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Estábamos caminando a casa después de nuestro primer día del último año, conocimos a un chico con una apariencia única, si fuera gay caería por esa cara. Hicimos una parada en el centro comercial mientras hablábamos y comíamos unos perros calientes, al salir, Branko se desvía cruzando la calle y dejándome atrás, logrando que corra detrás de él.
Consiguió una puerta entre abierta de ¿una discoteca?
- Branko que piensas hacer entrando a ese lugar - regaño a mi hermano menor.
- Nada, solo ven y sígueme - como si él se quedara tranquilo.
Porque tuve que tener un hermano así, mala influencia, y como siempre lo sigo para que no se meta en un problema peor.
Cruzamos la puerta y había varias cajas apiladas en el piso, se podía escuchar la música detrás de otra puerta.
- Voy a sacar otra que el camión está por llegar, ve y busca a un guardia para que vigile - dijo una persona abriendo la otra puerta dejando escapar el sonido.
Nos asustamos y nos escondimos en un rincón detrás de una pila de cajas. El hombre agarró dos cajas y salió por donde entramos, aprovechamos ese momento para cruzar la puerta y adentrarnos. El guardia no llegó a tiempo porque ya nos colamos entre la multitud.
- Hermano, lo logramos - dice Branko entre risas.
- Tienes suerte, idiota - no lo podía negar, eso fue increíble.
Con la ventaja de que nuestra institución es una de las pocas que no utiliza uniforme, fue más fácil. Nos acomodamos la ropa para vernos mejor y pedimos unos tragos. La noche avanzó y ya teníamos a dos hermosas chicas con nosotros, decidimos salir y continuar la diversión en un motel cerca del lugar.
Cuando me levanté y vi el reloj, marcaban las 3:30 am. Me acomodé lo más rápido y ágil posible para no despertar a mi compañera de una noche, me vestí y busqué a mi hermano que si mal no recuerdo está en la habitación de al lado.
Lo encontré roncando y lo desperté suavemente, él abrió los ojos y le señalé el reloj.
- ¡Mierda! - exclamó levantándose igual que yo - mamá va a matarnos.
- Ahora es que te das cuenta - le dije - ya debe estar preparando nuestro funeral.
Salimos corriendo y pedimos un taxi.
- Shhh, silencio - asintió, llegamos a la casa y abrí la puerta.
- Ustedes dos - se encienden las luces - ¿Dónde estaban para llegar a estas horas a la casa? - La luz nos encandiló y cerramos los ojos con fuerza, pero sabíamos quién era por la voz.
- Mamá lo siento - comenzó Branko - no lo volveremos a hacer.
- Eso no responde mi pregunta, jovencitos - alzó más la voz.
- Lo siento - dije - fuimos a una fiesta y se nos pasó la hora.
- Si como no, los dos a su habitación ¡Están castigados!
- Sí, mamá - respondimos juntos.
En la mañana, cuando el sol ilumino el cuarto, me inundo un jodido dolor de cabeza y con ello, náuseas. Salí corriendo al baño directo al retrete y conseguí a Branko ocupándolo con la misma condición que yo, haciéndome utilizar el lavamanos.
- Eso les pasa por andar de fiesteros - acusó nuestra mamá apoyándose en el marco de la puerta.
- Hay que ir a la escuela - comenté.
- ¿¡Qué!? No - negó Branko.
- Por supuesto que no - me sorprendió que ella apoyara a mi hermano - no pienso mandarlos en esa condición, solo mírense.
Nos miramos y sí que estábamos vueltos mierda.
Lo que mamá no sabía es que ya lo hemos hecho antes, pero esa noche nuestra suerte fue mucha y supimos que se agotó cuando la vimos, decidimos hacerle caso y quedarnos, total, no queremos más castigos.
Nosotros también los pillamos, ahora sabemos por qué no se presentaron.
Blooper: El hombre agarró dos cajas, pero al agacharse se le vio el hueco de la alcancía, Branko amenazo con soltar una carcajada, pero le tapé la boca antes de que nos descubrieran - si soy JAJAKSJAJAKSJA si no saben a qué me refiero, pregunten en los comentarios.
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