personas para poder cubrir lo que hacemos en una cacería y en mi grupo cuento con personas con capacidades sorprendentes para eso. Sin embargo, en esta noche decidí hacerlo por mi cuenta, aunque sé que mañana Liam me va a reprochar por no haberlo invitado a esto.

Bueno, en fin, ahora enfoquémonos en nuestra presa.

Luego de haberlo torturado lo suficiente, con uno de mis mejores martillos, le proporcioné golpes en sus pies dejándolos inservibles y después lo traje aquí, le di la ventaja de unos metros de distancia porque si lo llegaba a alcanzar, ese era su fin…

Hemos avanzado unos cuantos metros dejando atrás mi vehículo, la desesperación de mi presa por alejarse de mí, me es fascinante, me encanta crear ese miedo en mis presas.

Sabía perfectamente que este hombre era un cobarde, que no era bueno para Julia, porque el único que es bueno para ella, soy yo, es decir mi persona.

De repente me detengo, provocando que el sonido del hacha contra el suelo cese. Mi victima sigue huyendo con ahincó, provocando que mi adrenalina aumente sintiéndome mejor que cuando tomo mi medicina para calmarme.

El saber que tengo el control absoluto y el dominio de su vida en mis manos, me provoca éxtasis, rio a carcajadas como un loco, provocando que mi víctima se detenga tensándose, me rio el extasis me ha invadido

--¡¿ACASO DIJE QUE TE DETUVIERAS?!

El hombre me mira de reojo desde el suelo negando con avidez, hace ademan de arrastrarse de nuevo, me quedo mirándolo mientras lo hace, es fascinante observar el miedo en los otros

--¡¿HAS APRENDIDO LA LECCION?!

El hombre continúa arrastrándose, alejándose de mí, el enojo sigue invandiendome

--¡NADIE TOCA A MI MUJER!

Suplica:

--PORFAVOR, DEJAME VIVIR

--Pudiera hacerlo--sueno mis dientes con tristeza fingida: -- Pero no se me da la gana….

Inclino mi cabeza y cierro los ojos rezando

--Padre nuestro que estas en los cielos, santificando sea tu nombre, venga tu reino…

IR A LA IGLESIA CON JULIA LOS DOMINGOS, DE HECHO, (ELLA ENTRANDO A LA IGLESIA Y YO SENTANDOME EN LA ULTIMA DE LAS FILAS PARA EVITAR LLAMAR SU ATENCION), he podido escuchar algunos de los sermones del pastor en los cuales he comprendido que:

Siempre es bueno rezar en todo tiempo, sea en tiempos buenos o malos, por lo que la decisión de santificar a mis victimas para darles el descanso eterno es un buen momento ¿no?

El hombre se detiene en seco

--¡NO NO NO PORFAVOR, QUIERO VIVIR!-- pide y suplica como la maldita raza inferior que es.

Termino de rezar, levanto mi rostro

--QUE DESCANSES EN PAZ.

Sin más corro a hacia el para clavar el hacha en su cuerpo mientras sus gritos desgarradores retumban en el desolado lugar.

Tres días después…

Entro en la cafetería a paso lento con mi sonrisa rebosante de amabilidad, Julia como todos los días se encuentra en el otro lado de la vitrina, hago fila para esperar mi turno, ya que una pareja se encuentra ordenando.

Después de la espera los ojos de Julia se clavan en mí y sonríe de oreja a oreja al verme. ¿Como puede sonreírme así después de lo que hizo la otra anoche con ese sujeto?

Recuerdos llegan a mi mente, ella besándose con ese malnacido, tenso mi mandíbula, sin embargo, la voz de mi cabeza me calma:

TRANQUILO, NO TE ENFUREZCAS, YA OBTUVISTE TU VENGANZA.

Le devuelvo la sonrisa leve sin dejar de lado mi amabilidad, antes de hablar para pedir mi orden

--¿Un expreso con dos de azúcar?-- me detiene antes de que pueda decir algo.

Me mira atenta esperando mi verificación, sonrió de lado asiento con complaciencia

--Si, pero por hoy necesito una cucharada más de azúcar por favor…

Ella asiente acercándose a la máquina de café

--¿Alguna reunión importante?--pregunta con interes

Está interesada en mí, mi ego se infla al saberlo.

 --Si, hoy tendré que enfrentarme a una bola de empresarios hambrientos-- y el carisma y la amabilidad llenando mi voz.

Ella suelta una risita que resuena en el lugar, ¿acaso una risa puede sonar tan bellisima?

Toma la taza en sus manos

-- Pues suerte con eso…

Se detiene no sabiendo como continuar con la frase, sus cejas se fruncen con confusión, se muerde el labio inferior antes de entregarme la taza humeante de café y yo le entrego el dinero, ella se inclina a la caja registradora para coger el cambio, sin embargo, puedo ver la duda en su rostro.

Se que hay algo que desea preguntarme, pero está controlándose,

Entre tanto bebo un sorbo del café y un gemido de placer se me escapa.

 --Mmmm esto es lo mejor…

Ella clava sus ojos en mí, me mira por un rato, muerde su labio inferior mostrándome que pensamientos muy indecentes están rodando por su cabeza y luego abre y cierra sus ojos espabilándose antes de extenderme mi cambio.

Le sonrió y le agradezco, me doy vuelta caminando dos pasos a la salida

--Hey-- me llama

Paro en seco porque sé que se dirige a mí, volteo mi rostro hacia ella y me hago el desentendido, me señalo con mi dedo índice

 --¿Es conmigo?--pregunto confundido.

Ella sale de vitrina y camina quedando de frente a mí, toma una gran inspiración

-- ¿Ccc cómo te llamas?-pregunta con nervios

La confusion cierne mi rostro.

-- Lo siento\, creo que he sido muy invasiva\, solo quiero saber tu nombre para anotarlo en la lista de mis clientes regulares…

Mi rostro se plasma con sorpresa, su discurso rapido me sorprende

-- No te preocupes si no quieres decírmelo no es necesario-- añade

Suelto una risita por lo bajo por su manera de hablar con tanta rapidez y sin tomar ni un gramo de aire en el trayecto.

Su semblante se encuentra dudoso

--Soy James, James Brown…

Le extiendo mi mano libre para que la estreche, ella se pasma por unos segundos, pero después la estrecha, y este ha sido uno de los mejores momentos de toda mi maldita existencia, todo pasa en cámara lenta sus dedos hacen contacto con los míos, y siento su palma cálida en conjunto de su delicada piel hacer contacto con la mía.

Ella me responde, sonriéndome: --Un gusto James Brown--recalcando mi nombre con delicia.

Soltamos nuestras manos

--James, ¿puedes darme tu número de teléfono?-- continua con valentia

¿Qué mierda está pasando?

Me extiende una servilleta en conjunto de un esfero azul.

Con una sonrisa de suficiencia y en tono burlón

--¿Eso también es necesario para el listado de clientes regulares?

Ella se muerde el labio inferior entre que sonríe con coquetería

--Es muuuuy necesario…

Cojo el papel entre mis manos y empiezo a escribir mi número.

Es ahora o nunca

Yo también tomo valentía para preguntarle

--Julia, yo también tengo una pregunta para ti…

Le extiendo el papel y ella lo toma

--Dime...

Doy dos pasos quedando cerca de su rostro, miro directo a sus ojos y me acerco a su oído percibiendo su olor provocando que su respiración se acelere

--¿Estas libre esta noche?--le pregunto en un susurro

Su piel se tensa al percibir mi aliento contra su piel una sonrisa de suficiencia se forma en mis labios, ella se separa mirándome a los ojos con sorpresa, pero luego con una sonrisa de rivalidad me contesta

--Estaré libre a las 9…

Me separo de su cercanía y le contesto

--Bien, entonces pasare por ti a las 9.Y sin más me doy media vuelta con mi emoción al borde al saber que al fin tendré una cita con mi víctima.

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