Los hijos de Rayo.

Esa noche, Nicole se fue a la cama sola y una tormenta cayó de repente, por lo que daba vueltas y le costaba conciliar el sueño por el temor que sentía, a media noche se levantó y tomó una píldora para dormir, pocos minutos después se quedó profundamente dormida.

-¡Rayo no me dejes, te necesito, no me abandones! Repetía Nicole constantemente en sus sueños y en medio de la oscuridad que la rodeaba ella logró ver la máscara del CEO.

-¡Rayo sabía que no estabas muerto!

Podía sentir su aura dominante y ver su silueta majestuosa, era como un sueño hecho realidad, pero él mantenía sus puños apretados y su postura desafiante dejaba ver cuan enojado se encontraba.

En el sueño Nicole intentaba tocar la máscara, pero entre más se acercaba, más se alejaba. -¡Rayo no me dejes! Al momento de gritar esto último la señora Beach se sentó en la cama, y Victoria quien anteriormente la había escuchado gritar se apresuró a abrazarla.

-¡Mamá fue una pesadilla!

En ese momento Nicole se encontraba algo alterada y volteó la mirada hacia la ventana, y a

continuación observo a lo lejos una figura igual a la de su sueño.

¿Rayo? Nicole se colocó un abrigo sobre sus hombros y se acercó a la ventana, con su mirada busco la figura que observo hace un momento, pero no encontró nada.

En ese instante la luz de un rayo iluminó todo el jardín y antes de que se escuchara el trueno Victoria corría hacia su madre y la alejo de la ventana.

-¡Mamá por favor ven a descansar esta noche te haré compañía, sé que te dan miedo las tormentas y hoy no está él para cuidarte!

Nicole Beach sintió que su temor a las tormentas no ha desaparecido, y no lo había notado hasta esa fría noche de tormenta, cuando se vio sola y desprotegida, y es que en realidad Thiago siempre le ayudaba a pasar sus temores, no importaba en donde estuviera el CEO, él siempre estaba al pendiente del pronóstico del tiempo y en cada tormenta corría al lado de su bella esposa y empleaba la misma técnica siempre lograba que ella se perdiera en la ardiente llama de la pasión, le encantaba hacerla estremecer en sus brazos, Thiago al final terminó amando las tormentas, por qué cada vez que sucedía una, él se convertía en el único rayo que existía para Nicole, el único rayo que le daba paz a su vida, esa noche la joven lo extraño más que nunca, tanto así que en medio de la madrugada creyó sentir su presencia, quizás continúo soñando o quizás fue la necesidad de sentirlo cerca.

A la mañana siguiente se escuchaba con claridad el canto de las aves, la tormenta parece haber cesado antes del amanecer, en ese instante Nicole frunció el ceño y abrió los ojos con fatiga no fue una buena noche para ella por lo que aún estaba somnolienta.

-¡Mamá sabes en donde está la plancha, Douglas quiere que ayude con la camisa! Al escuchar a Victoria, Nicole dio un salto y exclamó.

-¡Lo siento nena me quede dormida, yo me encargaré de tus hermanos, está no es tu obligación!

Nicole ha tenido que acostumbrarse a vivir con lo poco que tiene, a pesar de tener pocos recursos

ella se muestra dispuesta a enfrentar su cruel realidad y sus hijos son la razón que la motiva a

seguir adelante.

¡No te preocupes mamá yo puedo hacerlo! La jovencita encontró lo que buscaba y se dirigió a la habitación de sus hermanos, luego intento a planchar la camisa, en más de una ocasión se quemó sus delicados y frágiles dedos, ella no sabía como hacerlo, nunca se vio en la necesidad de hacer nada y ahora está haciendo su mejor esfuerzo para ayudar con los quehaceres del hogar.

Rayo siempre la vio como una princesa y nunca la dejó mover ni una cuchara hoy la niña de casi quince años quiere sentirse útil, Victoria hacia lo que podía y en ese instante volvió a tocar la plancha por accidente, y de inmediato se llevó el dedo a la boca para minimizar el dolor, De pronto Diego se paró en la puerta y sintiendo pesar por ella le dijo.

-¡Ay, Vicky, no entiendo como te puedes quemar tanto, déjame a mí, te enseñaré hacerlo!

Como el mayor de los hermanos Diego siempre ha sido muy paciente con ellos y trata de enseñarles el buen camino y de cómo hacer bien

las cosas.

De inmediato Victoria le dio un abrazo y dijo con gratitud.

¡Muchas gracias hermanito, yo no sé que haría sin ti! A lo que Diego esbozó una sonrisa de medio lado y contestando con elocuencia

¡Si yo no estuviera, aún tienes a Douglas, sabes que él también te cuida mucho!

-¡No es lo mismo, Douglas solamente habla de chicas y de sus aventuras de un día, él no me cuida como lo haces tú!

Al finalizar sus palabras la puerta del baño se abrió y Douglas sonrío al escuchar que fue mencionado. ¡Que hermosos se ven trabajando en equipo, ya está mi camisa!

El joven Douglas exclamó desde la puerta y en ese instante al ver su dorso descubierto Diego se sorprendió y preguntó -¿Douglas cuando y porque te hiciste ese tatuaje?

Resulta que días antes del accidente de Rayo, Diego se cubrió la cicatriz de su operación con un tatuaje similar al de su padre y ahora Douglas aparece con el mismo tatuaje igual al de Diego.

¿Acaso únicamente tú puedes llevar su tatuaje, también es mi padre y tengo derecho de ser como él, decidí hacerlo para sentirlo cerca, quizás es lo único que me quedé de él?

Al escucharla la respuesta Diego agarro la camisa y la hizo una pelota, lo que provocó que se

volviera a arrugar.

-¡Si quieres ser como él entonces empieza por algo, plánchala tú mismo, nuestro padre es Rayo y nunca se inmutó ante nada, él era muy independiente!

El mayor de los hermanos no se molestó porque él llevara el tatuaje si no fue porque sintió que Douglas también debería hacer sus propias cosas y no esperar a que ellos lo hagan.

-¡Te mostraré que puedo hacerlo hazte a un lado y échenme porras esta es una operación bien complicada para mí!

Los hermanos dieron el espacio que Douglas pidió y de inmediato comenzaron a ovacionar a Douglas,

-¡Si se puede, vamos Douglas vamos! Los dos aplaudían con sus palmas, y esto atrajo la atención de Nicole quien se apresuró a subir a la habitación de los gemelos, ellos sonreían mientras que Douglas intentaba cumplir la ardua tarea.