Despertando

Al día siguiente, en la suite que aloja a Chiara y Beatrice, justo al momento en el que salían a desayunar, la italiana recibe buenas noticias: Davide ha despertado.

Beatrice

- Pronto - escucho a la señora Chiara, giro a verla, corta la llamada y con lágrimas en los ojos y mucha alegría en el rostro me toma de la mano y me arrastra fuera de la habitación, ya frente a ascensor le hago fuerza contraria a mi brazo para que se detenga y me explique, con una amplia sonrisa me dice

- Davide ha reaccionado, ya despertó - siento una inexplicable emoción, la abrazo y sin más comienzo a llorar porque en ese gesto de envolverme en sus brazos sentí a mi Alma.

- Disculpe mi reacción señora Chiara -

- No succede niente (no pasa nada)- limpia mis lágrimas y toma mi mano como si yo fuera una niña - andiamo. (vamos)

Al llegar al hospital fuimos recibidas por dos médicos quienes nos explicaron que estan haciéndole las evaluaciones neurológicas pertinentes para descartar que aún hubiera inflamación o cualquier daño como perdida de memoria, alguna función motora y unas cuantas cosas más de las que me perdí porque en ese instante veo entrar al hombre maduro más hermoso que he visto en mi vida y no pude quitarle los ojos de encima hasta que se acercó a Chiara y ella lo abrazó, de repente él comenzó a llorar, supongo que es el padre del italiano de ojos de mar, ella me hizo seña con la mano que esperara y salieron del lugar.

Virgilio

Junto con pisar Milán me dirijo al hospital San Raffaele, pregunto en información por Davide, me responden que están haciéndole estudios pero que su madre y su novia se encuentran con los médicos y me indican hacia dónde me tengo que dirigir.

No sabía que Davide tiene novia, no entiendo nada de lo que pasa hasta donde sé, él se encontraba en Venezuela y resultó accidentado y en una clínica especializada en neurología Milán.

Mientras me voy acercando a mi esposa veo a una chica parecida a mi Beatrice a su lado, me mira insistentemente, un escalofrío me recorre, retiro la mirada y me convenzo a mí mismo que es tanta la necesidad de encontrarla que ya la alucino.

Chiara me abraza y me dice al oído - primero cálmate porque tengo conmigo a tu hija - entonces rompo en llanto y sin más me sacó del lugar.

Llegamos a la cafetería del hospital y Chiara me explica todos los acontecimientos y como resultó mi hija de acompañante de Davide mientras estaba inconsciente, así como los mecanismos que utilizó para retenerla a su lado hasta mi llegada.

- Virgilio no le digas nada todavía, esperemos a que Davide esté bien para que podamos ayudarte, no sabemos cómo puede reaccionar.

- ¡Pero es mi hija! - grité.

Chiara tomó mis manos entre las suyas y me dijo con firmeza - Si pero lo que menos quieres es que desaparezca, no sabes que piensa de su padre ni cómo le puede afectar la noticia - entonces debatiéndome entre la razón y el corazón decidí esperar.

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