Capítulo 8. Decisión. Camilo

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Desde que nací tuve una hermosa familia amorosa, los fines de semana nos reuníamos en el parque para jugar y dar paseos. Una vez invité a mis compañeros a mi fiesta de cumpleaños que se celebraba en mi casa, desde ese entonces todos querían ser mis amigos y no querían separarse de mí, otros solo me envidiaban, a ellos los ignoraba.

Mi vida era perfecta hasta los ocho años, cuando mi madre enfermó y murió de cáncer. Ver como día tras día durante meses se apagaba, fue dolorosamente triste y lo peor es que mi padre también lo hacía.

Cuando mis "amigos" se enteraron, comenzaron a verme con lastima y alejarse de mí porque 'no querían que les pegara mi mala surte' niños, totalmente absurdos.

La casa donde vivíamos se convirtió en un espacio más grande de lo que alguna vez fue, mi padre se sumergió en su trabajo y sin tiempo de mantenerla o ganas, decidió pedir una transferencia para poder mudarnos a la capital a un departamento que tenía dos habitaciones con sus respectivos baños y otro más para invitados (los cuales nunca teníamos), una sala y una cocina. Era todo lo que necesitábamos para estar cómodos, de vez en cuando él se animaba a contratar a una señora para que hiciera la limpieza.

Todavía teníamos mucho dinero, pero sino está ella, no hay razón para alardear.

Con mi lección aprendida no le he contado a nadie de mi madre, ni siquiera a los hermanos Antonio y Branko que llevo conociéndolos desde 1er año.

***

Todo este tiempo he estado perdido, pero lo que pasó en ese hotel se sintió tan correcto y tan bien que me dio miedo, corrección, me dio terror, tanto que provoco que salieran palabras negativas de mí. No debí dejar que me controlara.

El departamento me recibe con un solitario silencio y sin querer darle más vueltas al asunto, caigo rendido.

En la mañana me obligo a levantarme ya que tengo que confirmar si lo de anoche fue real, no sé si es mejor que haya sido un sueño.

Al entrar al salón Antonio y Branko me reciben tan alegres como siempre y me empiezan a sacar conversación, suerte que llega la profesora de Lenguas y nos silencia.

De reojo noto a Daemon a mi lado y a Lucas en su espalda, no me atrevo a mirarlos fijamente, pero sus siluetas están tan pegadas que me es imposible evitarlo y termino viéndolos.

Daemon estaba inclinado hacia atrás y tenía su mano izquierda sobre su pecho derecho, Lucas se inclinaba hacia delante rodeándolo con sus brazos y reposando su cabeza sobre el hombro del pelirrojo, permitiendo ver la mano que estaba pintando.

Lucas hace contacto visual conmigo y me regala una mirada de odio, giro mi cara fingiendo que presto atención a la clase.

Puedo entender su sobreprotección, es su mejor amigo y no quiere que nadie lo lastime, ambos lo demostraron con Manuel. Su relación es de mutua confianza y son el confidente del otro, algo muy especial y bonito. Temo meterme y quebrar su armonía. Se ven bien sin mí.

Terminó la primera clase y salgo rápido del salón directo a los vestidores, en este momento no debe haber nadie ahí. Cómo pensé, está solo, tomo asiento en una banca y me recuesto.

En medio del silencio me surge una pregunta ¿Soy gay? meditemos... no lo creo, ya que me he acostado con mujeres y me han excitado, Daemon es el primer hombre que logra eso, es decir que soy bisexual ¿las chicas todavía me atraen? Tal vez.

- Hola, lamento interrumpir - me asusto. Sí que interrumpe - Soy Ana - ¿Quién?

- ¿Qué quieres? - ya vete.

- No sé si me recuerdes, pero yo hable contigo el primer día de clase - ¿Quién?

- Si, si - ni recuerdo.

- Mmm he notado que andas inactivo en las redes - ahora soy una celebridad - quería saber si ya encontraste a alguien - ¿encontrar a alguien?

- ¿A qué te refieres? - está loca.

- Digo si ya te enamoraste - ¡Qué! ¿Yo enamorado?

- Que buen chiste, yo rechazo a todas las personas porque no busco una relación.

- Si tú lo dices - de hecho, este es un buen momento para comprobar mi última duda.

- ¿Quieres besarme? - propuse.

- Sí - Aceptó rápido. Se acerca y me paro. La tomo por la cabeza y le planto un beso. No siento nada, decido probar pasando mi mano por debajo de su camisa. Ella se despega y voltea hacia la puerta que dejo abierta.

- Y yo soy el puto - dice Daemon con una clara sonrisa de dolor - lamento la interrupción, sigan divirtiéndose - azotó la puerta. ¿Por qué me duele tanto? Yo no quise hacer esto, s-solo estaba... negando que me enamoré de ti.

- Disculpa tengo que irme, no debí hacer esto - salgo en busca de Daemon.

Reviso los salones, el patio, los baños y no hay señal.

RIIIINNN - sonó la campana para entrar a la siguiente clase.

Esperé dentro del salón y no llegó, al igual que Lucas. Quise quedarme aquí y sin darme cuenta el día había terminado, todo el camino al departamento pensé en cómo no me di cuenta antes de mi estupidez. Por supuesto que ninguna chica me va a atraer, para ser más específico, nadie a excepción de él... desde la primera vez que lo vi.

Me percate de la llegada de mi padre, son pocas veces que lo recibo y hoy va a ser una de esas.

- Buenas noches padre - lo saludo.

- Hola hijo - no me mira.

- ¿Ya te vas a dormir? - siempre lo hace.

- Si, estoy cansado.

- Antes de que lo hagas tengo que contarte algo - se lo voy a decir.

- ¿Otro problema de la escuela? Sabes resolverlo, no sé por qué se molestan en llamarme - Si es desinteresado en mis asuntos escolares no creo que le interese mi vida personal.

- Recuerdas a Daemon, el chico del evento.

- Ah, el joven Grandal, por supuesto que lo recuerdo ¿Qué pasa con él? - Claro, él si te interesa.

- Pues me gusta, románticamente. Espe...

- ¿¡Que carajos acabas de decir!? Esta broma no es graciosa, vete a tu habitación - me ordena furioso.

- No es una broma, es lo que siento y ya lo negué por mucho tiempo, yo lo...

- ¡Vete, vete de esta casa y no vuelvas a poner un pie dentro nunca más!

- Pero papá soy tu hijo, exageras.

- ¡Tu madre no hubiese permitido esto!

- No hables de ella así, tú no sabes lo que ella pensaría - me da una cachetada, tras otra y por último siento un puño.

- Lárgate si no quieres... - me fui sin terminar de escuchar su amenaza.

Ya es tarde en todos los sentidos. Ya nadie va a querer nada de mí, es como si los hubiese traicionado 'me acerco a un balcón' ¿por qué siempre termino solo? puedo sentir el viento en mi rostro. Todos terminan alegándose, mamá, compañeros, amigos, ahora Daemon y mi padre.

- ¡Auch! me duele la cabeza.

Esta noche solo quiero dormir, dormir tanto que no despierte ¿Está bien que piense eso? Estoy cansado y me marea, solo quiero que esto termine. Me rindo... "Corre" escucho una voz en mi cabeza, pero ¿a dónde? "solo corre".

Como si algo más me controlara empecé a correr. Salí del edificio y veía las calles pasar, los semáforos se pusieron de mi lado y me dieron paso. Seguí corriendo hasta toparme con un portón negro ¿Dónde estoy? Miro alrededor y reconozco el lugar, veo que se abre y empieza a llover. Quiero devolverme "sigue corriendo" no puedo "solo un poco más" las voz dulce de una mujer insistía.

Volví a tomar el paso y llegué a donde una vez sentí un hogar. Toco el timbre sin parar, no sé qué pase si dejo de hacerlo. Perdóname por favor, no me dejes, no tú.

- Perdóname - grito apenas abren la puerta - te amo, no me dejes - empecé a llorar.

- Creo que no soy a quien amas - dice una voz femenina desconocida - ¿A cuál de los dos rompecorazones buscas? al atractivo y tierno o al feo y tóxico - ¡Qué vergüenza! Esta vez voy a correr directo a un acantilado y no bromeo.

- ¿Qué acabas de decir? - aparece Daemon detrás de ella.

- Muy tarde para buscar unas palomita, pero les voy a dar espacio - se retira la chica dejándonos uno frente al otro.

- Yo...yo dije - No puedo - ¿crees que voy a repetirlo? Suerte si lo escuchaste.

- Bien, entonces que tengas buenas noches - retrocede y pretende cerrar.

- ¡Piensas dejarme afuera con este frio! - estaba empezando a temblar - ok, lo volveré a decir - cedí ante él cómo siempre - Perdóname, fui un estúpido por darme cuenta de mis sentimientos de ese modo. Cuando la besé no sentí nada y nunca podré, solo contigo me siento completo, estaba aterrado por aceptarlo. Te amo, no me dejes - listo, lo dije.

- ¿En serio?

- ¡Que no es obvio! no me vez aquí parado frente a ti bajo la lluvia, que por cierto, va totalmente contigo, es como la escena de un drama. Ya te dije que ¡hace frio! - Se avecina dándome un fuerte abrazo ¿siempre fue tan cálido y sereno?

- Sentí que estuve esperándote por una eternidad - toma mi rostro y me besa como nadie lo había hecho, un beso pasional y de mutuo anhelo.

- ¡Jovencitos! entren a la casa ¡ahora! - ordena Eva - o es que piensan resfriarse ¿y ustedes dos que hacen ahí parados viendo? busquen una toalla y tráiganla - les ordenó a Lucas y a la chica.

Daemon tomó mi mano y entramos a la casa. Nos reciben con los paños extendidos y las tomamos.

- Ven - me gira y me la quita - yo te seco.

- Yo puedo - intento agarrarla y este no me deja.

- El gatito esta mojado y debo secarlo - este idiota.

- Vuelve repetir eso perro pulgoso - me toma con la toalla por la cabeza y empieza a frotarla.

- No soy pulgoso - logro quitarle la suya e imito su acción - Gatito malvado - como era de espera ahora tiene las dos toallas en su poder.

- Hola, mucho gusto soy Verónica. Ya que nadie me presenta tomare la iniciativa - interrumpe la chica.

- Mejor cállate, nadie te quiere conocer - le contesta Lucas - Mucho mejor, qué tal si te compro el pasaje de vuelta y te largas. Prefieres a Alaska o Rusia, no, ya se. Te voy a enviar al lugar más alejado de la sociedad, donde las personas más cercanas se encuentran en una base espacial. Se llama El Punto Nemo, te encantará.

- Púdrete - le saca el dedo - solo quieres alejarme de Daemon.

- ¡Que no es obvio! pero tranquila, no te enviare sola - me mira.

- Chico enamorado de mi mejor amigo, hay que unir fuerzas contra este Demonio - me propone, no sé qué está pasando. Es la casa correcta ¿no?

- Mi mejor amigo, querrás decir - corrige Lucas.

- Ustedes dos basta - los para Daemon - van a asustar al gatito.

- ¡Oye! - golpeo su brazo.

- Auch, está bien - susurra - Lucas, tienes prohibido enviar a otras personas lejos de la sociedad, al menos que yo te diga para hacerlo - lo vuelvo a golpear - Auch, ok y nadie va unir fuerzas para armar una guerra, con tal no sea contra mi o Camilo - esta vez me abstuve de golpearlo - ya nos vamos entendiendo.

- Momento de presentaciones - recuerda la chica.

- Verónica, te presento a Camilo mi... novio - ¿¡Qué!? Es cierto, ahora somos novios - Cami, ella es verónica, la chica con que hable por teléfono la última vez - ahora recuerdo.

- Mucho gusto - me abraza.

- No puedo creer que está desconocida, se enteró al mismo tiempo que yo sobre tu novio - Lucas se encuentra un poco molesto, no estaba fingiendo aquella vez.

- Quieto pitbull baboso, yo ni sabia de su existencia - susurra triste - a mí me dejaron por fuera.

- Ya hermosa, no fue mi intención - Daemon la abraza - estaba más concentrado en traerte - le sonríe.

- Voy hacer como que me convences con eso - ella le corresponde el abrazo.

Nos adentramos hasta la sala, donde había comida en la mesita y se encontraban sentados Eva y Esteban, oh-oh, el señor Esteban... ellos me saludan y me invitan a sentarme, pero me niego por miedo a mojar el mueble.

- Daemon - lo llama Lucas que entró a la cocina - podrías ayudarme con esto.

- Voy - le responde - ya vengo - me dice.

- Yo lo cuido - comenta Verónica, este levanta su pulgar y se va - Primero vamos a la habitación a cambiarte - me empuja por la espalda subiendo las escaleras. Entramos a una habitación grande con una cama matrimonial en medio pegada a una pared, pero lo que más llamaba la atención era lo que se encontraba en una esquina, una silla escorpión de color negro y al lado había un escritorio con una lámpara de plasma con forma de esfera. Sorprendentemente aún quedaba mucho espacio para caminar libremente - Aquí está - Ella abre el armario sacando una camisa y un short - allí está el baño - me señala una puerta a un lado de la cama - puedes cambiarte con confianza, esta es la habitación de Daemon.

Una vez que paso esa puerta, me quedo atónito ¿Qué clase de baño es este? El abarcado es de madera. A la derecha está el retrete junto a un lava mano ovalado de color blanco y arriba un espejo rectangular con luces por la parte de atrás, a su lado se encuentra la regadera con la puerta de vidrio y a la izquierda en una esquina, tiene un hidromasaje de color negro con un borde transparente y en frente una pantalla plana con bocinas. Podría vivir felizmente en este baño el resto de mi vida.

...

...

Salgo cambiado y encuentro a Eva hablando con Verónica.

- Listo mi niño - ella toma la ropa mojada que traigo en mis manos - voy a ponerlo a secar, si tienes hambre puedes venir a comer y una cosa más, no le he dicho a mi esposo todavía, así que esta noche puedes dormir en paz- asiento con un poco de temor y me regala una sonrisa, se va.

- Veo que te queda bien, ustedes son casi del mismo tamaño - palmea la cama dos veces a su lado en señal para sentarme - ¿estas bien?

- Sí ¿por qué? - no entiendo a qué viene la pregunta.

- Es que antes de abrir la puerta el timbre sonó muchas veces como si estuvieras desesperado - y si que lo estaba, pero no pienso decirle - con una o dos veces hubiese bastado, entiendo si no soy la persona correcta para que le cuentes - exacto, ni te conozco - pero no te quedes callado, cuéntaselo a alguien - ya veré que hago.

- Esta bien, aun...- me da otro abrazo ¿Por qué estas personas dan tantos abrazos? ¿es normal? Ya no son unos niños.

- Verónica, hermosa - nos sorprende Daemon - recuerda que mañana tienes sesión fotográfica, debes dormir.

- Tienes razón, buenas noches - se despide de ambos y sale mientras entra Lucas.

- Supongo que me tocará dormir en el sofá esta noche - se recuesta del marco.

- No exageres, tienes tu propia habitación.

- Es lo mismo - susurra - no hagan mucho ruido.

- Más te vale...- desaparece con una sonrisa pícara tras cerrar rápido la puerta - olvídalo ¿tienes hambre? - niego - ¿piensas volver a casa? - vuelvo a negar. No quiero atormentarlo con mis problemas, aunque Verónica tenga razón - ¿ya quieres dormir? - asiento.

- ¿Dónde dormiría? - hay muchas personas, pero la casa es grande. Debe haber un cuarto para mí.

- No es obvio - salta a la cama y destiende las sábanas - conmigo - me toma y me arropa con él.

Empieza a repartir besos por mi cuello y pasar sus manos por mi cuerpo causándome un cosquilleo y felicidad, cuando toma mi rostro siento un gran dolor.

- Auch - me llevo la mano a la mejilla.

- ¿Qué tienes? ¿te lastimé? - y ahora ¿Cómo salgo de esta? - Déjame ver - quita mi manos y observa - ¿Por qué tienes el cachete rojo? - ¿Qué obtengo con quedarme callado? Realmente necesito desahogarme y contar todo. Ya no puedo mentirme más.

Le conté todo lentamente, él solo se quedaba callado escuchando atentamente y nunca me interrumpió. Cuando llegaba el momento en decir algo difícil, él me sonreía y acariciaba, diciéndome "aquí estoy, no pienso irme. Puedes continuar."

Fue un gran peso que me quité de encima y lo único que tuve que hacer fue contárselo a la persona correcta.

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Hay que recordar que no cualquiera sabe aconsejar, ayudar o manejar el problema de otras personas.

Hay que saber a quién hacerle caso o podría provocar más mal que bien.

Sophie Pierr (Fallecida a los 32 años, cabello azabache, ojos azul oscuro, piel clara, 1.69 cm)

Blooper: Corriendo bajo la lluvia con el viendo soplando en mi cara, batiendo mi cabello en cámara lenta corro hacia mi ser amado - Corte. Hagamos una última toma - Ash, esta autora y su drama.

 

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