Capitulo 19

Hoy es mi primer día de trabajo, estoy nerviosa, estoy detrás de escenario terminan de maquillarme y no sé cómo luzco, cuando me voltean para verme en el espejo no me reconozco, mi pelo lacio desapareció, ahora es ondulado, y mis ojos verdes resaltan más de lo habitual.

- Chicas hicieron un buen trabajo.

- Te gusta - dicen a la vez las gemelas. Si son gemelas una se encargó del maquillaje mientras que la otra con mi vestuario y mi cabello.

- Me encanta, no me he reconocido.

Ellas ríen y las abrazo- Chicas disculpé la confianza, pero así soy, no llevaremos bien, ellas siguen mi abrazo.

Ya es hora de salir y cantar y estoy nerviosa, son tres canciones que debo cantar esta noche, son 2 Hora por cada una. Para así darme tiempo a cambiarme y maquillarme.

...................

Este es el último tiempo la última canción de esta noche y ya he perdido un poco el miedo, es una locura, por lo que vi, las personas les ha gustado. Pero no se me quita está sensación de ansiedad, será porque pensé que él estaría, que sería el primero en estar ahí para molestarme. Aun así su ausencia me molesta más, pero que me pasa.

Termina Liza maquillarme y Laina busca una peluca rubia muy corta, y me la coloca. El cabello me llega por las mejillas.

Salgo con el corazón en la boca y las personas me reciben con unos buenos aplausos.

Comienzo a cantar y cierro los ojos, es una hermosa balada.

Termino de cantar y cuando abro los ojos miro a las personas y trato de buscar a alguien pero no está.

Me despido y salgo de allí.

Termino de colocarme la ropa mía, con la que vine a trabajar. Las chicas se fueron hace rato después de desmaquillarme. Querían esperarme, pero se veían cansada son las 12 pasadas y debo irme también.

Al salir del local respiro aire fresco y cierro los ojos, (Está brisa solo provoca dormirme aquí mismo) me estremezco por el frío acogedor.

Viene un taxi y levanto mi mano para llamarlo, pero alguien detrás de mí me lo impide tocando mis manos para bajarla.

Me volteo de inmediato con mis manos en las suyas y si, esa corriente eléctrica solo tenía que venir de él.

- ¿ William?

- Te llevo.

Nuestras miradas se entrelazan por unos momentos y no quiero salirme de este hechizo, me siento tan bien, tan segura con su presencia.

- Estuviste aquí todo este tiempo.

- Desde que abrieron el local no te he perdido de vista.

- Pero ¿Cómo? Nunca te Vi.

- ¿Querías verme?

Me pongo nerviosa y trato de quitar mis manos de la suya, pero no me deja y las entrelaza más. Y mi pobre corazón late muy fuerte creo que me dará un infarto

- No, es que solo no te Vi por ahí.

Bajo mi cabeza porque mis mejillas deben de estar del color carmesí.

- No quería ponerte nerviosa y causarte problemas en tu primer día, pero estuve frente a ti mientras cantaba todas y cada unas de las canciones.

- Pues serás el hombre invisible.

Ríe y suelta mis manos y me sorprendo a un más cuando toca mis mejillas- No soy el hombre invisible, solo que habían unos ventanales delante de mí y de ti que no dejaban que me vieras pero yo a ti sí. Pero sí quieres verme todos los días are que quiten esos ventanales ahumados y coloquen uno de cristal.

Trago profundo y no sé que rayos decirle, todo este tiempo buscándolo con la mirada y ahí estaba él mirando mi desesperación, hay no será que fui muy obvia.

- Tontería, no soy nadie para decirte nada.

- Para mí, lo eres.

- Soy que.

Su mirada me traspasa, es como si el tiempo caminara muy lentamente, viendo la brisa pasar por su rostro. El podrá ser mi perdición y me da miedo sentir esto. Es algo que nunca había sentido, es como si se hubiese despertado algo que desde hace tiempo lo tenía escondido.

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