capítulo 10- ¿culpa?

El Duque Brown había llegado a Asd después de dos días de viaje, pero estaba furioso, sus planes habían sido frustrados debido a la estupidez de su hija, Valery debió casarse con el emperador de Erty y ahora tendría lo que necesita para poder acabar con el rey y tomar el trono, al llegar a su mansión, Valery estaba ahí.

- padre bienvenido a casa, me contaron que fue a Erty, dígame ¿vio a Elise? ¿como esta ella?

El Duque solo aparta a Valery de su camino causando que la caiga, su doncella de inmediato se acerca a ayudarla. Antes de subir las escaleras el Duque se detiene.

- dime Valery ¿te preocupa tu amiga? Si ella la esta pasando mal, es porque tu debiste ir y no ella.

- por supuesto que estoy preocupada por ella...dime padre ¿como esta ella?

- me temo que por tu culpa, ella esta sufriendo, el emperador la tiene encerrada en una habitación y solo la visita con el fin de procrear con ella.

- n-no es posible...pobre Elise, ella no merece ese sufrimiento...

- es tu culpa ¿no? Debiste ser tú, pero tu egoísmo llevo a tu amiga a ese sufrimiento, el emperador dijo que si hubieras ido tú, serías tratada como toda una emperatriz, pero tu amiga, ella no merece tal trato, es una venganza porque no fuiste tú.

- n-no, eso no es justo, ella no merece eso...yo, tengo que salvarla.

Valery se sienta en el sofá mostrando a punto de llorar.

- pero que importa ella, si tu felicidad es un hecho, te casaras con el amor de tu vida.

- no puedo no preocuparme por ella, es mi amiga.

- si lo fuera, no le habrías quitado a su prometido. No seas ridículo hija.

El Duque ahora si sube a su habitación, mientras que Valery se queda llorando por todas las palabras de su padre.

- no, no es mi culpa...yo solo me enamoré y él me corresponde...no somos culpables.

En Erty, Jade ha llegado al castillo, ambas estaban en el jardín y se les había servido un poco de té y bocadillos, mientras que Jade se disculpa por no haber dicho que era la prima del emperador.

- no se preocupe, además no era el momento adecuado.

- supongo que no, con todas esas envidiosas, que no dejan de quejarse.

- les cuesta entender que su majestad me eligió a mí, es comprensible.

- espero que mi primo se este portando bien. Dígame ¿ya hay posibilidad de un heredero?

Elise deja salir una leve risa ante la pregunta de la chica. Aunque ya lo han hecho algunas veces, ella esta procurando tener el cuidado debido para no salir embarazada.

- aún no, creo que por el momento, queremos disfrutar el momento, ya sabes...

- oh! Quien lo diría...mi primo disfrutando de su vida de casado.

- difícil de creer ¿no? Es porque esta vez tiene una bella y apasionada mujer a su lado.

- debe ser eso...

La platica se hizo larga, hasta que Jade tuvo que irse. Elise por su parte se regresa hacía su palacio, donde los sirvientes le dan la bienvenida, desde la advertencia del emperador, han procurado tenerle más respeto a la rubia, pues ya han sido tres noches seguidas en las que Cedric visita la habitación de Elise, lo que significa que el emperador si le tiene aprecio a su emperatriz o solo la visitaría en ciertas noches acordadas y se daría lugar en la alcoba nupcial en otra zona del palacio.

- Eva ¿has sabido algo del Duque Tomas?

- su hija ha regresado y ofrecerá una gran fiesta de bienvenida, el emperador esta invitado.

- por supuesto, su objetivo es que su hija capté la atención del emperador.

- es una pena porque el demonio ya esta siendo domado por la bruja.

- Eva, tú si sabes.

Eva sonríe y levanta la mano mostrando la palma, a lo que Elise le entrega una hermosa pulsera de oro con joyas.

- siempre es un placer servirle majestad.

Tal como Eva dijo, la invitación del Duque Tomas había llegado, anunciando el regreso de su hija, incluso pidió hablar con el emperador a solas, ya que deseaba que él fuese quien escoltara a su hija en su entrada.

- si a mi esposa le parece bien, lo haré...

El Duque no esperaba escuchar algo así, aunque ya escuchado los chismes, creía que solo eran eso, chismes.

- que divertido majestad, un hombre jamás necesita del permiso de su esposa, además no sería natural que usted considere a mi hija como una futura consorte.

- ¿por qué lo haría? ¿Acaso no lo sabe? La emperatriz dijo que cualquier concubina que entrará al palacio la mataría.

- ¿que? Majestad no puede dejar que la emperatriz hable de esa manera, si ella mata a una concubina estaría yendo cometiendo una traición a usted.

- en realidad no me importa defender a una concubina, si la emperatriz la considera un estorbo, que haga lo que le plazca.

El Duque Tomas se queda en silencio por un momento, no podía creer que el emperador actuará de esa manera solo por esa mujer.

- Duque, como le dije, hable primero con la emperatriz.

El emperador se levanta saliendo de ahí, el Duque estaba furioso, por la respuesta de Cedric, aún así le pide a los sirvientes que le digan a la emperatriz que acuda de inmediato, le hará saber a esa mujer, que una humana no puede mandar en un mundo de demonios, el Duque tuvo que esperar una hora hasta que Elise entra en la sala, pero como lo ha hecho antes, el hombre no se pone de pie para hacer una reverencia.

- escucha bien humana, mi hija será escoltada por el emperador, así que como buena mujer, te quedaras en el castillo.

- ¿y por qué haría eso? Como buena emperatriz debo acompañar a su majestad a los eventos, si quiere acompañante para su hija, consigale un esposo.

- su esposo será su majestad, mi hija es una futura consorte, cuando tu hayas hecho tu trabajo, ella será la emperatriz, acéptalo humana, tú no vales nada en esta tierra.

Elise no puede evitar reír ante las palabras del Duque, pero si quiere actuar de esa manera, le demostrará, que el humillado será otro.

- bien, veamos si es más importante la mujer que quiere meterse a la cama del emperador o la que ya la comparte con él.

Dicho esto, Elise se retira, no quiere discutir más, ya el Duque tendrá su merecido, pues si algo odia, es que la quieran hacer menos. El Duque se sentía victorioso, ya que era la oportunidad para que su hija finalmente llame la atención del Emperador. La noche de dicha fiesta había llegado, el Duque trajo los mejores músicos, los mejores banquetes, todo era de calidad, debía lucirse para la gran noche, el Duque esperaba para la gran entrada de su hija del brazo del emperador.

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