Azul mar

El italiano ese se cree muy galán, lo que no sabe es que, todo cuánto ha hablado confiando en que no entiendo se lo tengo guardado, cada vez que veo alguno con sus dotes de galán entiendo porque mi Alma cayó rendida para siempre en las garras de Virgilio.

Majo se incomoda cuando escucha la última frase pero le digo que se calme, la sorpresita que se llevará cuando se entere que soy su traductora y no soy turismo de aventura de nadie.

El grupo con el que trabajaremos a partir de hoy es de aproximadamente 20 personas entre italianos, rusos y españoles; nos disponemos a ir al hotel y me mezclo entre los turistas debemos esperar por dos que perdieron el vuelo, apuesto a que son nacionales. Saldremos mañana temprano al Parque Nacional Canaima ya que debemos tomar un vuelo privado hasta allá.

- En este viaje hay tremendos colirios - susurra pícaramente Majo.

- ¿Nunca dejarás de ser buza? - pero es cierto, hay unos hombres muy guapos en este grupo donde sobresale el italiano de hermosos ojos azules, es un hombre blanco alto que sobrepasa el metro ochenta de estatura, con una retaguardia espectacular y unos ojos que ¡Dios! parece el azul del mar de Grecia, lástima que cuándo abre la boca decepciona de lo engreído que es.

Nos registramos en el hotel y cada quien se retira a sus habitaciones, aprovecharé el tiempo libre para ir a la piscina ya no quiero encerrarme más.

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Luciano entra a la habitación de Davide en short y camiseta - asómate al balcón y mira la piscina, ¡esto sí es el paraíso de las curvas!, hermano y yo sin freno jajaja-

El italiano sale al balcón y sus ojos van directo a una mujer que nada hacia la orilla y sale de la piscina, la lujuria se apodera de él al verla salir del agua con un bikini, es delgada pero con buenas curvas comienza a perderse en sus fantasías "cómo será abrazar ese cuerpo, besarlo de la cabeza a los pies y sentirla debajo de mí gimiendo y pidiendo más", - bajemos la del traje de baño negro es mía - dice Davide.

Se apresura a salir al área de la piscina para mirarla de cerca, pues desde la distancia no pueden apreciar su rostro, al acercarse los dos hombres se quedan estáticos al darse cuenta de que la dueña de ese cuerpo es la misma chica de ojos tristes y por primera vez Davide se siente intimidado, cuando sus miradas se encuentran el italiano no escucha ni piensa solo alcanza a susurrar - Madonna mía -

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María José me alcanza en la piscina luego de un rato estar conversando decide buscar un par de bebidas, en ese momento veo bajar un par de los chicos de grupo de turistas y mis ojos se quedan prendados de aquellos ojos tan azules como el mar, me lo quedo escudriñando y solo lo puedo comparar con la misma impresión que siento al mirar una obra de arte, todo desapareció a mi alrededor solamente me pierdo en esa mirada de un azul tan profundo y en esos labios carnosos. Reacciono ¡epa Beatricce! ¿qué te pasa?, me regañó mentalmente a mí misma, esto no puede ser, no te puede gustar ningún extranjero y mucho menos que comparta la nacionalidad con quién te engendró.

Aparto la mirada, pero no a tiempo para esquivar las burlas de María José, mi amiga Majo está loca, no pierde ninguna oportunidad de bromear y llega diciendo - aquí está un pañuelo - se me hace extraño el comentario y al reaccionar suelto la risa, sabiendo lo que me quiere decir.

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