Encuentro Fortuito

Un encuentro fortuito es algo que ocurre sin que lo busques, es el destino quien se encarga de el. Y este fué el caso de Valentina y Oren. Valentina despistada como siempre va saliendo de la empresa al café que queda al frente, Oren va con su chofer transitando por esa misma calle. El chofer se distrajo 5 segundos y Valentina se distrajo por 10, así que esos 15 segundos fueron suficientes para que el destino hiciese de las suyas para volver a reunir a estos enamorados y comenzar así una historia... Pero ¿Será solo de amor? ¿O también habrán tropiezos en el camino?

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Está sonando mi celular dentro de mi cartera y me detengo a buscarlo, estoy esperando una llamada importante. Pero ¿Donde está? ¿Porque no lo encuentro? Y ese fué el momento en el que vi puntitos de colores y solo oía voces, algunos gritando que llamasen una ambulancia, otros que la culpa la tenía yo, en fin, yo permanecía con mis ojos cerrados, hasta que escuché una ronca y sexy voz mandando a callar a todo mundo, cosa que agradecí porque en serio me dolía la cabeza. Acto seguido sentí como me elevaban como muñequita de trapo por los aires. Valentina, Valentina, vamos mi gordita hermosa, abre tus ojitos, abre tus hermosas esmeraldas para mi... ¡¡Apurate Rogelio, NO le puede pasar nada porque me muero!! Casi muero en el sitio, ¿Estaba en los brazos y auto de Oren? No le había escuchado la voz ya de grande, su caligrafía la reconocería hasta quedando ciega, pero su voz, su voz es varonil, es fuerte, es autoritaria y lo que está diciendo es casi un sueño para mi, porque es que él es el único que me llama mj gordita hermosa... ¿Será que ya me morí y no me he dado cuenta?

Oren

Voy revisando mi agenda electrónica chequeando los pendientes que tengo y viendo si me quedaron de ayer. Cuando de pronto siento un frenazo y a Rogelio maldecir y bajar del auto. ¿Que pasa? Yo también salgo del auto a ver que fué lo que pasó y me encuentro con mi gordita hermosa tendida en el suelo sin abrir los ojos, sin moverse. Todo es un caos y en medio de ese caos mando a callar a todo mundo y me enfoco en la dueña de mi corazón. Ella está inconsiente y me aterra la idea de que MI chofer le haya hecho algún mal... La levanté y la metí a mi auto y le digo a Rogelio que se apresure. Le hablo, le hablo con la esperanza que abra sus ojitos para mi, que me asegure que está bien. Yo sin ella me moriría. Ella es simplemente la razón por la que soy y vivo. Sin ella mi ya frío corazón se tornaría peor.

No se en que momento comenzaron a salir lágrimas de mis ojos, pero hasta mis lágrimas le pertenecen a ella. La última vez que lloré, fué estando a su lado, confesándole cuanto me dolía la muerte de mi padre. Desde ese día jamás había llorado de nuevo. Así que TODO es de ella. Llegamos al hospital y entre mis brazos la entro hasta las emergencias. ¡Un médico por favor! digo en un grito que hizo a más de uno voltear. ¿Que le pasó a la jóven? Rogelio cuenta y el médico la lleva hacia un area restringida para mi. ¿Como llamo al abuelo Aristizabal diciéndole que atropellé a Valentina? Bueno ¿soy un hombre o un niño? Mejor me ajusto los pantalones para lo que viene, porque el abuelo es capaz de arrancarme el pellejo vivo si a Valentina le pasa algo.

¿Bueno? Abuelo si, estoy... no, definitivamente NO estoy bien. Abuelo mi chofer atropelló a Valentina, abuelo yo lo siento mucho, estoy con ella en el hospital. Mandaré de inmediato a Rogelio por usted. Bueno, bueno, está bien. Nos vemos aquí en unos minutos. En serio lo siento abuelo. Fin de la llamada.

Estuve a punto de abrir una zanja en esa sala de espera caminando de una lado al otro. Parecía leon enjaulado. Los minutos eran eternos para mi, sentía que me iba a estallar el corazón de lo ansioso, nervioso y asustado que estaba. Pero a la vez había cierta emoción en mi. Estaba absolutamente emocionado por haber vuelto a ver a mi hermosa gordita, esa mujer Valentina Aristizabal Villareal es mi fuerza y mi debilidad, todo al mismo tiempo. Es increíble como a pesar de los años, no puedo olvidar a esa gordita de overall violeta , sus coletas y sus hermosas y sonrientes mejillas invitándome a querer reir con ella. Desde ese día ella está en mi cabeza día y noche. Me podría volver loco si ese médico sale de ahí y me dice que algo malo le pasó.

Sigo esperando y por la puerta entra el abuelo, con su bastón y sus años encima, pero es duro como roble el viejo. Y pido al de arriba que le regale más vida y salud, porque donde le pase algo a su adorado abuelito se me muere mi Valentina.

_ Ahora si muchacho, explícame mejor ¿Que demonios fué lo que pasó con mi muchacha?

Bueno abuelo, la cosa fué que.....

Valentina

Estoy en el hospital y se que así es por el olor que desprenden estos lugares. En particular no me gusta nada de lo que tenga que ver con olor a límpido, cloro o como lo llamen. Ese olor me trae recuerdos de como había que mantener la habitación de mamá cuando ya estaba en sus últimas. Así que estar aquí no me hace nada de gracia. Trato de abrir los ojos, pero no puedo, siento todo lo que me hacen, las vías que me están colocando, las voces de los médicos, pero ahora solo tengo sueño, y me dejó envolver en el... No se cuanto tiempo ha pasado, solo sé que ya me siento mejor, voy abriendo de a poco los ojos y al abrirlos, unos ojos verde oliva y otros azules como el cielo me están mirando espectantes. Ellos se tratan de acercar pero el médico les dice que me dejen... Señorita Aristizabal, ¿Me oye? Asiento con la cabeza. Quiero agua por favor, digo un poco apenada. Oren inmediatamente me trae un pequeño vaso de cartón lleno de agua. El Doctor me dice que poco a poco y voy haciéndolo así. Mientras voy bebiendo mi agua veo al abuelo sonreirme con amor y a Oren que me mira como a su más preciado tesoro. Trato de ocultar mi sonrisa lo mejor que puedo porque los hombres de mi vida están aquí conmigo… Peroooooo ¿Como me veo? Oren está aquí, ¿Será que si me veo bien? ¡Ay nooooooo! Me he de ver fatal. Y ¿Como es que nos vinimos a reencontrar de ésta forma? No podía ser en mi casa o en la de Él; o citarnos en un café o bar, o donde sea, ¿menos que en hospital? Ok, esta es la peor situación para un reecuentro. Pero así es el destino.

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