No te fijes en los ingleses.

Me reí de mi misma. Limpié mis lágrimas y entré a la fiesta.

— Papá. ¿Podemos irnos?

— ¿Quieres irte tan temprano?

— Por favor. No me siento bien.

— Está bien hija. Vamos. — Me sacó de la fiesta y subimos a su auto.

— Papá.

— Dime.

— Hace unos meses me inscribí a un concurso de arquitectura. Gané el tercer lugar. — Le enseñe el premio en mi teléfono.

— ¿De verdad?, ¿Porqué no me lo había dicho?, ¿Qué quieres que te compré?, te daré lo que me pidas.

— Sólo quería compartir mi felicidad. Y decirle que tomé una decisión muy importante.

— Mi pequeña hija tomando decisiones importantes. Cuéntame de que se trata.

— Estudiaré arquitectura.

— ¿De verdad?, hija me haces tan feliz. — Sonrió y me abrazó.

— En Inglaterra. — Su sonrisa se desvaneció.

— ¿Dónde? — Me miró a los ojos. Algo en los suyos me decía que fuera una broma.

— En Inglaterra. Mandé mi proyecto para allá. Me ofrecieron una beca completa.

— Hija. Yo .... ¿Porqué tan lejos? ¿Qué pasó con ser médico cirujano?

— Me dí cuenta de que no era lo que yo quería. Era lo que pensé que quería. Pero realmente no me gusta la sangre. Desde niña me gustó hacer maquetas. Dibujar. Verte hacer trazos. Eso siempre me gustó y pensé dejar mi pasión de lado.

— ¿Porqué?

— Por alguien que no vale la pena. Esta noche me ilumine y decidí que nunca dejaré mis sueños por nada. Quiero ser arquitecta. Lo decidí.

— Estoy orgulloso de ti. Y si es lo que quieres no pienso impedirlo.

— Gracias papá. Eres el mejor.

— Pero eso sí. Dejaras que te visité seguido.

— Por supuesto. Serás bienvenido siempre.

— Supongo que todavía no sabes dónde hospedarte..

— La universidad tiene albergue.

— Mi hija no se quedará en un albergue. ¿Quieres un departamento o una casa.?

— Papá no es necesario.

— Decide. ¿Casa o departamento.?

— Un departamento.

— Perfecto. Lo conseguiré para tí. En el centro de Londres.

— No. Prefiero quedarme cerca de la escuela.

— ¿Estás segura?

— Si. Es mejor así.

— Está bien.

Al día siguiente me levanté tarde. Muy tarde. Una de las empleadas de la casa fue a despertarme.

— Señorita tiene visitas.

— ¿Visitas? — Nunca nadie me visita. — Gracias. En un momento bajó.

Me arreglé un poco y bajé.

— ¿Qué hace usted aquí? — Era la hija de su... Mamá.

— Buenos días preciosa.

— Serán buenos para ti.

— Vine a darte las gracias.

— Ya me las dió ahora larguese. — Iba subir las escaleras pero ella me detuvo.

— Espera. ¿No quieres saber que te agradezco?

— Supongo que el haber cuidado a Dante. Si es eso no tienes que dar las gracias. Lo hice porque yo si se lo que es amar a alguien.

— Sabía que estabas enamorada de él. Mi intuición no le falla. Lástima que el nunca te vió cómo algo más que una amiga. — Se rió. — Bueno ahora ni cómo amiga te quiere.

— Si ya terminó de burlarse puede irse de mi casa. La puerta queda por aya. — Señalé la salida.

— ¿No te afecta lo que te estoy diciendo.?

— Escúcheme. Yo crecí rodeada de amor. Soy la adoración de mi padre y hermano. ¿Crees que me voy a poner triste porque un idiota me dijo que no me quiere volver a ver?

— ¿No lo amabas?

— El amor es algo que no dura toda la vida. Hoy lo amó mañana quien sabe. Además soy muy joven. Estoy en la etapa de cometer errores. De enamorarme de la persona equivocada, de olvidarla y volver a amar. ¿Entiende lo que digo.?

— Siento que lo estás diciendo por orgullo. Por rabia. Pero qué en realidad lo único que quieres es correr hacia el y decirle la verdad de lo qué pasó ese día.

— Yo intenté decírselo. El no me quiso escuchar. Lo que pasé de ahora en adelante no es mi problema. Ustedes su vida y yo la mía. Ahora me retiro necesitó dormir. — Subí las escaleras.

Al entrar en mi habitación me derrumbé. Claro que lo único que quería era ir y aclarar todo. Pero sabía que no serviría de nada. Por eso decidí no hacerlo. Cómo le dije a ella. Seguiré con mi vida.

...Tres semanas después....

Mi padre y mi hermano me acompañaron al aeropuerto.

— Perezosa cuídate mucho. Lo que sea que necesites no dudes en llamarme. — Mi hermano mostraba preocupación. A su manera.

— No salgas en las noches. Evita el alcohol y las fiestas.

— Si papá. Me cuidaré bien.

— No te figes en los ingleses. No son guapos.

— Para ti ningún hombre es guapo. Sólo tú.

— Eso es cierto.

— Te voy a extrañar. — mi padre me abrazó.

— También te extrañaré. — Lo abracé con fuerza.

— Iré a visitarte seguido.

— Claro. Sólo me avisas para tener ordenado el departamento.

— Ni siquiera pienses en vivir en un chiquero. Busca a alguien que lo limpié. — Mi hermano conoce mis malos hábitos.

— Si. Lo que digas.

Llamaron para abordar el avión.

— Ya me tengo que ir.

— Ya sabes. Cualquier cosa...

— Si. Lo sé. — Los abracé una última vez y caminé a la puerta que me indicaron. Entré al avión y me senté.

Sería un viaje largo y aburrido así que puse música. Me daba igual cuál fuera.

Estoy a punto de emprender un viaje

con rumbo hacia lo desconocido

no sé si algún día vuelva a verte

no es fácil aceptar haber perdido.

¿Qué no es fácil?, dímelo a mí. Acabó de perder.

Por más que suplique no me abandones

dijiste no soy yo es el destino

y entonces entendí que aunque te amaba

tenía que elegir otro camino.

Exacto. Es que si ya sabes que alguien no te ama debes alejarte. No importa cuánto duela.

De que me sirve la vida

si eres lo que yo pido

los recuerdos no me alcanzan

pero me mantienen vivo

de que me sirve la vida

si no la vivo contigo

de que me sirve la esperanza

si es lo último que muere

y sin ti ya la he perdido.

Yo perdí la esperanza esa noche. Esa noche en que no quiso ni escuchar mis explicaciones.

Escucha bien amor lo que te digo

pues creo no habrá otra ocasión

para decirte que no me arrepiento

de haberte entregado el corazón.

De eso no me arrepiento. Yo le confesé mis sentimientos. Le demostré de todas las formas posibles mi amor. Si el no supo apreciar mi corazón es su problema.

Por más que suplique no me abandones

dijiste no soy yo es el destino

y entonces entendí que aunque te amaba

tenía que elegir otro camino.

De que me sirve la vida

si eres lo que yo pido

los recuerdos no me alcanzan

pero me mantienen vivo

de que me sirve la vida

si no la vivo contigo

de que me sirve la esperanza

si es lo último que muere

y sin ti ya la he perdido.

De que me sirve la vida

si eres lo que yo pido,

los recuerdos no me alcanzan

pero me mantienen vivo

De que me sirve laaaa vida

de que me sirve la esperanza

si es lo último que muere

y sin ti ya la he perdido.

Y sin ti ya la he perdido...

Me dormí escuchando la canción. Al despertar tenía hambre así que pedí comida. Cené y me volví a dormir.

Desperté de nuevo porque tenía ganas de ir al baño. Fuí y después me senté en mi aburrido asiento. Vi una película y después me dormí de nuevo. Esté viajé en verdad era aburrido. Muy.

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