Irene solía usar un auto de la empresa durante
su horario de trabajo y a su mamá le sorprendió cuándo llegó en este a buscarla
para llevarla a almorzar, le habría gustado tanto que fuera hija de su primer esposo porque fue su verdadero amor, porque en ocasiones ella se lo recordaba fue un buen hombre era solo que ella nunca lo valoro por estar bajo la influencia de su hermano mayor.
-¡!! No sabía que habías comprado un auto!!! – Le dijo Iris
con sarcasmo.
-Es de mi jefe y lo puedo usar para hacer algunas
diligencias en mi horario de trabajo.
-Nunca imaginé que serías capaz de aprender a conducir
-Mamá no tiene nada de especial y cualquiera puede hacerlo.
-Diana dice que eres la amante de tu jefe.
-El ladrón juzga por su condición -Respondió Irene con
molestia.
-¿Entonces por qué vives en una urbanización de clase media?, ¡! Mira cómo estás vestida!!!, y ahora utilizas su auto, es difícil no creer que
eres su amante, aunque déjame decirte que tu jefe tiene un pésimo gusto.
-¡!! MAMÁ BASTA!!!, si como dices tú, soy una golfa ¿dónde crees que lo aprendí?
Iris se sintió muy ofendida debido al comentario de Irene y nunca esperó esa reacción de parte de su hija.
-No me faltes el respeto Irene – Le gritó Iris a Irene
-Respétame tu también mamá, para aclarar tus dudas, el
apartamento donde vivo se lo alquilo a un amigo de mi jefe y cómo un favor a este
me dió un canon de arrendamiento más bajo, trabajo muchas horas para poder pagarlo
y enviarte dinero todos los meses, en cuánto a la ropa que uso si te fijas bien
es mi uniforme de la empresa, me lo asignan yo no lo compré porque obviamente
no puedo pagarlo, y ya te expliqué el auto que sólo lo uso cuando necesito salir
fuera de la oficina en horario de trabajo.
Luego de esas palabras ambas fueron en silencio, Irene
llevó a su madre a su restaurante favorito, no era muy lujoso, pero solían venir
cuándo su padre aún estaba con vida y su madre siempre comentaba lo mucho que
le gustaba comer allí, pero a su padrastro y a Diana les desagradaba ese lugar.
Se sentaron a la mesa y
ordenaron su comida, lris veía como su hija hablaba constantemente
por teléfono por temas laborales, aunque lucía mejor físicamente era evidente
que trabajaba por muchas horas, se sintió mal por el comentario, pero cuando Diana
le hizo ese comentario se sintió muy enojada con su hija.
-Discúlpame Irene, pero es que Diana insiste en qué entre
tú y tu jefe ocurre algo.
-Mamá no quiero hablar más de Diana.
-¿De qué quieres hablar entonces?
-Quiero la verdad mamá.
-No sé a qué te refieres Irene- Dijo ella con indiferencia.
-Diana me llama bastarda y quiero saber por qué lo hace
Iris se sintió muy preocupada porque no quería que ella
se enterara de la verdad le aguantó muchas insolencias a Diana para evitar que
eso ocurriera y aunque trató de disimular su miedo Irene lo notó de inmediato, había
algo de cierto en las palabras de su prima y eso le dolió.
-Ya sabes como es ella Irene por favor no le hagas caso.
-Mamá, aunque no lo creas me preocupo mucho por ti y si
necesitas mi ayuda solo dímelo.
-¿En qué puede ayudarme una muerta de hambre como tú
Irene?
-Mamá va a llegar el día en el cuál vas a querer mi ayuda,
pero ya voy a estar cansada de esperar por ti.
-Dudo que eso ocurra Irene eres pobre, tonta y no muy
agraciada, admitámoslo, no creo que tu suerte cambie nunca.
-Nadie ha visto el futuro mamá.
-Para las personas pobres como nosotros no es mucho a lo
que podamos aspirar.
Irene se dio cuenta de que esto fue una pérdida de tiempo
su madre jamás le diría la verdad o sería amable con ella era tiempo de aceptarlo
y continuar con su vida si ese hombre que conocía como su padre no lo era, poco
le importaba fue el único en su vida que había sido bueno con ella y hasta el
final de sus días lo llamaría papá y lo extrañaría.
Conducía de regreso a la casa de su madre e Irene no le dirigió
la palabra en todo el trayecto, esa actitud preocupó mucho a Iris, Irene
siempre era alegre y le hablaba con amabilidad pese a su actitud hosca pero
ahora, por el contrario, permanecía en silencio concentrada sólo en manejar y
escuchar la música que sonaba de fondo.
-Irene a veces es mejor no hurgar en el pasado – Le dijo antes
de bajarse del vehículo.
-Adiós mamá – Le dijo a punto de llorar y con un gran
pesar en su corazón.
Iris sintió un nudo en la garganta cuándo miró la expresión
que Irene tenía en su rostro, porque las palabras de su hija le sonaron a una
despedida.
Luego de llegar a su oficina Irene se debatía entre
conocer la verdad o seguir ignorándola, decidió pedirle ayuda a su jefe a investigar
sobre la historia de su familia cuando regresara de su viaje, pero esta vez se
hizo la promesa de nunca más volver a buscar a su madre porque ya no le permitiría que
la lastimara más.
Iris entró en su
hogar y se encontró con su esposo que miraba la televisión, miró en dirección a
la cocina y en el fregadero los trastos estaban sucios, no había hecho nada desde
que ella salió con Irene, escogió a este patán y le hizo la vida un infierno a
un buen hombre lo mismo que a su hija, no sabía si reír o llorar debido a su
estupidez.
-¿Por qué no lavaste los platos?
-Eso es el trabajo de la esposa
Iris estaba muy enojada con Diana por querer decirle la
verdad a Irene estaba cansada del dúo de padre e hija.
-Controla a tu hija porque está hablando demás.
-Mi Diana es una buena chica no como ese engendro tuyo
Iris se sentía muy indignada después de todo Irene era su
hija también y aún así siempre la despreciaba.
-Te recuerdo que ese engendro es tu hija.
-Para mí, desgracia.
-Si Diana sigue hablando voy a tener que, contar la
verdad sobre la muerte de tu esposa, y ambos sabemos quién es el responsable.
-Si caigo tú vienes conmigo querida.
-Fabio por una vez puedes defender a Irene de los ataques
de Diana ella es inocente y si no lo haces me voy a ver en la necesidad de
hablar.
-Hice todo esto para estar contigo y así me lo agradeces.
-Yo estaba dispuesta a divorciarme de tu hermano, tú también
podías hacer lo mismo, pero preferiste quitar a tu esposa del camino.
-Voy a hablar con Diana a mí no me conviene que esa cosa
sepa que soy su padre.
Iris sentía que estaba más allá del perdón luego de lo
mal que había actuado con Irene, su único acto de bondad hacia ella era que
creyera ser la hija de un buen hombre, su relación con su hija se rompió hace
mucho tiempo cuando le permitió a Diana lastimarla y humillarla para vengarse solo
porque la consideraba como la responsable de la muerte de su madre.
Fabio llamó a Diana para advertirle que no le contara la
verdad a Irene, a Diana no le agradó que su padre defendiera a su media hermana,
era obvio que se había quejado y pensó en una manera de tomar represalias
contra ella.
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katherine soledad silva cotrina
vieja cuscolina y todavía quiere seguir jodiendo a su hermana
2023-02-09
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