18- Tentación.

La llevó al jardín, debajo de la pérgola, ella se mostró encantada por como se veía con

esas luces, le entrega un estuche, ella lo abre y tiene un colgante de oro con

piedras preciosas, ella le agradece, pero no le agrada en lo más mínimo, a él

le gustaba complacerla con cosas materiales e insustanciales.

Raven- Oh Giorgio, es hermoso, te agradezco!

Giorgio- Lo que necesites, me pides. Si te elegí como mi mujer, es para que no te falte nada.

Raven- Hay algo que necesito con suma urgencia, pero no es nada material.

Giorgio- Qué necesitas?

Raven- Hablar con mi madre para que sepa que estoy bien y a un amigo para que no se preocupe.

Giorgio- No.

Raven- Por favor, te lo suplico!

Giorgio- Dije que no! Y no quiero hablar más del tema! No me hagas enojar Raven!

Raven guardo silencio y se tragó la rabia, contuvo las lágrimas en sus ojos, eran lágrimas de rabia y frustración. No volvió a hablar durante la cena. Él comía rápido, haciendo ruido con los cubiertos en

clara demostración de que lo había fastidiado con su pedido, ella mantenía la

compostura, con el semblante triste. No terminó su cena, se levantó para

retirarse a su habitación.

Raven- Provecho…

Giorgio- Quién mierda te autorizó a retirarte? Maleducada, te quedarás hasta que yo termine mi cena.

 Raven respiraba pesadamente. Qué rabia tenía! Necesitaba avisar que estaba bien, solo eso.

Giorgio- Todo el maldito día trabajando, para llegar a casa y escuchar tus estupideces!

Como te gusta joderme la vida, maldita seas! Qué te falta? Dime ; Qué te hago faltar?

Raven se mantenia en silencio y con la cabeza agachada, para que no vea la cara de odio que tenía en ese momento. Giorgio terminó de comer, se levantóde un golpe y tomó lo que le quedaba de vino y arrojó la copa, que se rompió en mil pedazos.

 Paciencia Raven, se repetía una y otra vez… Esta con un infierno por dentro, pero no lloraba, ya

le había hecho tantas cosas horribles que ni lágrimas tenía. Solo rabia

habitaba en su ser. No le gustaba ser silenciosa ante sus ataques, tenía que

contener su carácter, sujetar esas ganas de asesinarlo.

Lo de la llamada no importaba, trataría de darle lastima a Julia, para que la ayudara,

no tenía otra opción o tal vez buscar su móvil en el cuarto de ella, Se duchó y

se acostó bien en la orilla de la cama, él no fue al dormitorio, estaba en el

despacho bebiendo, Raven esperaba que de un momento a otro entrara golpeando la

puerta y maldiciendo, pero no fue así, si escuchó salir un auto, seguramente él

se había ido… Mejor.

.-.

Maldita Raven, porque arruina siempre las cosas? Es que no se puede quedar callada? Por

qué no cierra la maldita boca? Estaba furioso con ella, si hubiera dicho una

sola palabra más, la hubiera abofeteado, se lo merecía!

Gino- Que haces a esta hora aquí?

Giorgio- Venía a distraerme un rato… No puedo?

Gino- Ay Giorgio, te veo la mala cara y las ganas de pelear. Conmigo no lo lograrás…

Estaba por pedir una botella y luego probar una de las nenas nuevas, las suecas.

Giorgio- Buen plan, pide la maldita botella!

El club estaba lleno de gente, había bailarinas en todos los espacios, los hombres aquí

si la pasaban genial, hacían lo que querían, eran libres para poder cumplir sus

más extrañas fantasías y perversiones, no a nivel Dante, pero se les permitía

un que otro golpe o atarlas.

Gino- Vino Dante hace rato, no lo dejé entrar.

Giorgio- Te dijo algo?

Gino- Me insulto… Y me dijo que ya te contaría lo que le hice, que no podía prohibirle

la entrada, porque el clud también era de él, y un montón de cosas más. Habrá

que gastar unos cientos de dólares en ponerle dientes a la chica que golpeó, a

eso súmale el gasto de que no trabaje hasta no se sabe cuando.

Giorgio- Le haré pagar cada maldito dólar que me ha hecho perder, hijo de perra!

Gino- Lo pagará tu madre, acuérdate de lo que te digo.

Giorgio- No le voy a permitir que interceda esta vez, ya me han cansado ambos, me tienen

agotado la paciencia!

Se acercan unos hombres hacia Giorgio a saludarlo, son dos famosos jueces, clientes

asiduos del club. Se quedan compartiendo una botella de champagne y una líneas

de cocaína, Giorgio se droga pero no se excede, sabe cual es su límite, según

él.

La música está fuerte, las mujeres suben y bajan las escaleras del primer piso donde están

las habitaciones. Algunas toman a los clientes de las manos para subirlos y a

otras las llevan los guardias arrastrando, se resisten a pesar de que se las ha

drogado un poco, para que estén más dóciles.

Giorgio y Gino eligen a dos suecas y suben cuando les avisa la encargada general que

están listas para atenderlos.

Ambas estaban drogadas, hicieron lo que quisieron con ellas y Giorgio se fue a su

oficina a fumar un puro y tomar whisky, se recostó en el sillón y sin darse cuenta

se quedó dormido, Gino entró y lo hizo sacar con tres guardias para llevarlo a

su casa.

Raven dormía abierta como una estrella de mar, disfrutaba el estar sola con esa cama

solamente para ella. Escucha el ruido de un coche y se sentó de golpe en la

cama, temiendo que llegara más enfureció que cuando se fue. Se asoma por la

ventana y vé que bajan en andas a Giorgio, debe estar borracho seguramente.

Se pone una bata y baja, los guardias entran y lo vé que esta inconsiente, muy alcoholizado

y drogado. Les pide que lo suban a la habitación y lo acuestan en la cama. Le

saca la ropa y lo tapa, al acomodarle la almohada, se tentó de asfixiarlo… Pero

se resistió a hacerlo… Porque de esta forma ni se iba a enterar que se murió y no queria eso Raven, quería sufrimiento y dolor, mucho sufrimiento y mucho dolor.

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