Extra 2. La mudanza. Camilo

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Me mudé aquí hace 9 años, no está tan mal. Aunque no lo crean, sigo acostumbrándome.

En las vacaciones logré mantener mi poco ánimo saliendo con los hermanos y teniendo algunas noches pasajeras con chicas cuyos rostros y nombres no recuerdo.

Por suerte este va a ser mi último año, pero ¿en serio tenía que comenzar así la semana?

Ordenando mi casillero de los vestidores mientras maldigo por lo bajo porque estaban pintando la cancha y entró en mantenimiento, debieron hacerlo en vacaciones, ¿no se les ocurrió esa brillante idea?

- Hola Camilo - interrumpió mis pensamientos una chica, supongo que está en el mismo año que yo, pero en otro salón, ni idea.

- Hola - respondo seco.

- Yo te estaba buscando para... - No puede ser ¿otra más?

- Ahora no estoy de humor, vete - ordené.

- No, yo solo quería hablar e invitarte a comer juntos en la hora de almuerzo - ¡ni siquiera sé quien carajo eres!

- No gracias.

- Pero sé que si me conoces podrás cambiar de opinión, nada más dame una oportunidad - Hasta aquí llegue.

- Tan ingenua eres para decirme eso, sabes que rechazo a todas, lo he dicho muchas veces, no busco una relación - aventé la puerta del casillero y salí del lugar.

Muchas chicas vienen a mí por dos razones. La primera, sexo de una noche y la segunda, intentar cambiarme con el objetivo de enamorarme.

Nadie ha tomado mi corazón y ninguna de ellas es suficiente, porque simplemente no me llenan, no me siento completo. Pareciera que estoy en busca de algo o alguien, tal vez.

RIIIINNN - sonó la campana para entrar a clase.

Salí corriendo para llegar a tiempo al salón ¡wow! Me paré en seco ¿Qué acabo de ver entrando a la oficina del director? Parecía la bola de fuego más brillante que he visto en toda mi vida y ¿Por qué mi corazón late tan rápido? Debe ser porque estaba corriendo.

Llegue al salón y me senté, saludé a mis compañeros y entró la profe. Ella comenzó a hablar, pero mi mente está en aquella persona pelirroja, solo fue un segundo, pero ¿tenía el pelo pintado de blanco? Que loco ¿es natural su color de pelo? Tantas preguntas.

- Chicos presten atención, tenemos dos nuevos invitados - y como si alguien me hubiera escuchado, aparece el chico.

- Solo uno - corrigió - mi amigo se presentará la semana que viene, tuvo un retraso con la mudanza.

¡Ya me acordé! El entrenador dijo que dos chicos se unirían al equipo, él debe ser uno ¡que lindo! Digo no ¡qué suerte! Me confundí.

Empezó a presentarse, ya veo, su nombre es Daemon Grandal, su físico es natural gracias a una condición hereditaria, es como si estuviera respondiendo mis preguntas, ahora que lo observo, su belleza resalta mucho y esos ojos con pestañas blancas me hipnotizan.

- pero prefiero que lo sepan antes de tener falsos amigos para que después me apuñalen por la espalda o simplemente huyan de mí como si fuera un virus mortal. - alto ¿de qué me perdí?

- Que intriga ¿tienes novia? - Preguntó una de las chicas que me cae mal, siempre detrás de cualquiera, disfruta manipular a los chicos, juega con sus sentimientos y los desecha. Ojalá este le cierre la boca.

- No, soy gay - Es como si me hubiese escuchado, suelto una risa inaudible.

¡Me vio!, desvío la mirada, ¿Por qué hice eso? Y ahora se sienta a mi lado, este chico sí que me pone nervioso.

***

Escuchando atentamente su conversación no puedo evitar ponerme molesto ¿Con quién habla?

Al escucharlo decir un diálogo dramático me fue imposible contener una risa y no fui el único porque los hermanos también se rieron, menos mal no quedé en ridículo.

Después de presentarnos, me di cuenta de que ese era el otro chico que falta. Presencie una pelea que tuvieron con Manuel, me dejo en shock ¿Manuel también era gay? No, más bien parecía que es homofóbico.

Al escuchar su despedida, no logre contener mi pregunta, quería saber, yo, necesitaba saber.

- ¿Son novios? - Se me salió.

- No, es mi mejor amigo - sí, pero que obvio lo dices, pues no lo parece.

- ¿seguro? - pregunta David, ¡Gracias! Necesito confirmarlo.

- Sí, seguro - uf, menos mal ¿Por qué me siento tan aliviado?

Los chicos y yo le dimos un recorrido por toda la escuela, también almorzamos juntos y en todo ese tiempo casi no hablé, sentía que iba a tartamudear y me avergonzaría.

Gracias a los Hermanos no hubo silencios incómodos y no paraban de preguntarle cosas que yo también tenía curiosidad por saber. La mayor parte hablamos sobre fútbol y nuestros equipos favoritos.

El día paso tan rápido que sin darme cuenta llegué a mi desolada casa, tome un baño, cené, navegué un rato en mi teléfono hasta que me aburrí y decidí acostarme. Al principio, me costó un poco porque una persona pelirroja no quería salir de mis pensamientos, pero me rendí y con una sonrisa en mis labios me dormí.

¡Qué hermoso es Camilo! Debe estar pensando ¿Será este mi ser amado?

Blooper: Lamentablemente, no tuve uno, pero tengo algo que contarles y es que este jovencito no nacía, me explico, tenía al personaje, su aspecto físico y sus amigos, pero no tenía su personalidad ni su nombre, hasta que una noche apareció como por arte de magia y lo escribí. Así nace Camilo, ahora soy madre soltera y no sé quién es el padre ¡NO PUEDES SER! ¿Quién me ayuda a cuidar al niño?

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