Capítulo 8 ¿POR QUÉ?

...💕💕💕💕 RENATA GÓMEZ 💕💕💕💕...

Tal como el doctor dijo vino para llevarse una muestra de sangre de mamá directamente al laboratorio. Él se veía preocupado y si él estaba así yo aún más porque no entendía nada y eran contadas las veces que ví a mamá enferma a lo largo de mi vida.

-¿Bonita como sigue tu mamá?- Eliot vino a verme y yo solo lo abracé con todas mis fuerzas

-No lo sé, siento que algo está mal y realmente estoy asustada- seguía abrazada a su cuerpo mientras el me acariciaba con suavidad para que me calmara pero yo solo lloraba por la angustia que sentía en mi corazón

-Mi bonita me harás llorar también a mí, ¿Por qué no salimos un rato? Ya hablé con tu papá y él está de acuerdo así te distraes- en sus ojos pude ver la pena por estar yo en ésta situación

Eliot compartía mi angustia y mi dolor pero eso no alivianaba la carga que sentía. Papá llegó a casa y nos dijo que salgamos.

Salí de casa y al subir a la camioneta volví a buscar refugio en los brazos de mi amado. En él encontraba paz y consuelo. El sonido de su corazón me tranquilizaba un poco y cuando estuve más calmada emprendimos el camino al pueblo.

Él tenía algo para darme por eso antes de llegar al pueblo estacionó su camioneta a un lado del camino y me pidió que abriera la guantera.

Había algo envuelto con un moño rosa. Lo abrí y aunque tenía un día pésimo no pude evitar sonreír.

Había un pequeño oso con un corazón que decía te amo.

Amé ese detalle precioso de su parte, lo amé más como si eso fuera posible. Nos besamos con muchos más sentimientos, más amor, más pasión que antes y me permití olvidar un momento todo lo que parecía estar mal en mí vida para entregar el corazón en ese beso.

-Soy la mujer más afortunada por tenerte- sonreí y acaricié su rostro y esos labios que me besaron por primera vez

-El afortunado soy yo bonita, no sabes cuánto te amo

Todo era tan perfecto, tan irreal, mejor que en los cuentos de príncipes y princesas. Él era el amor de mí vida, con quién soñaba tener un futuro para los dos.

Yo no sabía que el amor puede doler. Yo no tenía idea que por cada sonrisa regalada al amor de mí vida derramaria incontables lágrimas pero mí destino ya había cambiado. La felicidad junto a la dulzura serían reemplazadas por tristeza y amargura.

¿Cómo podía elegir entre dos de los amores de mí vida? La decisión que eligiera se llevaría mí oportunidad de ser feliz y rompería mí corazón.

¡YO NO ERA MÁS QUE UNA NIÑA! Y sobre mis hombros descansaba la más pesada responsabilidad, una que no quería tener.

Me pregunté tantas veces POR QUÉ. Si algo habíamos aprendido en el campo era que todo lo entregábamos desinteresadamente, que una mano lava la otra y que hoy por ti mañana por mí. Si teníamos algo pero otra persona lo necesitaba lo entregábamos sin pensar.

Lamentablemente en la ciudad todo se daba esperando algo a cambio, nada era gratis ni desinteresado. Por desgracia yo era una niña, una pobre campesina que de la vida no sabía nada, alguien que perdería mucho por una buena razón...