El mafioso más poderoso.

**** Marc Salvatore ****

Verla parada frente a mí con ese vestido rojo me hace enloquecer, definitivamente le combina con su cabello negro y le otorga un aspecto sexual e irresistible, puedo visualizar como trata de sentarse alejada de mí, cosa que me molesta y no tardo en comunicárselo, a pesar de su mala actitud acata obedientemente mi orden y toma asiento junto a mí; sin más preámbulo inicia la cena.

Puedo observar como mantiene su mirada fija en el plato, el cual no toca ni por inercia, intentó calmar mi enojo y enfocarme en mi platillo, pero al ver que esta conducta se sigue repitiendo no aguanto más y exploto.

- ¿No piensas comer?, ¿crees que la comida solo está de lujo?.- hablo mientras intento controlar mi carácter.

- Lo siento, pero no tengo apetito.- intenta excusarse.

- ¿No tienes apetito?, perfecto, ¿supongo que es porque los platos no son de tu agrado?, no pasará nada si hago responsable al chef de esto, ¿Verdad Isa?.- la miro fijamente.

Puedo notar que comprende cada una de mis palabras debido a que comienza a comer, no quiero obligarla pero su comportamiento no me deja de otra. Luego de un tiempo, esa solo alcanza a comer una pequeña porción de su comida y se justifica diciendo que está llena, por no presionarla más dejo pasar el asunto.

Después de finalizar la cena, ordeno a todos los presentes retirarse menos mi pequeña Isa, la cual se coloca nerviosa al escuchar mi petición, sin entrar detalles la guio hasta el jardín para aclararle un par de cosas.

- ¿Dónde estamos?.- me pregunta un poco desconcertada al visualizar a nuestro alrededor.

En cierta parte, me alegra saber que quiera entablar una conversación conmigo.

- En las costas de Italia, cada pedazo de tierra que alcancen a ver tus ojos, me pertenecen.- le confieso.

Puedo notar como su respiración se acelera al escuchar mis palabras, provocando que esta se aleje y dirija su mirada hacia la nada.

- ¿Por qué me trajiste Marc?, ¿Quién eres?, ¿Qué quieres de mí?, explícame por favor.- me interroga y suplica con voz temblorosa.

En estos momentos no sé si está llorando o aguantando las ganas, pero en cierta manera me fastidia esa conducta de ella, reprimiendo mis sentimientos le contesto.

- Como me presente anteriormente soy Marc Salvatore, primogénito y heredero del imperio Salvatore, para que te hagas una idea más generalizada y concreta, mi familia por siglos se ha dedicado a la mafia y como supones yo seguí sus pasos, actualmente soy considerado como el mafioso más poderoso e influyente de todo latino- América. Y con respecto, el porqué te traje aquí es simple, desde el mismo momento en que posee mis ojos en ti no puede sacarte de mi cabeza y como obra del destino siempre de una u otra forma acabamos encontrándonos y a eso sumándole el hecho de que me vi al obligado venir para acá, así que no tuve otra opción que traerte.

Mis palabras son como dagas que destrozan su más mínima esperanza y eso puedo verlo reflejado en esos de ojos color miel, los cuales muestran miedo, dolor y agonía.

- ¿Por una maldita obsesión, me arrancaste de mi familia y me forzás a estar aquí?.- me dice con sarcasmo, pero lo ignoro.

- No puedo confirmar si estás en lo cierto, pero de lo único que te puedo afirmar es que no me arrepiento de mi decisión.- hablo con franqueza.

De la nada siento un ardor en mi mejilla para comprobar que Elizabeth me ha abofeteado, furioso y disgustado por su acción, me acerco a esta y la tomo del rostro haciéndole saber su error.

- No tientes tu suerte, porque de la misma manera que te traje, te puedo hacer desaparecer- le digo enojado.

Es la primera mujer que se atreve a ponerme una mano encima, por más que me guste su cuerpo y cara no dejaré pasar otra ofensa.

Sin decir más, la suelto provocando que gima de dolor por mi agarre, esta rápidamente comienza a frotar su rostro para disminuir el enrojecimiento producido por mis dedos.

- No sabes como te odio.- puedo ver el desprecio en sus palabras.

- No me importa, con solo tener tu cuerpo me basta.- doy a conocer mis verdaderas intenciones.

Puedo ver como mis afirmaciones le causan conmoción, ya que intenta marcharse, pero soy más rápido y la jalo del brazo generando que caiga entre mis brazos, sin demora poso mis labios en los suyos, al principio esta coloca resistencia pero después de ejercer un poco de presión logró que me dé acceso a su boca, cosa que aprovecho e inicio a explorar con mi lengua, es mejor de lo que había imaginado, sus labios tiene un sabor dulce natural, el cual me embriagan y me incita a querer más.

Después de un tiempo y observar su falta de oxígeno decido romper el beso, lo que ocasiona que está me intente abofetear de nuevo, pero soy más rápido y alcanzo a esquivarla.

- En tu vida me vuelvas a tocar - dice mientras se limpia los labios.

- Mi bella Isa, no me provoques, porque puede ser que la próxima no sea solo un beso. - hablo con un poco de ironía.

Estas sin decir nada se marcha del lugar, dejándome con una sonrisa, definitivamente no me equivoque con ella, es más inocente, pura y linda que había imaginado.

Un tanto curioso me dispongo a comprobar su ubicación y de acuerdo con los empleados se encuentra en mi habitación, con un tanto de malicia me dirijo hacia esta para verificar que está haciendo, para encontrarme con una chica profundamente dormida, de inmediato mis ojos se dirigen al suero que está conectado a su brazo y al instante concluyo que Daniel ha venido y le ha inyectado un calmante, sin demora me empiezo a desvestir hasta quedar en bóxers, para después meterme entre las sabanas con ella, solo espero que cuando se levante mañana en la mañana no se asuste y forme un escándalo por estar en la misma cama, su olor a lirios me relaja y de a poco me ayuda a conciliar el sueño hasta quedarme profundamente dormido.

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