Capítulo 3. Paseo. Daemon Y Camilo

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Nota de voz para mi mejor amigo: Día 4 sin Lucas, apenas sobrevivo a base de agua, mis reservas de comida ya se han agotado, no sé cuánto más podré seguir, temo que esta situación continúe y mis días en la tierra acaben. Lo único que puedo hacer es mandar señales de ayuda con la esperanza de que alguien me note. Fin de la transmisión - enviar.

Ti ri-ri - llegó un mensaje.

Nota de voz de mi mejor amigo: Buenos días, hoy amanecimos igual de dramático que siempre. ¿Qué haría yo sin ti en esta vida?

Nota de voz para mi mejor amigo: Eso es fácil de responder, morirías de aburrimiento y yo soy quién te mantiene vivo.

Sonó mi tono de llamada de Imagine Dragon - Whatever it Takes.

- Hola ¿estás preparándote para ir a clase? - me saluda.

- Sí, estoy desayunando y necesitaba fastidiarte un poco.

- Claro, se me olvido que es parte de tu rutina - sentí que volteó sus ojos.

- Pues es mejor que la tuya que consiste en levantarme temprano y por lo que veo, te gané - le dije molesto en broma.

- No, me ganó el cansancio de ayer - contraataca.

- ¿Qué haces tan temprano? - cambie de tema antes de que se saliera de control.

- Hablar contigo - dijo con obviedad.

- Vamos, mi pregunta es seria.

- Mi madre me mandó a comprar algunas cosas - responde no muy convincente.

- Ok, no voy a insistir porque estoy tarde.

- Lo sé, es porque no te levanté y tú pareces uno con la cama. Apúrate, te quiero mucho, nos vemos pasado mañana.

- Adiós, nos vemos. Te quiero - colgué lanzándole un beso.

Salí de la urbanización para tomar el autobús, tengo licencia, pero no auto porque mi papá no lo permite, ya que cree que puedo escaparme he ir a esos 'lugares' y en parte tiene razón, aunque quedaría mejor decir poder trasladarme con más facilidad.

Solo dos días más y lo volveré a ver, mientras tanto acapararé la atención de Cami y alejaré a esas arpías de él, podré entretenerme.

Llegué al salón un poco tarde, me disculpé con el profesor de inglés y me senté. Miré a Camilo a mi lado y le sonreí, él únicamente me ignoro y volteó al frente.

Terminó la clase y todos salieron corriendo, quedando solos nosotros dos mientras guardábamos los libros en el bolso para dejarlos en la parte trasera de las sillas.

- Buenos días, camilo - saludé.

- Hola - pero que chico tan seco.

- ¿Dónde están los hermanos? - pregunté cayendo en cuenta que no los vi cuando llegué.

- Hoy faltarán, dijeron que se sentían mal.

- Y ¿con quién te la pasas cuando no vienen? - pregunté curioso.

- Con Manuel, pero no me ha hablado desde que llegaste y nos la pasamos contigo, tampoco es que quiera hacerlo. También con David, pero este está hablando con unas chicas - dijo con calma.

- Si es así, entonces seremos solamente los dos contra el mundo el día de hoy - noté que un lado de su boca se levantó y se convirtió en una sonrisa 'Que tierno' 'está como para una noche de pasión' lamentablemente es parte de mi entorno y se volvería incómodo. Mejor paso.

- Oye espera, no me dejes - grité mientras veía darse la vuelta.

Lo seguí y llegamos a unas mesas cerca de la cancha de fútbol, estaba desierto este lugar, creo que el motivo es que no hay chicos sexis para verlos jugar, es totalmente entendible.

Vi que se sentó y yo hice lo mismo frente suyo.

- ¿Qué haces aquí? ¿Me seguiste? - ¡En serio no me notó! Yo, quien brilla más que el sol y... Mejor dicho.

- Tienes altas probabilidades de que te secuestren ¿sabes? Podrían estarte siguiendo y tú ni pendiente.

- Estamos en la escuela y ¿Quién querría secuestrarme? - tal vez yo, quien sabe podría... - y tú no lo harías.

- ¿Cómo estás tan seguro? Podría estar pensando en llevarte a un sitio y torturarte - dije alzando los hombros y las manos - ¿Quién sabe? No me conoces.

- Pero no eres de esos - dijo restándole importancia.

- ¿me estás retando? - me miró directo a los ojos con extrañeza.

- ¿Qué vas a hacer? - Me levanté y me acerqué lentamente.

- ¡No! - Retrocedió, pero era muy tarde, lo agarré y lo monté como saco en uno de mis hombros - Bájame - gritó.

- Voy a correr por toda la escuela, van a ver cómo te secuestro y te apuesto que ninguno va a llamar a la policía - lo reté.

- No lo harás - en su voz se notaba las dudas.

- Dijiste que me conocías, pero te mostraré mi verdadero ser y te enseñaré lo peligroso que puede ser cualquier lugar.

Salí corriendo, primero pasamos por el patio, todos voltearon a vernos y noté que camilo se tapaba la cara con una mano mientras me daba golpes en la pierna con la otra.

- ¿Quiénes son ellos?

- ¿Ese no es el chico nuevo?

- ¿Su nombre no es Daemon? ¿No es Gay?

- ¿Será que consiguió un novio?

- Más importante ¿Quién es el chico que lleva?

Esos son el tipo de preguntas que logre escuchar mientras pasamos, entramos a los pasillos topándonos con más alumnos con miradas curiosas y de vez en cuando chocándolos. Por último, salimos, llegamos hasta el portón de la entrada y el guardia nos vio sorprendido y nos detuvo.

- Señor, si salgo por ese portón con él ¿Qué haría? - pregunté antes de que hablara.

- Llamaría al director y luego a sus padres - contesto rápidamente.

- Ves te lo dije, no llamarían a la policía inmediatamente - lo bajé en frente de mí - me daría mucho tiempo para llevarte a un lugar lejano.

-... Tú... - se veía un poco mareado - ¿¡Por qué rayos hiciste eso!? - gritó alterado.

- Ya te lo dije, para darte una lección.

- Chicos, tengan mucho cuidado con esos juegos y regresen adentro antes de que los vea el director - advirtió el guardia.

- Es su culpa - me acuso apuntándome con el dedo índice - este tipo está loco - se cruzó de manos y arrugo sus cejas.

- Ya nos vamos, gracias, señor... - no conocía su nombre

- Osvaldo - completó.

- Gracias Osvaldo - repetí

- Ash - siseo Camilo molesto

- Ven, vamos lindo gatito - le pasé el brazo por los hombros y lo dirigí de vuelta.

- No me dig...

RIIIINNN - sonó la campana interrumpiéndolo.

Comenzó la clase y camilo se veía molesto, pero fue tan divertido verlo que no me aguanté, ahora ya sabe que soy muy espontáneo y no conozco la vergüenza.

Los siguientes recreos nos las pasamos juntos sin dirigirnos la palabra, cada uno en su teléfono. Era obvio que me puso la ley del hielo, y esta vez, soy yo quien se estaba molestando. No me gusta estar peleado con los demás, así que decidí hablar seriamente con él al terminar las clases.

- Camilo detente, por favor, mírame - es la tercera vez que se lo digo - sebes que olvídalo, no voy a volver a insistir - me di la vuelta.

- Detente ¿Qué quieres? - sonreí y me volví a voltear.

- ¿Tienes planes ahora?

- ... - pensó - Creo que está bien si llego tarde a la casa... igual nadie se va a dar cuenta - susurró tan bajo, que no estoy seguro si escuche bien.

- ¿Qué prefieres? Ir al centro comercial y dar un paseo o un restaurante a platicar.

- Al centro comercial.

Camilo

Esto no está pasado ¿Qué me pasa? Primero, me avergüenzo cuando me llevó por toda la escuela, lo ignoré para que aprendiera a respetarme y cuando dijo que no insistiría más... me sentí ¿triste? Y ¿molesto? ¿Por qué se rendiría?, no lo sé, y ahora estoy recorriendo el centro comercial con este chico, estoy tan nervioso y lo peor es que todos a nuestro alrededor se le quedan mirando y para rematar, él lo disfruta, solo miren esa sonrisa.

Mi atención se dirige a una canción que empieza a sonar de la nada, proviene del teléfono de Daemon y contesta, no logro de escuchar el otro lado, solamente a él.

- Hola cariño - ¿tiene o no tiene novio? Su tono me confunde - No, ojalá estuviera en eso - continuó - sabes que no lo haría sin ti y si tú lo haces me molestaré - ¿Quién es? - sé que no me engañarías, pero igual sé cuándo mientes - Definitivamente es su novio - Estoy en el centro comercial paseando con mi nuevo amigo - me miró y sonrió - sabes que jamás te remplazaría, eres mi alma gemela... No ya te dije que no soy el amor de tu vida, soy 'tu alma gemela' - siento que estoy escuchando a una pareja discutir por ¿Quién quiere más al otro? Y me molesta.

- Mejor me voy - interrumpí - así podrás hablar con tu novio todo lo que quieras - me giré para irme.

- Espera... Lucas te llamo después si, te quiero - cuelga - listo ya, ¿contento?

- De hecho sí y mucho - grité, no quería decirlo en voz alta y ¿ahora que hago? ¿Dijo Lucas? - ¿Con quién hablabas?

- Lucas, mi mejor amigo, no mi novio. Ya te dije que no tengo y no me gusta mentir.

- Lo si-siento - mierda, tartamudee - olvídalo.

- Vamos por unos helados y sentémonos en algún lugar - asentí.

Entramos a un restaurante, creo que nunca tuve una opción para elegir, perro astuto. El lugar es grande, sofisticado y con pocas personas, no sabía que se podía encontrar algo así en este centro comercial.

Daemon pidió una taza de helado de vainilla con trozos de Pirulin y unas papas fritas, y yo una taza de helado de chocolate con trozos de fresas.

- ¿Seguro que no vas a querer las papas? - me pregunta

- Seguro, no como cosas extrañas - respondí.

- Retráctate en este mismo instante si no quieres que te deje.

- No lo voy a hacer.

- Otro nuevo reto, tranquilo, en unos minutos me agradecerás el resto de tu vida por haberte mostrado una de las combinaciones más ricas que hay en el mundo.

Nos sentamos en la terraza del restaurarte mientras esperábamos nuestra orden. Estaba rodeada de vidrios y no dejaba que el viento entrara, se podía ver el hermoso azul del cielo con algunas nubes blancas, es tan...

- Hermoso - ¿qué? - es lo que estabas pensando.

- ¿Acaso lees mentes?

- No, pero se veía en tus ojos.

- ¿Me estás coqueteando? - pregunté serio.

- Si te soy sincero, el coqueteo me sale natural - sonrío cerrando sus ojos, dejando ver un leve sonrojo por sus pecas - Casi siempre no me doy cuenta, lo siento si te incomodo - hizo un puchero con su boca.

- Esa es tu forma de manipular a las personas ¿no es así? Muestras tu linda sonrisa y luego logras que te perdonen con esa cara de cachorro regañado.

- Sí y también utilizo psicología inversa, un truco que aprendí hace unos años. Como cuando finjo que ya no quiero hablar con alguien y le digo que no pienso insistir, pero en verdad si quiero y logro que vuelva a dirigirme la palabra, por cierto, gracias por decir que tengo linda sonrisa - Abrí los ojos como platos tanto por lo primero como por lo último.

- Tú eres un perro pulgoso que merece ser castigado - en medio de mi reclamo llega la orden y le quito sus papas fritas, unto una en mi helado y me la como - Mmm... - no saben tan mal. Agarre otro para probarla y ¿Cómo es que jamás en mi vida he probado esto?

- Te gustaron - sonrió - ahora agradécele a este perro pulgoso, lindo gatito.

- Solo te las quité por castigo.

- Disculpe mesero, me trae otra ración de papas fritas, por favor - "s-si ya se la traigo" respondió sonrojado.

- Perro malo - susurré.

- ¿Y ahora que hice? - lo ignoré.

- Gracias - le dijo al mesero con su coqueta sonrisa. Mejor lo olvido, ni siquiera es mi asunto.

Terminamos de comer y el cielo cambio lentamente de colores, volviéndose naranja, rojo y morado.

- Hola disculpen ¿son amigos? - llega una chica de cabello negro, liso y ojos de igual color, es bonita.

- Si - respondo

- Disculpen mi atrevimiento por esta pregunta, pero ¿Están solteros? - dice la chica.

- Yo sí, pero soy gay, no hay oportunidad conmigo - responde Daemon

- Oh, de todos modos, mi tipo no son los pelirrojos - ríe coqueta la chica y se dirige a mí - y ¿Qué hay de ti?

- Yo soy... hetero y estoy soltero - le respondo un poco incómodo.

- ¿Puedo tener tu número? - esta chica sí que es atrevida.

- No, no puedes. Mejor vete por donde viniste - ¿Quién es Daemon para responder por mí? Casi olvido que él coqueteó con el mesero. No es el único que puede hacerlo.

- Por supuesto, ten y no le hagas caso - anoté mi número en una servilleta junto con mi nombre y se lo entregué.

- Muchas gracias, te escribiré - Sonrió, se dio la vuelta y se fue.

Daemon

Estábamos pasando un buen momento, cuando llega esa chica arruinándolo.

- Ya nos podemos ir - soné más molesto de lo planeado.

- Sí.

El viaje hasta su casa fue incómodamente silencioso y ninguno se atrevió a mirar al otro. Nos bajamos del autobús y llegamos a un edificio color blanco con largos ventanales de espejos.

- Aquí vivo, gracias por el paseo, buenas noches - se despidió Camilo.

- Disculpa por todo, suelo ser muy sobre protector, no fue mi intención hacer las cosas incómodas, ten buenas noches.

Sin decir nada más entró y regresé a mi casa. No entiendo del todo lo que pasó, tal vez Lucas me ayude, esperaré a que regrese.

 

Tan solo tienen 2 días de haberse conocido y ya parecen una pareja en medio del divorcio, vengándose del otro. Como les gusta complicarse la vida.

Blooper: Que haces aquí ¿me seguiste? - ¡En serio no me notó! Yo, quien brilla más que el sol y mi presencia resalta a donde quiera que voy, soy un Sugar baby, Dios Griego, Rey de Reyes - Así es Daemon cuando se le sube el ego JAJAKSJAJAKSJA

(### Sigan disfrutando y si les gustó el capítulo no olviden apoyar).

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Comments

Faty Kaneki

Faty Kaneki

y yo que pensaba que se quedaría con Lucas ....pero pues no ....hay tratar de aceptar que llegó Camilo

2022-12-03

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