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Hoy me volví a levantar tarde y Lucas no contesta su teléfono, tuve que llamar a su mamá para que me dijera que estaba muy a gusto durmiendo como un bebé, injusticias de la vida.
RIIIINNN - sonó la campana.
Corrí hasta el salón y tomé asiento, justo después entró la profesora de historia.
- Hola hermano - saluda Branko.
- ¿Qué hay? - le sigue Antonio.
- Todo bien ¿se sienten mejor?
- Si, no pasó nada - respondieron restándole importancia.
- Hola David - saludé.
- ¡Ey! - siguió hablando con las chicas.
- Hola Cami ¿Cómo estás? - le sonreí.
- Bien ¿y tú? - contestó con normalidad.
- Bien...
- Los chicos de atrás, silencio por favor, ya comenzó la clase - interrumpió la maestra.
La mañana transcurrió con normalidad como si el día de ayer no hubiese pasado nada ¿seré solo yo? ¿la chica le escribió? ¡mierda! se me olvido darle el número a aquel mesero con bonito trasero por lo molesto que estaba.
Llegó la hora del almuerzo y nos dirigimos al comedor, tenía largas mesas color blancas en el centro y alrededor mesas redondas.
Caminamos a una de las esquinas y nos sentamos en una redonda, David se sentó en otra, los hermanos y Camilo pidieron comida de la cafetería, en cambio yo, gracias a que mi madre le dio tiempo de prepararme la mía, no tuve que pedir, solo tenía que comprar una bebida en la expendedora.
- Chicos ya vuelvo, voy por algo de tomar - les avisé y asintieron.
La máquina mostraba diversas bebidas (Coca-Cola, Pepsi, energéticos...) entre ellos mi favorito, Gatorade. Coloqué algunas monedas y presioné el botón, mientras espero que caiga, voltee hacia atrás, me di cuenta que se llenó rápido el lugar y la fila para comprar los almuerzos estaba larga, al escuchar que cayó mi compra, la agarre y me devolví.
Cuando estoy a medio camino siento que alguien me levanta y me da una voltereta mortal hacia atrás.
- ¿¡Qué carajo!? - me maree y no logro distinguir a la persona, de repente empiezo a sentir que me dan besos en el cuello entre risas.
- Sorpresa - veo a la persona que sostiene mi cabeza entre sus manos.
- ¡Lucas! - me le abalanzo encima con fuerza para abrazarlo y ambos caemos al suelo.
- Estas igual de pesado, me costó mucho darte esa vuelta - dice acariciando mi pelo.
- Te extrañé mucho - sincere.
- Yo también y como siempre te gusta dar un espectáculo - todos nos miraban y quien no lo haga es por ciego.
- Yo también quiero hacer un mortal así, bro - comenta Branko, quien llego junto con Antonio y Camilo.
- ¿Quieres que te lo haga? Creo poder levantarte - le propone Antonio a su hermano mientras nos levantamos.
- Estás loco, no lo dejaría en tus manos.
- ¡Ey! ustedes son los de la videollamada - reconoce Lucas y los saluda - y tu debes ser Camilo - le extiende su mano, él duda un poco, pero se la da.
- ¿Cómo llegaste aquí? - le pregunto terminando de llegar a nuestra mesa para sentarnos.
- Utilicé mis encantos para pasar al guardia - sonríe.
- Ok, ahora habla en serio - solo a mí me queda el drama.
- Simplemente le explique la situación de querer darte una sorpresa y me dejó pasar con una condición, que el director no se diera cuenta y listo - terminó de relatar Lucas.
- Creo que le cayeron bien al guardia - opina Antonio - el nunca deja que nadie entre ni salga.
- Suertudos - suelta Branko.
Mi mejor amigo y yo comenzamos a conversar sobre su viaje y cómo ve la capital y los lugares que deberíamos visitar, los hermanos nos recomendaron varios, seguimos hasta que el tiempo voló y sonó la campana.
- Tan rápido - me quejé - no quiero ¿puedo volver contigo?
- No, tienes clases y yo voy a terminar de desempacar.
- Yo te ayudo - insistí - soy bueno, te lo aseguro. Tengo experiencia, reciente.
- Casi me convences, pero tu padre me mata si ve que te saqué de clases.
- Tengo una idea, me tomo una foto con ellos y se la envío más tarde ¡taran! Cuartada perfecta.
- Va a ver la hora con la posición del sol y nos descubrirá, no me arriesgaré - iba a decir algo, pero siguió - y si piensas tomártela en un lugar donde no pegue sol, lo querrá comprobar con una video llamada.
- Tienes razón, tendré que tomarme varias fotos en las diferentes horas del día para tenerlas guardadas, por si acaso - aseguré confiado.
- Ten cuidado con el clima - me advierte Camilo, quien había estado ausente en las conversaciones.
- ¡Rayos! es más complicado de lo que pensé - me decepcioné un poco.
Me despedí de mi mejor amigo y le agradecí al guardia por dejarlo pasar, este me respondió con una sonrisa.
***
A la siguiente semana.
Salimos de la casa de Lucas, ya que ese fin de semana me quedé con su familia, nos despedimos de sus padres, tomamos el bus y llegamos a la escuela.
Al entrar a clases le tocó presentarse formalmente ante los demás alumnos.
- Mi nombre es Lucas Macek, tengo 17 años. Soy el mejor amigo de Daemon y ya que lo hizo también lo voy a hacer, soy gay, siempre me hace decirlo después de él. Espero llevarme lo mejor posible con... la mayoría de ustedes - dijo mirando directo a Manuel, este volteo los ojos.
Se sentó detrás de mí, se nota un poco molesto por verlo otra vez, ya somos dos. Para desestresarse él empieza a dibujar en su cuaderno, luego rueda la mesa acercándose a mí y plasma su diseño en mi nuca con un marcador.
- Espero que no sea permanente - susurré - y más te vale que no sea un pene o algo pervertido.
- Tranquilo - susurra en mi oído - te lo prometí, no pasará de nuevo.
- Que así sea.
- Shuuu - nos manda a callar Camilo.
- 'Lo siento' - modulo con la boca sin emitir ningún sonido.
Lucas dice que quiere hacer del tatuaje su pasatiempo y yo lo dejo practicar en mí, claro, solo con marcadores.
Al terminar la primera clase los hermanos se pararon rápidamente y nos arrastraron a la cancha llevando un balón de futbol con ellos, suerte que ya había terminado su obra y no quedó por la mitad.
- Lucas, toma la foto antes de empezar a sudar y se borre - saca su teléfono y captura la imagen. Al enseñármela, logro distinguir con facilidad que son unas alas extendidas, que apuntan hacia arriba, de color rojo que se va degradando hasta llegar a las puntas de las plumas de color amarillo.
- Te quedó genial - lo felicité - esa va para el álbum.
- Claro que si - asintió.
- ¿Qué tienes ahí? - pregunta David acercándose junto con el resto de los curiosos. Se los enseñé y cuando se les pasó la intriga comenzamos.
Al elegir los bandos, intentamos estar lo más equilibrados posibles ya que también participaban chicos de grados menores.
- ¿Estamos listo? - pregunta camilo, capitán del equipo de futbol.
- No - contesta Lucas - yo no quiero estar en el mismo equipo que Daemon.
- ¿Qué? - pregunta Branko.
- ¿Ustedes no son mejores amigos? - le sigue Antonio.
- Si, pero en la chancha somos rivales a muerte - contesté - somos muy competitivos entre nosotros y siempre apostamos.
- Y si estamos en el mismo equipo vamos a causar problemas, pero jugamos serios cuando hay torneos y hacemos un gran dúo, no se asusten mucho - los calmó Lucas.
- Me gustaría ver eso que dices, así que se quedaran juntos. - comenta un chico de menor grado. 'si' 'yo también' 'quiero verlos', responden los demás.
- Ja, van a perder - dice arrogantemente Manuel, quien está en el lado rival.
- ¡Ahora te jodes! - alza la vos Lucas - Le mostraremos eso en otro momento porque voy a darle una paliza.
- Vamos a darle una paliza - lo apoyo con el mismo tono - hoy les mostraremos como jugaríamos en un torneo.
En cada equipo había 8 personas, muchos no se animaban a jugar, otros preferían ver o les parecía muy temprano para jugar.
Nuestro quipo estaba compuesto por, chicos cuyos nombres no me aprendo todavía, Camilo, Antonio, Lucas y yo.
En el equipo rival estaban otros chicos, entre ellos, David, Branko y Manuel.
Al empezar el partido, las primeras filas de las gradas estaban repletas de chicas animando, algunas tenían pompones y practicaban una coreografía improvisada.
Sonó el silbato.
Rápidamente Camilo le quita el balón al otro equipo y se lo pasa a Antonio.
- Aquí - grité.
Este me la pasó, drible a Branko, luego a otro.
- Rápido, pásala - grita Lucas.
Le paso el balón, que por poco la recibe David, Lucas se dirige a la portería, va a patearla, pero se interpone Manuel.
- Devuélvela - grita Camilo.
- No, pase por arriba - le ordeno llegando al otro lado de la portería.
Lucas decide pasarla como le dije, eleva el balón y la golpeo con la cabeza anotando un Gol.
- Goooool ¡vamos! - celebra el equipo y las gradas.
- Ra Ra Rarara ¡Vamos por uno más! - Animan las chicas.
- ¿Dónde quedo tu sonrisa arrogante? - dice Lucas dirigiéndose a Manuel
- Cálmate y sigamos - le di una palmada en la espalda - no le dejemos tener el control del juego.
Continuamos y el partido iba 5 a 0 a nuestro favor, en menos de 10 min logramos obtener ese marcador, Lucas metió 2 goles al igual que yo y Camilo metió el último.
- ¿Qué pasó? ¿no puedes hacer ni un gol? - lo provocaba mi mejor amigo.
- Cállate marica - susurró Manuel.
- Repítelo - lo señaló.
- Mejor vámonos, ya ganamos - intenté calmarlo.
- Dije ¡cállate maldita marica! - y Manuel, que estaba a punto de sacar para comenzar otra partida, patió el balón directo a la cara de Lucas, desatando la bestia interior que tanto intentaba apaciguar.
Empezaron a golpearse mientras algunos se alegaban y otros, como los ABCD y yo, los apartábamos. No sé en qué momento llegó el director y terminamos en su oficina.
- Ya llamé a sus representantes, mientras tanto, podrían decirme lo que sucedió.
- Si, ¿por qué no le cuentas Manuel? - no otra vez - ¿te comió la lengua el gato?
- Es por culpa de estos maricas - se para y nos señala - y de usted director ¿Cómo puede dejar que este tipo de gente asista a esta institución?
- ¿Qué estás diciendo jovencito? - sale una voz por la puerta - no acuses así a nuestros hijos - es la mamá de Lucas junto con su padre y detrás vienen los míos seguidos por otros.
- No tiene derecho hablarle así a mi hijo - dice un hombre alto con barba oscura y ojos negros.
- Papá, no pienso pasar mi último año rodeado de esta gente - dice Manuel caminado hacia el señor de barba.
- Tienes razón, los voy a denunciar a todos por tratar a mi hijo de esta forma.
- Todos cálmense y tomen asiento - ordena el director Rivas.
Nuestras madres se sentaron junto a una mujer que parece ser la mamá de los hermanos, nosotros nos colocamos de pie detrás de ellas, al igual que nuestros padres quedando del lado derecho del mueble, del otro lado había una mujer que se parece a David, debe ser su madre, junto al par homofóbico.
El director está sentado en frente. Camilo estaba a mi lado, quedado en una esquina, al parecer su representante aún no ha llegado.
- Ok - rompe el hielo el señor Rivas - cada uno va a contar su versión de la historia, todos escucharemos atentamente sin interrupción. Después abriremos el espacio para los comentarios - todos asentimos - empecemos por los jóvenes hermanos.
- Yo estaba en la portería hablando con Félix sobre una nueva estrategia - comenta Branko - porque estábamos perdiendo, fue hasta que vi la multitud formándose que salí corriendo y me di cuenta que era Lucas y Manuel, no sabía lo que pasó ni escuché nada, solo ayudé a separarlos.
- Yo estaba de defensa, cerca de la portería, del otro lado de la cancha de mi hermano - sigue Antonio - estaba lejos y no escuché lo que decían, pero si vi cuando Manuel le pateo el balón en la cara a Lucas y este se le abalanzo, fue cuando corrí hasta ellos y también ayude a separarlos.
- Ya veo - asiente en director - si lo que hicieron fue ayudar y no participaron más que eso, pueden estar tranquilo. Prosigamos con David - le cede la palabra.
- Yo estaba en el centro de la cancha, iba a sacar con Manuel y escuche a Lucas preguntar que, si Manuel no podía meter un gol, ya que el marcador estaba 5 a 0 a favor de ellos y él le contesta diciendo "cállate marica" lo dijo casi en un susurro, pero claramente los que estaban cerca podían escuchar. Pensé que ya había acabado y comenzaríamos, pero el balón fue directo a Lucas y todo se salió de control, yo también intenté separarlos, pero Daemon no me lo permitió, se me atravesó y vi como conectaba un golpe en la cara de Manuel, tuve que alejarme un poco y gritar que llamaran al director, por suerte ya venía en camino, ellos dos son muy grandes y corpulentos para detenerlos por mi cuenta.
- Entiendo, si eso es todo puedes tranquilizarte. Camilo, es tu turno - volvió a ceder la palabra.
- Yo también estaba cerca del centro - dio un paso adelante para que todos pudieran verlo mejor - al igual que David, escuché lo mismo. Cuando estaban golpeándose también intenté separarlos, vi cuando Daemon se unió y comenzó a hacer lo mismo que Lucas, soy casi de su tamaño, pero detenerlos a ambos me sigue siendo difícil, decidí detener a Daemon primero, yo-yo - mi madre se levanta y se coloca detrás de él y posa su mano sobre su hombro.
- Tranquilo muchacho, sigue sin miedo - También debió notar que no tenía ningún apoyo.
- Yo iba a tomar su brazo para detenerlo y terminé s-siendo golpeado e-en la boca - no había notado que su labio inferior estaba sangrando y yo fui la causa.
- Lo siento - dije rápidamente - juro que no fue mi intención hacerlo.
- Después podrás disculparte adecuadamente - dice el director - tienes algo más para agregar.
- No, después de eso llegó usted y los detuvo - finaliza camilo.
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¡Ay! Estos se metieron en un buen lio, vamos a ver que les pasará.
¿Dónde está el papá de Camilo? A nuestro niño le falta apoyo.
Blooper: Todos cálmense y tomen asiento - ordena el director Rivas. Entra toda poderosísima la escritora azotando la puerta, se dirige hacia el par homofóbico y les da una sonora cachetada, se voltea lanzándole un beso al resto y sale de la habitación. Diva entró y Diva salió. - yo queriendo entrar a las historias, otra vez.
Blooper 2: David va a separarlos: "Yo puedo hacerlo" lo intenta "No, no puedo" "*Aiuda*". Y yo aquí, siendo más baja que él.
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