Capítulo 9

Laila se retiró a su nueva habitación, Jack, Máx, Carl y yo evaluamos la situación y trazamos un método para encontrar a Sheila

-Por Dios Amir -Carl interrumpió el discurso de Jack- deja de moverte pareces un gusano ¡Dios! Vete tras de ella después te explico todo; no puedo contigo así

Máx se carcajeó divertido y Jack solo movió su cabeza indicando que me retira, subí a la habitación de Laila y no estaba allí pregunte a una de las mucamas y confirmó que la había visto ir hacia el gimnasio; cuando llegue ahí estaba golpeando un saco de boxeo a mano limpia el sudor escurría por su frente y espalda

-¡Ey! -ella frenó sus golpes al escucharme- ¿Puedes decirme en que estás pensando? ¿Como mierda se te ocurre aceptar estar con Leo?

-No dejaré que nada frené mi venganza

-Y piensas arrastrar a tu vieja compañera -Laila se sentó a mi lado con una mirada tan tranquila en su rostro- además ¿Que te asegura que ella sigue en la ciudad?

-¿A dónde iría una chica sin familia ni papeles?

-Puede que la hayan atrapado y, no tuviese un destino tan bueno

-Es una posibilidad muy baja, Sheila no era la mejor en combate pero tampoco la peor; además, siempre fue muy buena en todo lo electrónico algo que claramente no es mi campo. Debe estar aquí, lo se..

-¿Y si no lo está? -Laila frunció el ceño y hizo un gesto de desaprobación- es una posibilidad Laila

-La vi, la vi hace unos dias; fue de lejos estaba en el centro, corrí hacia donde la vi pero, ya no estaba. Ha cambiado tanto

-Esta bien Laila, no podré estar en contacto contigo mientras estés con Leo órdenes de Jack

-estaré bien Amir, gracias por apoyarme en todo

Laila

Desperte temprano y me duche, vestí con de traje el porte masculino me encantaba y la elegancia de la corbata roja y vestir todo lo demás de negro lo amaba fui a la habitación que me indico una de las mucamas, la habitación quedaba algo alejada de todo lo demás al parecer Leo era alguien bastante alejado de los disturbios familiares; abrí la puerta de madera y inmediatamente callo un bote con pintura en el suelo

-Debiste ubicarlo mejor -dije antes de contemplar a el niño de no más de 9 años con enormes ojos negros y en definitiva su parecido con Jack era incuestionable- eh ¿Eres Leo?

-Veo que mi hermano no te dijo que serias niñera -el chico tomó su mochila y camino hacia la salida- bienvenida al infierno señorita, creeme si no fuera por tu rostro y trasero te hubiese confundido con un chico, careces de pecho

-Oh, gracias -hable con ironía mientras lo seguía y me observaba a mi misma- ¡Estaba 100% segura de que el espejo me había mentido hoy en la mañana y durante toda mi vida

-Veo que criticar tu físico no funcionará -El freno frente al auto esperando a que le abriera la puerta y cuando no vio movimiento de mi parte sonrió y subió- ¿En donde mierda creciste? Las mujeres normales siempre tienen complejos

-Es simple -respondí saliendo de la villa- crecí en un lugar donde solo habían niños

-Ahhh típica historia de "me abandonaron a mis padres"

-No, o bueno ciertamente no lo sé; me raptaron de ellos igual que todos quienes estábamos ahí, nos entrenaron para ser soldados perfectos y más a las niñas nos separaban de los hombres éramos asecinos perfectos. Cuando tuve más o menos tu edad ya había cometido mi primer asecinato, ni siquiera recuerdo como se siente el remordimiento; en fin podría tardar semanas contándote detalles pero, no son historias bonitas

-¿Como se llamaba el lugar?

-La tumba.

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