Capítulo 5 ILUSIONES Y PROMESAS

...💕💕💕💕 RENATA GÓMEZ 💕💕💕💕...

Eliot y yo nos veíamos cada día para expresarnos nuestro amor con un beso, una caricia, un abrazo, una dulce mirada de esas que me derretían el alma.

Él con esos ojos verdes tan claros que resaltaban aún más sus facciones bronceadas por el sol debido al arduo trabajo y ese cabello rubio que brillaba y se agitaba con la brisa fresca del campo me deslumbraba y me tenía aún más maravillada. Podría pasar horas viéndolo sin cansarme, todo en él era perfecto.

Su manera de ser tan tranquila y con esa sonrisa que siempre adornaba su rostro, su positivismo al enfrentar la vida. Su forma de tratarme con tanto cariño y devoción, todo me tenía más que fascinada y no podía hacer más nada que amarlo con todas las fuerzas de mi joven corazón.

Yo sabía que entregándole mi corazón estaría segura y que era cuestión de tiempo que me pidiera matrimonio aunque soñaba cada día con que ese momento llegara para ser suya en cuerpo y alma hasta que la muerte nos separara.

Algunas personas me llamarán ingenua, ilusa y soñadora, tal vez hasta estúpida pero dicen que cuando deseas algo con mucha fuerza el universo conspira para que sea tuyo y yo estaba igual de segura de querer pasar con el mi vida así como del amor que me tenían mis padres.

Mi madre siempre me decía que sería una buena esposa algún día y estaba más que feliz de quién había dejado entrar en mi corazón. Siempre me dijo que Eliot le recordaba mucho a mi padre de joven y que estaba segura de que seríamos muy felices juntos.

Mi vida era una ilusión perfecta y me prometí siempre amarlo pase lo que pase.

Guarde los diarios íntimos que escribí sobre él y todos sus detalles y atesoro un cofre dónde he guardado hasta la envoltura del chocolate que me regaló antes de irse. En mis libros tengo las flores que me ha dado totalmente secas pero tan amadas como si fueran aún preciosas.

Fueron hermosos tiempos, dicen que el primer amor jamás se olvida y más si es tan hermoso y perfecto como el que tengo con Eliot. Es la primer ilusión, la primera experiencia con quién nos hace latir fuerte el corazón y quién nos enloquece con una sola mirada. Es la etapa más hermosa dónde aún amamos con inocencia y sin maldad.

Aquí en el campo tampoco había malas personas. Éramos sencillos y compañeros unos con otros. Si se rompía un corral nos ayudabamos entre nosotros y quién iba al pueblo por provisiones traía cosas para todos. Si uno se enfermaba estábamos todos al pendiente.

Yo siempre supe que en la capital todo era diferente, que el estilo de vida era egoísta porque cada uno se ocupa únicamente de si mismo y ya con tantas ocupaciones y un estilo de vida tan apurado simplemente no les quedaba tiempo para nada más, o si les quedaba solo lo usaban para descansar después de tanto ajetreo.

Pero aquí en el campo éramos buenas personas, muy trabajadoras y sencillas pero con un corazón de oro. Las celebraciones de cumpleaños aquí eran con carne asada dónde cada vecino traía algún aperitivo más para compartir y las horas se nos pasaban entre charlas amables entre personas que nos trataban como familia.

Ésta era mi vida y yo la amaba con absoluta devoción, no imaginaba lo duro que sería tener que cambiar de aires y vivir en el bullicio de la Capital.

Pero aveces las cosas cambian tan rápido que nos damos cuenta que construimos nuestra vida como los castillos con naipes dónde una brisa puede derrumbar todo en un santiamén y justamente a mi hermoso castillo de naipes lo visitaría un tornado más pronto de lo que quería o podía imaginar.