EL CASTILLO DEL VAMPIRO [YAOI]
Dark:
Honey:
En el país de Transilvania abundan seres poderosos. Se cuentan muchas historias sobre aquellos que habitan en aquel lugar y de las cosas que pueden suceder de noche, sin embargo, muy poco se cuenta sobre los cuatro pueblos de las lunas.
Estaba el pueblo de las Lunas Crecientes, Lunas Nuevas, Lunas Menguantes y, después de todos ellos, estaba el pueblo de las Lunas Llenas.
Cada pueblo era gobernado por un vampiro de una sola familia. Todos solían ser justos con su pueblo y siempre protegían a los aldeanos que podían habitar en aquellos lugares. Eran unos pueblos ricos en oro, en petróleo, en siembras y en animales. Todos destacaban por una sola cosa en especial y se encargaban de resaltar aquella cosa. Sin embargo, para esta historia, nada más nos vamos a centrar en el pueblo de las Lunas Llenas. Donde sus lunas, como el nombre lo dice, son enormes, relucientes y brillantes. Salen cada noche sin falta para iluminar el pueblo y a su gobernante: Dark, un vampiro de sangre pura, de dobles colmillos y con un poder que supera el poder de todos sus demás hermanos.
Las personas solían siempre dejarle ofrendas a la entrada del castillo que era enorme y siempre iluminado por las lunas que nacían detrás de el. Él solía salir a caminar en las noches, pues de día jamás abandonaba su castillo, y, en aquellos momentos, las personas aprovechaban de agradecerle por su protección, por la comida que les daba, entre otras cosas. Muchos decían que, en ocasiones, eran un Rey cruel, pero justo.
Él nunca dejaba a un aldeano sin comida, pero, si le llegaba la noticia de que alguien había robado, no dudaba en asesinarlo.
Llevaba gobernando cien años y las personas aseguraban que de seguro iba a gobernar por muchos años más porque su vitalidad era enorme, sin embargo, eso es lo que ellos pensaban y creían por no saber las cosas que ocurrían en el castillo realmente. Pasaban sus días dejando ofrendas e incluso ofreciendo su sangre, pero nadie sabía lo que allí realmente estaba sucediendo.
Cuando la noche llegó, el vampiro estaba mirando por la punta de su castillo. Era ágil, fuerte, rápido y siempre solía verificar todo desde lo alto. Observaba a las personas que caminaban porque aún no terminaba de anochecer bien, así que las personas todavía estaban en proceso de guardar sus puestos de ventas. Casi podía sentir el latir del corazón de todos, pero ningún latido le agradaba.
No supo exactamente cuanto tiempo se quedó ahí arriba, pero, al girarse, vio la luna llena salida por completo. Cerró sus ojos e inspiró profundo para bajarse. Caminó por el pasillo mientras su capa se movía debido a la velocidad de sus pasos. Solía vestir de negro la mayoría de los días, pero también vestía de rojo cuando la ocasión lo ameritaba.
Vio a uno de sus hombres fieles a la espera en la escalera.
—Su majestad, desgraciadamente, no podemos hacer nada más por la mujer. Ha enfermado y los medicamentos no contrarrestan los síntomas.
—¿Fue por mí? —preguntó el vampiro mientras observaba a la mujer en la cama.
—No, majestad, fue por un virus que ha pescado, pero usted no tiene nada que ver. Creo que le sirvió por unos buenos cuarenta años, pero ella no podía hacer mucho cuando es una simple humana.
—Entiendo —soltó girando sobre sus pies.
—El doctor dijo que no le quedan más de dos meses de vida, pero que los dolores serán demasiados si no tiene el dinero suficiente para obtener los calmantes.
—Llévala al mejor hospital y paga todos sus gastos, su sangre siempre fue buena y me lleno de fuerza.
—Sí, su majestad, de inmediato.
Intentó mantener a calma porque no era la primera vez que perdía un recipiente de sangre, pero esta vez se sentía diferente. Solía perderlos cuando justo estaba alimentado, pero la mujer había enfermado antes de que pudiera hacerlo. No estaba acostumbrado a pasar aquellos días donde debía alimentarse sin hacerlo.
Si no tenía la sangre a su disposición, sabía que se podía descontrolar. En sus años anteriores, siendo un neófito, había acabado con pueblos enteros porque su hambre era mucha más intensa que la de sus hermanos. Cerró sus ojos porque no estaba en sus planes acabar con todo su pueblo que confiaba en él, pero debía encontrar un recipiente de sangre lo antes posible.
—Su majestad —habló el hombre canoso que se acercaba a él.
—Dime, Gayle.
—Puede recurrir a la sangre que se encuentra reservada por unos días. Ha pasado mucho tiempo siendo congelada, pero le puede servir de ayuda mientras tanto.
—No puedo, esa sangre lleva más de mil años guardada. Si la pruebo no me va a ayudar en nada. Está más que expirada. Ordena que la tiren a la basura y la quemen.
—Perdóneme, solo era una sugerencia, mi Rey.
—Iré al pueblo.
—¿Está seguro?
—Totalmente. Aún tengo fuerzas para controlarme, necesito ver si encuentro algún recipiente de sangre lo más pronto posible.
—Le deseo suerte, su majestad.
El vampiro simplemente se subió a una carroza que comenzó a avanzar por el lugar. La entrada tenía una gran distancia con el castillo, así que el caminarlo le podía tomar dos horas y usar sus habilidades no estaba en sus planes, porque eso solo lo haría sentir más hambriento.
Debía haberse alimentado hace dos días, pero no había podido hacerlo por la enfermedad de la mujer. Lo máximo que podía durar sin probar sangre humana era nada más una semana.
Las personas, al percatarse de que las puertas eran abiertas, se emocionaron. No habían visto a su Rey en los últimos días, así que todos comenzaron a estirar cosas a la carroza que eran tomadas todas por los guardias. Cuando llegaron al centro, Dark se bajó con cuidado. Todos siempre lo quedaban mirando por su belleza, por su fuerza, por su imponencia, y no dudaban en arrodillarse para mostrarle respeto.
—¡Lo amamos, mi Rey!
—¡Larga vida al Rey!
—¡Por favor, le ofrezco mi sangre!
—¡Gracias por cuidarnos!
—¡Bendiga a mis hijos, su majestad!
Él miraba a todos y les agradecía. Tomaba todos los obsequios de los niños pequeños que se acercaban a él sin miedo alguno. A nadie le daba miedo la intensidad de sus ojos rojos ni la cicatriz que tenía en su ojo izquierdo en forma de cruz, ni siquiera el hecho de que los podía matar a todos sin duda alguna, mas eso jamás iba a suceder. En los reinos de las lunas un Rey jamás había matado a un aldeano sin una justificación. Todos eran conocidos por ser justos y buenos, a diferencia de otros vampiros que sí eran malos y terroríficos.
Él caminó por el pueblo de manera lenta hablando con algunos aldeanos y escuchando a algunas mujeres e inclusive cargando a algunos niños pequeños.
Estaba atento escuchando como una mujer le mostraba unas castañas enormes cuando a su nariz llegó el olor de algo que casi lo paralizó: sangre. Lo que estaba muerto en su pecho, sintió que volvía a latir y movió su rostro hacia la derecha. La mujer lo quedó mirando por unos segundos, pero luego se entretuvo al comenzar a hablar con otra mujer.
Nadie le tomaba importancia al hecho de que el vampiro comenzaba a caminar entre todos casi de forma desesperada.
Sus hombres lo siguieron con rapidez, aunque no era la misma rapidez que usaba él. Hasta parecía que ni siquiera caminaba y solo levitaba en el suelo por lo rápido que se movía. Giró en las calles hasta que se detuvo viendo como unos chicos se divertían golpeando a otro. Se quedó mirando como, a pesar de que el chico estaba en el suelo, ellos simplemente le daban patadas y puñetazos restándole importancia. Para ellos era un simple juego y nada más que eso.
El que estaba en el suelo estaba vuelto un ovillo sin hacer nada, pues estaba más que acostumbrado a siempre ser golpeado por aquellos chicos como si fuera un simple trapo sucio. Cuando los golpes cesaron, asumió que los chicos se habían cansado y ya. Tenía golpes por todos lados y su cuerpo dolía. Incluso el abrir los ojos le tomaba demasiado esfuerzo.
Escuchó pasos que se acercaban y supuso que lo iban a seguir golpeando, hasta que sintió como su cabello gris y largo era acariciado de forma gentil.
Tembló en el suelo unos segundos y abrió sus ojos con lentitud para ver unos ojos rojos que lo observaban atentamente. Él sabía a quiénes pertenecían e intentó moverse para alejarse, pero le era imposible. El vampiro lo examinó unos segundos porque se veía un chico no mayor de veintidós años o tal vez veinticinco. Vio su rostro magullado. Luego, sus ojos bajaron hasta su cuello donde su pulso palpitaba y pudo sentir esa enorme cantidad de sangre que se hospedaba en ese lugar.
Casi sintió sus colmillos agrandarse, pero se controló para preguntar:
—¿Cómo te llamas?
El chico lo quedó examinando porque así de cerca se veía mucho más aterrador. La cicatriz en su ojo izquierdo se veía peligrosa y solo pensó en el hecho de que debió ser creada por alguien que había intentado matarlo.
Reunió fuerzas porque sabía que tenía que responder. El ignorar una pregunta de su Rey podía ser una enorme falta de respeto.
—H-Honey —susurró.
Vio al vampiro pasar su dedo índice por una de sus heridas y llevarlo a su boca para probar su sangre.
—Honey, tu sangre es el más exquisito elixir —murmuró Dark porque sintió que, solo por una pequeña probada, todos sus malestares se esfumaban.
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Updated 61 Episodes
Comments
Shizu_Ka_
Realmente transilvania es una ciudad de Rumania, no un país
2024-08-15
0
🤍Milly 🤍 ❤ KookTae Real vv ❤
Güey!!!!!!! que tierno se mira!!!!!!!!❤❤❤
2024-04-29
5
P_Phoenix
oh em gi gente es un placer empezar está historia 13/03/2024
2024-03-14
6