Capítulo 17

..."Los misterios del amor son insondables, el amor nos llega sin pensarlo y a veces sin buscarlo"...

Amelia después de lo que pasó con Nicolás, se metió en una burbuja en la que no buscaba sino trabajar, no quería estar en alguna relación y después volver a salir herida.

Sólo suspiraba en silencio por su amor platónico, pero ni en sus más locos sueños imagino que su amor platónico se convirtiera en su amor real.

John le cantó dos canciones más, y al sentarse en la mesa, una muy feliz Amelia le dió un apasionado beso de agradecimiento.

- Cantas hermoso, gracias!!

- Gatita, te tengo otra sorpresa, vamos?

- Otra ? - pregunto Amelia.

- Si, otra sorpresa mí amor, recuerda que tengo que trabajar duro para que me perdones.... que dices, voy por buen camino? - sus ojos la miran fijamente.

- Vamos a ver la otra sorpresa y te respondo - Amelia oculta una sonrisa maliciosa ante la pregunta de John.

John le hace señas a su personal de seguridad y espera unos 10 minutos a qué despleguen el operativo planeado, luego de ese tiempo dieron la señal para salir del lugar con Amelia.

La cuidaba como su mayor tesoro, para eso planearon tener el área fuera del bar fue asegurada lejos de paparazzis y curiosos.

- John, y el auto? - decía Amelia mientras buscaba con la mirada la llegada del convertible.

- No necesitamos el auto, el sitio al que iremos está cerca.

John la guió hasta llegar al estacionamiento de un pequeño hotel.

- Oh John, este es el viejo motel en que estuvimos? Está muy cambiado!!! .... Claro que sólo lo recuerdo de cuando sali huyendo de aquí por la mañana, jajaja.

- Si, este es, hace un año lo compré y lo mandé a remodelar, y ahora es tuyo, es un regalo para recordar nuestra primera vez.....entremos y lo podrás verificar, nada que ver con el antiguo motel de hace 5 años.

Cuando entraron a la recepción había una calle de honor recibiéndolos, la gerente del lugar les dio la bienvenida y les entregó una tarjeta de acceso.

- Bienvenidos señores Jovinale, la habitación principal está organizada como la pidió, espero que disfruten su estadía.

- Gracias Nadine, por favor que en 10 minutos nos lleven la comida, y después de eso que nadie nos moleste.

- Así será, que disfruten.

Se dirigieron a las escaleras para subir al segundo piso, y al final del corredor estaba una puerta roja, diferente a las demás puertas de las habitaciones que eran blancas, pasó la tarjeta de acceso y al abrirla John cargo a Amelia como si fuera una princesa.

- John que haces? - entre risas le preguntó Amelia.

- Entro con mí esposa a nuestro nido de amor!!.

- Que diferente!!! ya no está la vieja persiana por dónde entraban los rayos del sol, y tiene aire acondicionado jajaja, está muy bonita, sencilla pero bonita.

- Me alegra que te haya gustado, se que te gustan las cosas sencillas, por eso la hice decorar así.

- Es de todo mí gusto.

En ese momento llaman a la habitación, John se apresura a abrir la puerta y entra un botones con un carro con comida, la sirve en una mesa auxiliar y destapa una botella de champagne. John le pide que se retire y le recuerda que por favor no los vayan a molestar.

- Mí amor, te voy a servir un poquito de champagne, vamos a hacer un brindis, creo que un traguito no le vaya a hacer daño a nuestro bebé, además la hice pedir que tuviera un grado bajo de alcohol.

- Está bien mí amor, si es para un brindis no creo que sea problema.

John sintió que su corazón se saltó un latido cuando escucho a Amelia decirle mí amor, y una sonrisa se dibujó en su rostro.

- Eso se escuchó tan bien, mí amor, me encanta que me digas así.

- Jajaja, si eso eres, mí amor!

Amelia tomó la iniciativa y lo beso, sus manos lo tomaron por la nuca para acercarlo más a su boca y hacer más intenso el beso, mientras jugueteaba con su cabello.

John interrumpió el beso, para correr la silla y ayudarla a sentarse.

- Ven gatita, primero cenemos, porque sino, te ceno a ti... mandé a preparar tu comida favorita.

Destapó los platos que ya había organizado el botones, y sirvió las copas de champagne.

- Quiero dar un brindis por qué de ahora en adelante, en nuestras vidas sólo hayan momentos hermosos, que nos amemos eternamente y que nuestro bebé nazca fuerte, sano, feliz y amado.

- Salud!!!

- Salud!!!

Brindaron y cenaron en un cómodo silencio, se daban miradas y John aprovechaba a cada momento de mandarle besos a su amada Amelia.

Cuando terminaron de cenar, John colocó música en el reproductor de la habitación e invitó a Amelia a bailar con él.

En un momento de la canción que sonaba, John empezó a besar a Amelia detrás de su oreja, dejando escapar un gemid* que incitó a qué le diera más besos, desabotonó su blusa, dejando a la vista un hermoso brasier blanco de encaje, sus manos acariciaban los sen*s por encima del encaje, y sintió sus pez*nes erect*s en la tela y Amelia tiró hacía atrás la cabeza, John aprovecho y lleno de besos su cuello, seguian bailando y se acercaron a la cama, John la recostó en ella y se quitó la chaqueta y la camisa dejando su pech* desnud*, Amelia tomó la iniciativa y lo llenó de besos húmed*s y caricias.

- Amelia, te deseo!

- Yo también te deseo John, hazme tuya!! Quiero recordar todo lo que me hiciste en este lugar.

- Estás segura? Puedo llenarte de besos solamente...

- Como se te ocurre? estás loco? si me vas a dar besos hay que llegar hasta el final!!

Y como si le diera luz verde a John, siguió con sus cálidos besos, retiró el resto de la ropa de Amelia, dejadola totalmente desnud*, luego se quitó él su ropa, se miraban con lujuria, John siguió dándole besos y se centró en su abdomen, en una veneración sublime le hablaba a su bebé.

- Bebé, me das permiso de comerme a tu mami?

- Jajaja, estás loco!! que pesar del bebé que pensará? que el papá es el lobo?

- Si caperucita, soy el lobo y te voy a comer!!!

Sin pensarlo abrió las piernas de Amelia y sus dedos se introdujeron por su húmed* abertura.

- Ahh, que ricoooo!!

- Estás tan húmed*, lista para recibirme?

- Siii, por favor ahhhh!!

John seguía torturandola con sus dedos, ambos eran inexpertos, pero cuando hay pasión, la exploración es una opción muy caliente, deben juntos descubrir que les gusta, que los excita y los lleva a la cúspide del placer.

John se fue posicionando entre sus piernas, y se friccionaba en la muy caliente vulv* de Amelia, hasta que no aguanto más e introdujo su miembr* y empezó así la más frenética pasión entre movimientos algunos coordinados, otros no tanto, pero lo que sentían los tenían en una conexión hecha en el infinito, sensaciones nunca antes sentidas los inundaban en cuerpo y alma, esa sincronía los tenía al borde de la locura, calor, sudor, gemid*s, cambiaban de posición experimentando juntos lo que es la pasión, se amaban con locura, no existía nada más en este instante en el mundo que ellos dos, estaban haciendo el amor, el amor de dos almas gemelas, después de tanto entregarse en una danza desenfrenada llegaron juntos al cosmos del clím*x, exhaustos de tanta entrega se quedaron dormidos, hasta que el mismo amanecer de hace 5 años despertó a Amelia.

Se queda mirándo al hombre a su lado con amor, y piensa que ya lo ha perdonado.

John se despierta y la ve mirándolo.

- Buenos días mí gatita, como amanecieron los amores míos?

- Bien mí amor.... tenemos hambrecita!!

- Ya llamo para que nos suban el desayuno, quieres algo en específico?

- No, un desayuno normal.

John llamó a la recepción y pidió dos desayunos americanos.

Amelia continuaba mirándolo, su mirada estaba llena de amor, aún no se la creía que John Magic estuviera enamorado de ella, fuera su esposo y el padre de su bebé.

- Te perdono!

- Ah?

- Que te perdono John, quería hacerte esperar más por mí perdón, pero no hay caso, te lo ganaste...te perdono.

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