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Desde que mi novio me contó lo ocurrido con su padre y lo que casi hace, me he puesto a investir al respecto. Hay varios centros de ayuda y reuniones anónimas, pero Cami me dijo que no quiere nada de eso y que solo fue por la presión que tuvo en el momento.
Mi padre no me acepto al principio, pero nunca me alzo la mano ni me hecho de casa, pero si lo hubiese hecho nunca se me habría pasado por la mente ese tipo de pensamiento, por eso sé que no fue solo por la "presión del memento" tuvo que haber pasado por mucho para llegar a ese tipo de conclusión y puede pasar otra vez.
Cuando una persona te dice que te comprende y entiende por lo que estas pasando, es una de las peores forma de ayudar, por lo menos para mí. Te hace sentir que eres uno más del montón y que no es tan difícil porque otros lo han superado y tú también debes. Pero nadie puede sentir el mismo dolor con la misma intensidad con que tú lo haces, todos tenemos diferentes recursos para lograrlo, algunos más y otros menos.
Afecta mucho las personas que te rodean, para mí, Lucas es mi apoyo, pero no todos tienen un Lucas en su vida. Solo puedo demostrarle lo importante que es y apoyarlo de la manera más bonita.
- Y también debo hacerte saber que con o sin mí debes continuar, obviamente prefiero que sea conmigo, pero te lo digo porque te quiero más de lo que piensas - es viernes antes de sonar la alarma para ir a clase y se ha estado quedando en mi casa. Cuando le informamos a mis padres de todo el asunto, con su consentimiento, al principio se alteraron queriendo demandar a Iván creando un escándalo, algo que no permitimos. Cami no necesita más estrés, ellos lo entendieron y dejaron su propuesta abierta por si cambiaba de opinión.
- ¿Es en serio? - me aprieta repentinamente mi novio que está acostado junto a mi - lo que acabas de decir - ¿acaso escucho? Idiota, no ves que si lo hizo.
- Ahora eres tú el que pregunta cosas absurdas, por su puesto que lo es - empieza a llorar y me alarmo - ¿estas bien?
- Sí, estoy feliz - me besa y se acurruca en mi hombro.
Al sonar la alarma tuvimos que levantarnos y vestirnos. Al bajar encuentro a mi mejor amigo en la cocina preparando unos deliciosos sándwiches.
- Buenos días chef ¿Qué tenemos para hoy? - me acerco y revuelvo su cabello.
- Buenos días Lucas - saluda camilo.
- Buenos días - nos responde - Hoy tenemos que rezar para que no quemes el desayuno, te toca tostarlos - señala la máquina que aplasta panes y los moldea en forma de dos triángulos - Tengo que despertar a la desconocida para que no llegue tarde a su trabajo - dice con una sonrisa malévola - Camilo, procura que este mocoso no incendie la casa - sale corriendo.
Bien, primero tengo que verificar que la tostadora esté caliente, tengo que tocarlo ¿no? Acerco mi mano, pero camilo la sostiene impidiéndolo.
- Dime que no piensas tocarlo para saber que calentó.
- Es correcto ¿Cómo quieres que sepa que ya está lista? - pregunto con obviedad.
- ¿Acaso no puedes ver el humo que sale? - observo más detalladamente y veo como un débil humo logra escapar - y para que sepas otra forma de saber, es echándole una gota de agua, si se evapora es porque está caliente.
- Ok, lo tomaré en cuenta para la próxima - tomo un sándwich y al colocarlo tropiezo con la tapa de arriba, si no fuera por Cami que lo sostuvo a tiempo, hubiese quemado mis manos - tienes reflejos gatunos.
- Y tú eres un perro bobo - me aparta y toma mi lugar para tostar - ¿acaso nunca has cocinado en tu vida?
- Pensándolo bien no ayudo, de hecho, soy el que controla la música cuando cocinan, soy bueno en poner ambiente.
- ¿Y cuando te quedas solo y tienes hambre?
- Emm tengo comida en el refri y la caliento en el microonda, pongo 1 minuto - digo orgulloso de mi mismo.
- Perro malcriado - niega con su cabeza.
- No es mi culpa, sino cocina mi mamá, lo hace papá y si ninguno de los dos puede, lo hace Lucas, que desde pequeño ayudaba para ganar puntos con mi familia y poder quedarse a dormir, resulta ser que tiene un talento natural - me acerco a su espalda y lo rodeo con mis brazos apoyando mi cabeza en uno de sus hombros - Un día podrás ayudarme a ser juez para las competencias culinarias entre los mejores cocineros de la casa - le planto un beso en el cuello - es divertido.
- Suena divertido - sonríe nostálgico.
- ¡Daemon! - escucho un grito de Verónica proveniente de la sala.
- Cállate, fue solo una broma - Reprocha Lucas - como si tú fueras un ángel que nunca me hizo nada ¡Maldito Dominio!
- Mira lo que me hizo - entra con su pijama y cabello mojado - Me tiro un balde de agua fría para despertarme ¡Eres un maldito imbécil! Estas me las pagaras - lo amenazó - Buenos días Camilo, quisiera abrazarte, pero como ves, el toxico no quiere que lo haga.
- Lucas, te pasaste - lo reprimo - Ahora tendré que llamar a alguien para que limpie.
- Solo fue agua y agradece que fui por mi segunda opción, no querrás saber cuál era la primera - se ríe de sí mismo.
- Con permiso, voy a planear mi venganza.
- Te dejaremos el desayuno guardado - ella asiente y se va temblando.
Comimos y salimos en el auto de la mamá de Lucas. Camilo le había contado a los hermanos y a David sobre nuestra relación, ellos lo aceptaron con tranquilidad, aunque no les contó todo.
Llegó la hora del almuerzo y todos estaban pendientes de la fiesta de mañana. Invité al salón, el equipo de futbol y a las porristas por petición de la mayoría y Verónica apoyo la moción.
Al terminar las clase salimos en busca de nuestra chica y recorrimos algunos lugares comprando cosas como vasos, platos y decoraciones.
Estábamos de camino a nuestra última parada para recoger un pedido de aperitivos. Lucas al volante, verónica de copiloto y nosotros atrás.
- Y ¿Qué paso después? - verónica se revolcaba de risa en su asiento.
- Lo monté en mi hombro y salí corriendo por toda la escuela.
- Y tenías que decirlo - Camilo se tapó la cara.
- Cómo me gustaría haberlo visto - comenta Lucas entre risas.
- Es tan tú - Vero sigue riendo - juro que, si algún día llego a tener un hijo, pediría tu esperma, con permiso de camilo, claro.
- Y yo pediría tu útero hermosa, no podría escoger a otra mujer - Lucas frena de golpe.
- ¡Estás loco! ¿quieres matarnos? - lo regaña Vero - está en verde idiota, avanza - él sigue. Suerte que no venían carros atrás.
- ¿Lo que acaban de decir va enserio? - Preguntó Luc, ella y yo nos quedamos viendo y comprendimos que sí.
- Oye toxico, todavía somos jóvenes ¿Quién sabe que pasará en el futuro? Pero ambos vamos enserio, esto es un asusto que no se puede tomar a la ligera; Camilo también forma parte de esto - lo mira y le giña un ojo - no pienso hacer nada sin su permiso, ya que a partir de ahora toman decisiones en pareja y su opinión cuenta - ella es una mujer muy perspicaz, sin decirle nada puede intuir algunos problemas y sabe que decir y como decirlo.
Nos bajamos y entramos a la tienda. Estaba rodeada de estanterías que mostraban utensilios e ingredientes de cocina, entre otras cosas que no tengo la menor idea de que son.
- Hola, buenas tardes - saludo a un empleado que nunca he visto - venimos por un pedido de aperitivos, el que incluye una fuente de chocolate.
- Buenas tardes, ya le busco su pedido - se va por una puerta. Veo que Luc y Vero ya han empezado a recorrer el lugar, me pregunto...
- De que te ríes - pregunta mi novio a mi lado.
- Solo me pregunté ¿Cómo sería que ambos cocinaran juntos? - los señalo.
- ¿Acaso deseas que ambos se apuñales con los cuchillos?
- Lucas lo haría, pero Vero colocaría veneno en un postre y se lo daría, no es tan agresiva.
- Ambos terminarían muertos - nos reímos.
- Aquí esta su pedido - llega el empleado y nos los entrega - Disculpa chico, pero no pude evitar ver tu linda sonrisa - Se dirige a Camilo.
- Lo sé - respondo - mi novio tiene linda sonrisa - le planto un beso en la mejilla.
- Seguro te cubre tu amigo, pero puedes tener mi número - ¿este tipo quiere morir? Empieza a escribir en un papel y se lo extiende.
- Él no va a recibirlo - lo tomo rompiéndolo en pedazos y se lo devuelvo.
- En serio eres posesivo pelirrojo - me mira mal.
- En serio es mi novio - dice Cami - y no quiero su número - deja en claro.
- Ya lo escuchó, no insista - sonrío orgulloso.
- Voy a comprarme esto - se acerca Vero - disculpe, puede poner esto en la cuenta.
- Y esto también - se acerca Luc.
Termino de pagar todo queriendo irme lo más rápido de aquí.
El empleado sale del mostrador con intenciones de ayudar a guardar las cosas, pero lo detengo y niego.
- Sabes donde encontrarme chico con linda sonrisa y buen trasero - intenta palmearlo, pero Cami lo evita rápido.
- ¿Qué pretendías hacer? - digo molesto - ten Lucas - le pasé mis bolsas y este las toma - hasta aquí llegaste.
- No lo golpes - me detiene Cami - no vale la pena.
- Cariño, créeme que podría golpearlo, pero prefiero dejarlo sin trabajo - me dirijo a una puerta que dice 'solo personal autorizado' y entro.
- No tienes permitido entrar ahí - grita el empleado. Busco una oficina al final y toco la puerta "adelante" escucho.
- Buenas tardes señor Michel - mi tono hace que se alarme.
- ¿Qué pasó? - se levanta.
- Acompáñame - ordené y este me siguió. Expliqué lo sucedido - ¡que clase de empleado es este! ¿Quién sabe a cuantos clientes le habrá hecho lo mismo? Y quien también sale perdiendo es usted, ni mi madre y yo volveremos a comprar aquí si este sujeto sigue en este lugar - lo amenacé y casi se desmaya por lo pálido que se puso.
- No se preocupe, yo me encargaré, la próxima vez que vengan ya no estará.
- Gracias - sonrío victorioso.
Salimos de ahí. Si fuera un juzgado me acusarían de especulación por lo que dije, tengo suerte de que mi madre y yo seamos grandes clientes regulares; el mismo jefe nos atiende en persona.
Llegamos rápido a la casa y guardamos las cosas.
- Mi chico tiene contactos y es feroz - comenta Vero - Camilo, te veo muy callado - lo golpea en el brazo con su hombro y este se sonroja.
- Yo s-solo no se que decir, me voy a bañar - sale de la cocina.
- Mira como lo tienes - dice Luc.
- Para eso si sirven los dos ¿no? Para avergonzar a las personas - se miran entre sí y niegan - los voy a dejar aquí, veré a camilo.
- Y sí que lo veras - dijo con picardía mi mejor amigo.
- ¿No dijo que se iba a bañar? - le sigue Vero.
- Solo no se maten - vuelven a mirarse.
- No prometo nada - dicen al unísono. *suspiro* mejor me largo.
Al entrar a mi cuarto la luz de la luna llena se filtra por la ventana, que es suficiente para alumbrar el lugar. A un lado de la cama veo a un chico sexy sin camisa con un torso definido por practicar deporte, es bueno que sea mi novio.
Me ve, pero no dice nada, solo me da más tiempo para comerlo con la mirada ¿Por qué conformarse solo con eso?
Me acerco y deslizo mis manos sobre su espalda mientras creo un camino de besos por su cuello, lo escucho soltar un gemido.
- Y-yo lo sie...
- No te disculpes, eso me gustó.
Lo pego más a mí desabrochando su pantalón, este se desliza y él termina de zafarse con sus pies.
- ¿También quieres que te ayude a bañarte?
- Idiota - intenta apartarse, pero lo volteo para quedar de frente.
- Eres hermoso - se sonroja y me besa.
El beso se intensifica y empieza a mover sus manos por el borde de mi camisa, como si estuviera esperando mi aprobación.
- Tienes permitido hacerme lo que quieras, con cuidado - le advierto - aunque no llevo una etiqueta, soy frágil.
- Y-yo también soy frágil - susurra - cuídame.
- Si amor.
Él cae de espalda a la cama, aprovecho de quitarme el pantalón, cuando quiero hacer lo mismo con mi prenda de arriba, mi novio me jala y termina de hacerlo. Se nota nervioso, pero determinado.
- Quiero - me dice - quiero hacerlo.
- Hace calor - se me escapa, creo que ahora soy yo el nervioso ¿Cómo se hacía esto?
- ¿Qué tiene que ver el calor y como es que no sabes hacerlo?
- Yo no dije eso - ¿o sí? - Creo que sí, pero no es que no sepa, simplemente nunca lo he hecho así.
- ¿Cómo así?
- Con...amor.
Nos quedamos mirando como si el tiempo se detuviera y la Luna hubiese hecho un pacto con nosotros para permanecer alumbrando con total confidencialidad.
- Entonces hay que descubrirlo - propone.
- Que gran idea.
Volví a probar sus labios, mis manos viajaban por todo su cuerpo al igual que la de él por el mío, con total delicadeza.
Somos dos chicos de 1,80cm tratándose como la cosa mas pequeña y delicada de todo el universo. Nuestros cuerpos se complementan con agilidad y los roces piden más.
Mis manos se posan sobre el elástico de su bóxer y lo bajo lentamente, mi gatito no se queda atrás y hace lo mismo. Ambos quedamos totalmente expuestos con nuestras respiraciones agitadas.
Lo recuesto y apoyo su cabeza en las almohadas.
- ¿estás cómodo? - asiente - perfecto.
Me dirijo a su pecho repartiendo húmedos besos y acaricio sus muslos, subiendo y bajando cuando estoy a punto de llegar a su miembro, con una mano él toma mi cabeza y la otra está siendo presa de su boca.
Se sobresalta y suelta un chillido de excitación cuando descubre que mis besos no tienen vuelta atrás "ah Daemon" joder, dilo más fuerte.
Paso mi lengua a lo largo de su erección con líquido preseminal y vuelve a gemir. Subo y muerdo su oreja.
- Me estas volviendo loco - susurro.
- Y tú a mí, quiero más - suplica.
Estiro mi brazo y abro la gaveta de la mesita de noche a mi izquierda, saco un lubricante y una tira de condones, tomo una y la rompo con cuidado colocándomela nerviosamente porque alguien no deja de seguir mis movimientos.
- No soy un láser en la pared, gatito.
- Lo sé, eres mi novio a quien puedo observar donde y cuantas veces yo quiera.
- Touché.
Me le abalanzo encima y continuamos menos tensos.
- Voy a meter el primero - asiente - avísame si quieres que pare - niega.
Meto mi dedo lleno de lubricante, su cuerpo se estremece y sisea, voy a sacarlo, pero toma mi mano y la empuja hacia adentro. Mi cuerpo reacciona invocando a mi vestía interior.
- Eres un gatito travieso - me mira inocente y sonríe.
Continuo con los siguientes hasta que está listo, casi se viene solo con esta parte.
- ¿estás listo?
- Hazlo, ya no lo soporto.
Si me sigue hablando de esa forma, voy a explotar.
Sin seguir posponiendo lo inevitable, introduzco poco a poco mi miembro, él se aferra a mi cuello "sigue" "no pares" es lo que escucho, por precaución me quedo un rato sin moverme, aunque nuestra paciencia este en su límite.
Entre besos y carisias nos fuimos moviendo. Mis estancadas, los chupetones, sus mordidas en mi cuello fue subiendo de nivel. "Más" ambos soltábamos gruñidos y gemidos.
Nuestros choques resonaban en la habitación cada vez más rápido, siento que estamos por llegar, cuando él se contrae y me aprieta en su interior expulsando su líquido sin previo aviso, causa mi eyaculación al instante y sintiéndome, por primera vez, en el maldito paraíso.
Saco el condón, lo anudo y arrojo a la basura.
Me recuesto a su lado y automáticamente me aprieta en un fuerte abrazo.
- No se que tan pronto sea, pero igual lo diré - lo miro con atención - Te amo.
- ¿quieres que me de un ataque al corazón? Porque no me importaría morir escuchando esas palabras por última vez - tomo su mejillas - Yo también te amo, mi gatito.
- Perro dramático - me besa.
No creo que haya sido dramático.
¿Cómo se comienza después de esto?
No lo sé, pero estoy súper emocionada porque escribí mi primera escena hard.
Espero que la hayan disfrutado, ya iré mejorando y saldrán mil veces mejor.
Blooper: Al sonar la alarma tuvimos que levantarnos y *venirnos* A que no adivinan que volvió a suceder momentos antes del hard.
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