Capítulo 6 PREOCUPADA

...💕💕💕💕 RENATA GÓMEZ 💕💕💕💕...

Mientras yo vivía feliz sin más preocupaciones que ver a Eliot y ayudar a mamá en los quehaceres de la casa o alimentar a los animales el tornado que pasaría destruyendo todas mis ilusiones, sueños y se robaría mi inocencia estaba comenzando a formarse y pronto se estrellaría de frente con mi vida.

Mama comenzó a sentirse cansada y era lo normal, levantarse cada día antes del amanecer y acostarse luego de un día de mucha actividad por la noche agotaba a cualquiera y más con estos calores.

Yo como buena hija la animaba a descansar más mientras yo con todo gusto me ocupaba de lo que ella hacia normalmente. Ella siempre hizo tanto por nosotros que ocupar su lugar temporalmente y poder atenderla me daba la mayor de las satisfacciones.

Mi comida no tenía la sazón de la de mamá pero no sabía nada mal. Siempre le pregunté cuál era el ingrediente secreto de sus comidas porque aunque yo la hiciera usando las mismas cantidades de condimentos no sabía igual pero jamás me lo dijo. Siempre me decía que el ingrediente secreto es el amor, que con él todo sale mejor y más lindo.

No conseguía imaginar una vida sin amor y me sentía tan afortunada y agradecida con Dios por cada despertar rodeada de afecto; viendo una pareja que se llevaba tan bien y se miraban con tanta adoración como cuando era muy pequeñita. Cuánto soñaba con que Eliot fuera como mi papá cuando nos casáramos y los años pasaran.

-Esos suspiros son de alguien que está enamorada- siempre me decía mi mamá

-Lo estoy mamá, Eliot es el amor de mi vida- respondía sonriendo feliz por solo mencionarlo

-Se que lo es hija y deseo que Dios les otorgue la mayor dicha de estar juntos así como a tu padre y a mí- ella besó mi frente y me dió su bendición como cada día hacia

Por detalles tan lindos era que la amaba tanto, no sabía que haría si algún día me faltaba, de solo pensar en una vida sin ella se me caían las lágrimas.

-Cuanto te amo mamita, ¿Te lo dije hoy?- le preguntaba cada día

-Creo que no lo escuché lo suficiente, quizás esté quedandome sorda o perdiendo la memoria- ella bromeaba así siempre, era nuestra rutina

Mi día no comenzaba sin los mimos de mis padres ni acababan sin eso. Sabía que cuando me casara sería un gran cambio al cual me costaría adaptarme al irme a vivir con mi esposo.

Por la tarde preparaba un pastel pequeño o algún aperitivo con la fruta favorita de Eliot y al vernos se lo entregaba. Así era mi vida, simple, feliz, rodeada de amor y sonrisas genuinas.

Ver el atardecer entre los brazos de Eliot valía más que cualquier obsequio. Cosas así ni todo el dinero del mundo podía comprar.

Aveces los fines de semana íbamos al pueblo a tomar un helado y pasar el tiempo juntos. Con él podría estar en cualquier sitio sintiéndome también en casa.

-Amo estar contigo- le decía siempre y el respondía de la misma manera

Con una mirada nos decíamos te amo sin palabras. Un solo gesto suyo valía más que mil palabras.

-Mi bonita, te amo- fue la primera vez que me lo dijo aquel atardecer en el cual incluso miré la hora para recordarlo siempre

-No imaginas cuánto te amo yo a ti. Estar contigo es hacer realidad mi sueño cada día- le respondí antes de besarnos y abrazarnos como cada día

Guardé como mi mayor riqueza la primer carta escrita de su puño y letra dónde me confesaba sus sentimientos y su anhelo de compartir un gran futuro juntos y convertirme en su esposa y madre de sus hijos. Aquella carta fue la más hermosa propuesta de matrimonio aún sin serlo. No hubo anillos ni nada pero eso valió mucho más porque sentí como si su corazón me estuviera hablando.

Lamentablemente mamá con los días que pasaban seguía sintiéndose cansada y yo preocupada. Algo me decía que no todo iba bien pero antes de asustarme me tranquilizaba porque ella era una mujer muy sana que nunca en su vida había bebido alcohol ni probado el tabaco, alguien que se alimentaba sanamente y no pasaba ni siquiera disgustos. Las enfermedades serias eran para otras personas, no para ella.