— ¿Hablaban de mí? — Ahora es Magdalena quien se acerca y se sienta junto a mí tomando un poco de fruta de mi plato.
— De hecho sí, ¿Acompañarás a Ángela en su viaje a Canadá? — Lo fulmina con los ojos, pero él sonríe travieso.
— ¿Viaje a Canadá? ¿Cuándo? ¿Por qué no me contaste? — Mi prima empieza a disparar preguntas.
— No te preocupes, no eres la única a la que toma por sorpresa, pero aún no me respondes ¿la acompañaras?
— Definidamente no, lo siento amigo, pero tendrás que buscar a otro perro guardián, tengo planes para las próximas semanas y amo pasar tiempo con Ángela, pero Canadá no es donde quiero pasar mis vacaciones de la U, es el último semestre y me voy a despedir de mis amigos como se debe.
Te amo prima. — Magdalena se levanta, me lanza un beso y luego se marcha.
— No lo puedo creer, ¿en realidad te irás sola? ¿Y yo que? Sabes que no me gusta estar lejos de ti. — Se vuelve a quejar y yo suspiro.
— Amor, no me voy a ir por siempre, ya verás que los días se irán rápidamente y luego me dedicaré de lleno a planear nuestra boda, no sabes cuánto deseo ser tu esposa. — Le sonrío y él vuelve a tomar mi mano dejando un beso en ella, pero por primera vez veo algo en sus ojos que no puedo descifrar, su mirada tiene algo de ¿resentimiento?
Pov. Mikha'el.
— ¿Mi amo, de modo que volverá al mundo de los vivos?
— Ese no es tu asunto. Tú solo encárgate de darme placer, solo para eso te he llamado.
Safiro es una de mis súbditos, y a la única que en ocasiones designo para ayudarme con el trabajo.
Ella se arrodilla frente a mí con una amplia sonrisa y yo abro mi pantalón, sacando mi miembro el cual dirijo a su boca y esta lo recibe gustosa; hasta la muerte necesita sentirse vivo aunque suene paradójico, ella intenta poner el ritmo con su boca, pero llevo mi mano a la parte trasera de su cabeza y la embisto tal como me gusta, de manera salvaje, veo que se le dificulta respirar, afortunadamente no puede morir, mi grueso miembro separa por completo sus labios maltratando la comisura de los mismos aun así me mira complacida, intenta tomarme de las caderas pero la detengo.
— No se te ocurra. — El único contacto físico que le puedo brindar ya lo tiene en su boca. Cada vez le doy más duro, cuando estoy a punto de llegar lo saco y continuo con mi mano derramándome en su rostro. Ella recoge lo más que puede con su dedo y lo lleva a su boca. Se coloca en pie, levanta su corto vestido negro, no trae nada debajo. Se coloca en cuatro frente a mí, apoyada en el escritorio donde usualmente me siento para llevar el control de mi trabajo. Y esta es otra ventaja de ser un ser superior, no necesito tiempo para recuperarme, puedo hacerlo por días enteros sin parar, incluso por una eternidad. Acepto la invitación y me adentro en ella... media hora después la giro y vuelvo a meterme en su boca donde a chorros me derramó hasta que me aseguro de haber dejado hasta la última gota. Ella se pone en pie y como es usual camina de forma inconsistente pero feli luego la faena. — Más tarde me envías a Liz, aprieta más que tú. — Sé que es humillante incluso para ella, pero se atrevió a preguntar acerca de lo que pienso hacer y debo dejarle claro que en este lugar el amo soy yo, a quien no se pregunta ni se cuestiona.
— Como ordene mi señor, hace una reverencia y sale de inmediato.
— Me siento y reviso mis libros y en la lista de pendientes con fechas anteriores solo queda el nombre de Ángela de la Torre.
Pov Ángela.
Me encuentro revisando los balances, ya que aún no lo había hecho, cuando recibo una llamada de Camilo.
— Hola. — Contesto.
— Hola, ¿cómo estás?
— Bien, terminando con los balances.
— ¿Puedes venir a mi apartamento?
— Por supuesto, una vez termine lo haré, ¿Te sientes bien? — Pregunto al notar su voz decaída.
— No, pero cuando estés aquí lo hablamos, ¿te parece?
— De acuerdo, al rato nos vemos. — Voy a colgar, pero su voz me detiene.
— Ángela...
— Dime.
— Ángela, te amo, siempre ha sido así, desde la primera vez que te vi en ese lago.
— Lo sé... trataré de no tardar. — Finalizo la llamada y llevo el lapicero a mi labio.
Es incómodo para mí hablar de ese episodio de mi vida, Camilo siempre me recuerda que ese día se enamoró de mí, pero yo solo puedo pensar en que ese mismo día fue cuando yo tenía diez años y luego de haber estado a punto de morir ahogada, luego de toda la agonía que viví sintiendo como respiraba agua y esta se colaba hasta mis pulmones, reaccioné sintiéndo los labios de aquel niño de unos catorce años besando mis labios, ese fue mi primer beso; y me lo dio el niño de los ojos grises; luego de eso mis ojos se volvieron a cerrar y cuando recordé quien me acompañaba y gritaba por ayuda era Camilo, quien para ese entonces tenía doce años.
Alejo esos recuerdo de mi cabeza y me apresuro a revisar los documentos pendientes. Una vez termino tomo mi cartera y salgo de la oficina, me despido de los empleados a mi paso y me dirijo a el apartamento de Camilo acompañada por dos guarda espaldas que desde el día de hoy me acompañan, aunque tuve que inventar escusas a papá para justificar mi cambio de opinión acerca de tener protección, él aceptó complacido al ver que su niña no va a estar expuesta.
Una vez llego al apartamento de Camilo, coloco mi huella digital, pero algo extraño sucede y es que el sistema me niega el acceso, por ello llamo a Camilo quien no tarda en abrirme. Cuando lo hace me encuentro con una versión de Camilo que nunca antes había visto, está totalmente ebrio y me mira de manera extraña.
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Comments
Yecenia Bruce
Mmm, vas a conocer la otra cara de tu novio
2024-08-22
2
Yazmin Gonzalez
jajajaja aprieta más que tú 😂 no sabía que iba a jugarle al machito
2023-10-07
0
Yazmin Gonzalez
Y que tiene que responder ella? esa no es su decisión sino de Ángela /Pooh-pooh/ desde aquí se que es un tipo manipulador
2023-10-07
0