día zero

___Desde hace más de dos mil años la humanidad cada vez se volvía más arrogante, los innovadores avances en la ciencia y el conocimiento crearon en ella una sensación de conformidad, la esperanza de vida de las personas era alta, las comunicaciones se hicieron mundiales, cambió la forma del mundo.

Los sueños de las personas que hicieron todo esto posible, en su tiempo, no fueron más que ideas estúpidas y sueños imposibles. Lo que nos hace pensar, ‘si esos disparates se volvieron realidad, algún día lo que hasta entonces consideramos ciencia-ficción; ¿Será real?

Al parecer… era verdad. La tarde del 3 de Julio de 2067 en Nevada, Estados Unidos, se presentó un fenómeno que parecía salido de una novela de terror, en un par de minutos una gran niebla de un color oscuro comenzaba a expandirse por todo el estado a una velocidad alarmante.

En un par de horas gran parte del estado, casi toda su superficie, estaba cubierta por esa densa oscuridad, la noticia no tardó en hacerse viral gracias a los distintos medios de comunicación, gracias a ello miles de personas se reunieron a las orillas del fenómeno a pesar de las advertencias que el gobierno había difundido.

A pesar de la presencia de las fuerzas militares, una absurda cantidad de personas se concentraron en el perímetro que estos establecían para proteger la zona del incidente y mantener a la gente lejos.

La situación permaneció igual por otro par de horas, hasta que un sonido inesperado desato la intriga entre los asistentes. Sin previo aviso, desde lo más profundo de la niebla, se originaba una serie de sonidos escalofriantes que recorrían el cuerpo, lamentos que concebían una sensación de terror sobre la gente que estaba estupefacta.

Aquellos que lo presenciaban no eran capaces de parpadear si quiera, los sonidos se apaciguaron gradualmente pero cuando al fin estaban por desvanecerse, la densa bruma comenzaba a moverse nuevamente, engullendo a todos los que estaban ahí solo para presenciarlo.

De inmediato comenzó una carrera donde se apreciaba el característico egoísmo humano, las personas se empujaban, golpeaban y pasaban unas sobre otras en su intento de escapar del peligro en el ellos mismos se habían metido.

Las fuerzas militares sin titubear coordinaron esfuerzos para resguardar a los oyentes que fueron consumidos por el miedo.

La retirada fue rápida pero era inevitable que la niebla los engullera. Se encontraba dentro de ella, la mayor parte de la gente por no decir toda. Los sobrevivientes se detuvieron una vez recorrieron unos 250 metros y se percataran de que la niebla suspendió su camino.

Durante unos minutos, los observadores restantes admiraban la densa oscuridad esperando ver salir a los que fueron alcanzados por sus brumas, mientras se tiraban al suelo o jadeaban con intención de recuperar el aliento tras el maratón que fueron obligados a correr.

Al mismo tiempo, desde la oscuridad comenzaban a escucharse diversos estruendos, al igual que múltiples gritos de terror que sonaban al ritmo de los desesperados disparos de un soldado que luchaba por su vida,

Nadie entendía el motivo de los sonidos, supuestamente se trataba de una niebla con posibilidad de ser toxica, que ya de por sí era un peligro, pero ¿Cuál era la razón para disparar?, ¿Qué era lo que se escondía dentro de esa espesa cortina de humo?.

Durante las siguientes 4 horas un ensordecedor sonido, parecido a una alerta por ataque nuclear, abarcaba todo el perímetro. Esta como todos los sonidos previos provenían del interior de la niebla, la angustia y la curiosidad consiguió tentar a varias personas y militares que con la esperanza de encontrar a sus amigos o acompañantes, se aventuraron a entra en ella.

El tiempo trascurría y ningún individuo, ya sea de los que fueron atrapados en la primera ocasión o los que ingresaron después, había regresado.

El temor se apoderó de los corazones de la gente que con un gran pesar en sus almas emprendieron una retirada de la zona por temor a que el muro de oscuridad se expandiera de nuevo.

La decisión que tomaron fue la correcta ya que una vez pasadas 12 horas del incidente la niebla emprendió su camino nuevamente, pero en esta ocasión en vez de avanzar 250 metros la distancia fue de 500 metros. Que por suerte, ninguna persona se encontraba dentro de ese radio.

Al día siguiente se dieron a conocer las cifras de desaparecidos, dejando un total de 10,000 personas desaparecidas, tanto civiles como militares, aproximadamente.

Desde ese día la niebla solo siguió expandiéndose sin que nadie pudiera hacer nada al respecto, sin embargo aunque cada vez recorre más distancia de la misma manera sus intervalos de movimiento son más tardados.

Hasta ahora se han enviado una gran cantidad de científicos e investigadores a lo que ahora conocemos como “la orilla”, que es el perímetro actual de la niebla, en donde trabajan arduamente para recabar información sobre su origen, naturaleza y los efectos de esta misma.

Hasta el momento lo único que han descubierto es que no era toxica ni dañina para ningún ser vivo, esto creaba más dudas que respuestas, ya que si la niebla no fue la causa de las desapariciones entonces ¿Qué era?

Las anomalías de este fenómeno generaron que gran parte de la población norteamericana migrara a otras naciones por temor a esa singular niebla negra. Estados Unidos entró en un estado crítico en busca de ayuda. Para afrontar este problema se unió a Canadá y a México.

El objetivo era mandar fuerzas de reconocimiento dentro de la niebla, pero para ello, se necesitaba una gran cantidad de personal con el que no contaba Estados Unidos.

Por ello es que a todos los que fueran interceptados por las fuerzas mexicanas serian reclutados y mandados a explorar la zona.

El mundo está en un gran caos, no hace falta más que un poco de tiempo para que esta bomba explote y cree un nuevo conflicto mundial___

Leo estaba satisfecho con lo que había escrito-“Si tengo que ir allá, por lo menos espero poder averiguar algo sobre ellos”- susurró afligido mientras dirigía la vista hacia la ventana donde se apreciaba como las sutiles gotas de lluvia comenzaban a caer, anunciando la llegada de una tormenta.

No pasaron ni 5 minutos antes de que la lluvia arreció sobre la carretera, empapando las ventanas y filtrándose entre las grietas de los viejos vidrios. El ruido de las gotas cayendo sobre el techo metálico pareció ser suficiente para despertar a Ulises quien se levantó de golpe aun con un rastro de saliva escurriendo sobre su rostro.

-“Seguimos en la carretera, oye. ¿Qué es lo que haces?”- pregunto Ulises, limpiándose la baba con la manga de su playera y con una voz somnolienta, al ver a Leo observando, tan pensativo el pasar de los árboles.

-“Ha, buenos días. No es nada, es solo que no puedo dormir”-Dijo, cerrando y guardando, la libreta, nuevamente en su mochila.

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