Introducción

Cada persona tiene una idea de comó sobrevivir a la vida que le fue otorgada. Para fortuna de algunos, puede que si, pero para otros puede ser el fin, ya que nadie en los universos que conoce el ser humano puede seleccionar su vida. Esto puede pasarle a las personas, a los animales o, quién sabe, a los extraterrestres. Nadie sabe cómo van a terminar las cosas, si para bien o para mal. Esta suposición que he mencionado puede ser obra del destino, de la suerte, o, quién lo diría, puede ser también que el mismísimo "Dios" lo dictamine, claro, según la religión que crea el sujeto; si es que lo cree.

En la historia humana, se ha generado la controversia en torno al término "reencarnación". Algunas personas lo creen fielmente, mientras que otros lo tachan de estúpido. Sin embargo, con el paso del tiempo, el término ha generado muchos debates. Un filósofo que pensaba en esta idea era Platón.

Platón decía que el alma de un sujeto se reencarna en otros cuerpos. Claro, Platón no era creyente en ninguna religión. Sin embargo, San Agustín no pensaba igual que Platón.

San Agustín decía que cada alma humana es única e irrepetible, por lo que la reencarnación, que supone que un alma puede habitar en múltiples cuerpos a lo largo del tiempo, contradice está unicidad.

Entonces, podemos compararlos, ya que Platón era ateo, mientras que San Agustín era obispo cristiano. Ambas figuras, mientras estaban vivas, fueron muy influyentes con sus pensamientos e ideas. En consecuencia, surge el conflicto sobre quién tiene la razón.

Entonces, si lo llevamos un poco más allá, hay personas que, según su imaginación, podrían aparecer "mágicamente" en otros universos. Lo mencionado anteriormente puede sonar extraño, pero algunas personas pueden creerlo, y no está mal que lo piensen o lo crean, siempre y cuando no afecte a otros. Si se piensa en detalle, el ser humano es un "mundo diferente"; no son iguales, tienen diferentes pensamientos y estilos. Todos estos aspectos los vuelven únicos. Por lo tanto, no hay ciclo; si hubiera un ciclo, sería aburrido e igual, significando un sin sentido de la vida.

Por otra parte, la pregunta que suele hacerse el animal que tiene conciencia es: ¿Qué hay después de la muerte? ¿Habrá un túnel que, al pasarlo conduzca a la paz? ¿O será que uno reencarna en otra persona, en un animal, en un "extraterrestre" u otra cosa? ¿Será que hay que rendir cuentas a "alguien" en el caso de los creyentes religiosos a "Dios" o los creyentes a "otros"? Todas estas preguntas constituyen un misterio, ya que nadie con certeza, hasta el día de hoy.

Pero ¿No se han puesto a pensar qué pasaría si un individuo llegara, por circunstancias extrañas, a otro universo donde existe la idea del "mundo ideal", según lo definido por varios filósofos? En ese lugar, las personas viven bien, ya que no hay pobreza ni corrupción, y no hay factores que estresen a las personas ordinarias. El dinero, la comida, la educación, entre otros aspectos, son abundantes, porque la economía es estable. En ese universo no hay "peleas" en las economías internacionales, dónde los países compiten por ver quién es mejor. Sin embargo, siendo sinceros, el término "mundo ideal" es algo utópico, ya que para lograrlo se enfrentarían a numerosos desafíos; en otras palabras, es practicamente imposible.

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En un mundo lejano, que existe en algún punto del tiempo, la monarquía domina la religión. En este mundo, el emperador y la emperatriz son importantes, y sus súbditos los consideran "iguales". La mujer puede desempeñar funciones que normalmente realizan los hombres, ocupando cargos altos de la corte como duques, marqueses, condes, barones, sacerdotes e incluso el papa. Los términos mencionados relacionados con la religión son importantes, ya que tanto la opinión de las mujeres como la de los hombres son fundamentales para el desarrollo del territorio, beneficiando a ambas partes.

En cuanto al poder, los únicos que tendrían serían los emperadores, no la iglesia. La iglesia se enfocaría únicamente en temas de religión y en la predicación a sus feligreses, basándose en sus enseñanzas religiosas. Esto plantea la pregunta: ¿Cómo se sostendría su economía? Se mantendrían gracias a las donaciones de sus fieles, ya sean ricos o pobres; la intención es lo que cuenta, y eso alimentaria su economía. Pero ¿Qué pasaria si la iglesia se cansa de no tener poder y control sobre las personas?

Por otra parte, la sociedad aristócrata, ¿A qué me refiero? A los duques, marqueses, y condes. Estas personas se encargaran de mantener sus territorios para que prosperen. Sin embargo, ser un aristócrata ejemplar es una tarea compleja, ya que la presión para hacer su trabajo bien es una tortura. En los cuentos infantiles, desde jóvenes, nos han enseñado que un aristócrata debe nacer con clase, inteligente y prodigioso. En este caso es igual, no obstante, el aristócrata debe cumplir con las expectativas de su pueblo y del emperador. Pero, cuando los pobladores de un territorio no están conformes con sus señores, la población afectada puede sustituir a ese noble mediante una demanda colectiva que un juez o el propio emperador dictaminará a favor o en contra, dependiendo de la situación.

En cuanto al romance, cada persona es libre de enamorarse de quién desee, sin que la monarquia interfiera. Cada individuo es responsable de amar a quien quiera, ya sea hombre o mujer. Sin embargo, si una pareja casada ya no se lleva bien como antes, puede solicitar el divorcio, lo cual es visto negativamente por la familia imperial.

Solo hay que esperar que pasará en esta historia que se va a contar a continuación.

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