Capítulo 16 NEGOCIACIÓN

...💔💔💔💔 RENATA GÓMEZ 💔💔💔💔...

Llegué a casa y vi los rostros preocupados de mis padres. Intenté sonreír pero no pude hacerlo y se que ellos lo notaron.

-Vino el joven Arango- mí padre muy enojado lo mencionó- Te buscaba a ti

-Hija dime qué estuviste ésta locura- mamá se veía desesperada y estaba a punto de llorar

-Escuchen y quiero que ahora más que nunca me apoyen ¿Está bien? Si me aman harán algo por mí- sabía que estaba mal hablarles así pero no tenía otro modo

-Hija te amamos pero ese hombre no es bueno, por favor no cometas una locura, te arrepentirás toda la vida- mí mamá me suplicó con lágrimas en los ojos

-Tenemos que viajar a la Capital con los Arango. Me caso el fin de semana y el lunes ya estarás internada en el mejor lugar para empezar tu tratamiento mami. Necesito que seas fuerte y te recuperes y tu papi cuídala por favor, no se preocupen por mí, estaré bien- Papá besó mí frente y salió de casa, sabía que estaba devastado pero no podía hacer nada y necesitaba calmarse

-Hija el puede exigir algo más de ti, no creo que sea de los que se conforman con una esposa de adorno- Mamá me quería advertir sobre que el quisiera mantener relaciones pero ya no podía hacer nada más que afrontar el tema

-Si necesita una esposa por completo es lo que tendrá mamá, al menos es joven y guapo- intenté bromear pero mamá empezó a llorar

-Te está obligando y lo sé aunque no me lo digas. Yo se que hay algo más que no nos dices para no preocuparnos pero por más que no desee que hagas esto se que lo harás y solo nos queda apoyarte. Eres una excelente hija pero es un error pensar en ti por último, deberías dejarme partir- ella se paró- ¿Cuando tenemos que irnos?

-En dos días nos vamos mami- decirlo en voz alta me rompía más el alma, volvía esta pesadilla más real

Nos fuimos a empacar y en mí bolso metí un libro con la última rosa que Eliot me regaló. Miré aquellos diarios que escribí con tanta ilusión acariciando las hojas recordando cada una de las cosas que narraba allí.

Las últimas palabras fueron cuando mamá enfermó y con esperanza escribí sobre la amable mujer que parecía ser la solución a mis problemas, que ingenua fui y que estúpida.

Dicen que los corazones más puros son los que más sufren porque creen en la bondad de todas las personas que los rodean y es cuando después se dan el golpe más fuerte contra la realidad.

¿Cómo podría confiar en la gente después de esto? Si tan solo... se me ocurrió una idea pero debía hablar con Abraham Arango para saber si aceptaba mí propuesta.

Tomé las llaves y corrí a la camioneta con una gran esperanza, tal vez la última que tenía y rogaba que él aceptara o estaba perdida.

Llegué a la hacienda y golpeé la puerta. Me hicieron pasar y pedí hablar con Abraham pero el estaba en el despacho así que me dirigí a ese lugar donde ya había estado firmando mí sentencia de muerte.

-Vaya vaya, una visita de mí futura esposa, ¿A qué se debe el milagro?- sonrió y me habló con total ironía interrumpiendo lo que estaba haciendo para dedicarme total atención

-Se me ocurrió una idea y esperaba la apruebe así los dos nos ahorramos el disgusto- pedí sentándome frente a él

-¿Cuál idea?- se veía interesado sin perder su sonrisa burlona

-Verá, usted y yo nos casamos, dormimos en el mismo cuarto si quiere pero usted no me toca ni intenta nada conmigo, ¿Me entiende?

-Me dices que nos casaremos y yo no podré tocarte ni tener relaciones sexuales contigo. Prosigue- se veía más serio ahora y creí que lo estaba considerando

-Usted puede alquilar un vientre o embarazar a otra mujer y yo le crío el niño después del divorcio si lo desea, no tendría problema alguno si usted salva la vida de mí madre

-Veamos... Alquilar un vientre cuesta mucho dinero y la embarazada podría hablar para decir la verdad así que puedes ir descartando esa idea

-¿Y si la inseminación es a mí? No hace falta hacer aquello para quedar embarazada- era mí última esperanza y mí corazón palpitaba desesperado por los nervios

-Me agradas Renata. Te diré lo que haremos- se levantó de su asiento y se sentó en la silla que estaba al lado de la mía haciéndome sentir pequeña, muy intimidante era toda la situación

-¿Entonces?

-Viajaremos, nos casaremos y en la noche de bodas te hago mía sin que me pongas peros ni impedimentos así que puedes ir olvidando esa absurda timidez. Cuando yo desee tener relaciones tu estarás dispuesta y cuando lo decida buscaré embarazarte. Cuando estés esperando a mí hijo aún serás mía pero al nacer el niño o niña te daré el divorcio y podrás con tu vida hacer lo que quieras- tomó mí mentón y acercó su rostro

-¿Por qué? Hay más opciones

-Serás mía, ¿Te queda claro? No voy a forzarte pero recuerda nuestro trato, lo tomas o lo dejas

-Si debo casarme con usted el sábado y aceptar eso no esperaré que mí madre se interne el día lunes

-Entonces nos casamos éste mismo viernes y el sábado por la mañana tu madre será ingresada

-Está bien, cuánto antes ella sea internada mejor- acepté derrotada

Él quiso besarme pero lo empujé y me levanté poniendo distancia causando que el se riera aún más. Salí de la hacienda sintiéndome sin ninguna esperanza y me fui a casa totalmente devastada.

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