Rico y Gabriela se encontraban en el techo de un edificio esperando noticias de Diego y Angelica.
- Se está tardando- se quejó Gabriela.
- Solo han pasado cinco minutos Gaby- dijo Rico mientras sacaba una bolsa de frituras de su sueter- Además... hay que darles tiempo.
- ¿Por que?- quiso saber Gabriela- ¿Quien es esa mujer? ¿Por que tanto misterio con ella?
- Deja los celos- dijo el comiendo una fritura.
- ¿Cuales celos bobo?- dijo ella- Es que desde que le pregunte a Casey por ella, todo ha sido un drama. Como si me ocultaran algo.
- Estás paranoica- dijo él.
Gabriela recordó aquel momento en que a Angelica se le pusieron los ojos amarillos. Entonces se sentó sobre el ducto de aire donde se encontraba Rico y lo miró.
- Sus ojos se volvieron amarillos cuando expulsó su maximo poder- dijo ella, y entonces Rico dejó de masticar y se quedó tieso- Y creo... que si ella no hubiese estado hambrienta en ese momento... la pelea aún seguiría.
Por supuesto, ella notó la reaccion de Rico y se lo quedó mirando. Rico terminó de masticar, tragó y la miró.
- Talves- dijo él- Es una chica especial.
- Ay, basta- se alteró Gabriela- No me quieras ver la cara de idiota, Rico. ¿Que hay con esa mujer? Dime.
- Yo no...
- Es intocable- dijo la voz de Diego quien apareció frente a ellos- Eso es lo que hay con ella.
- ¿Como que intocable?- Preguntó Gabriela desconcertada- ¿Y desde cuando evitas que mate a alguien? Tu mas bien me obligas a matar.
- Venga, yo no recuerdo haberte puesto mi espada en el cuello alguna vez- dijo él- Tu matas porque quieres.
- Noción secundada- dijo Rico levantando la mano.
- Nocion denegada- le dijo Gabriela frunciendo el ceño luego volvió a mirar a Diego- Me enseñaste a no tener compasion con el enemigo, a matar para vivir, a disfrutar de las masacres.
- Cualquier cosa suena fea si la dices con ese tono- dijo Diego.
- ¡Diego!- gritó ella irritada.
- ¿Que quieres que te diga?- dijo Diego con su acostumbrada voz fria y pasiva y su rostro inexpresivo- De haber sabido que el Despertar a matar era "esa Angelica" no te hubiese enviado a matarla.
- ¿Por que no?- preguntó ella- ¿Quien es esa mujer?
- Alguien a quien tienes prohibido tocar de nuevo- dijo Diego.
- ¿Que?- dijo ella extrañada y mas irritada- Diego asi no nos llevamos tu y yo, ¿Que pasa?
Diego se la quedó mirando por un instante y ella a él.
- Rico- dijo Diego.
- ¿Si?- dijo Rico con la boca llena de frituras.
- Hay un restaurant a dos calles de aqui- dijo Diego- Se llama "The Green Flower"; nuestra hermana Jade es la dueña.
- ¿Jade tiene un restaurant?- se sorprendió Rico.
- Si- dijo Diego- ¿Por que no vas a visitarla? Escuché que tiene el mejor pollo de la ciudad.
- ¡Ya rugiste!- gritó emocionado y corrió hasta lanzarse del edificio.
Diego volvió a mirar a Gabriela.
- Es enserio lo del pollo- dijo él- Deberíamos ir.
- Diego...- gruñó Gabriela.
- Odio cuando te pones a interrogarme como si de verdad tuviera que rendirte cuenta de mis actos- dijo él- Se supone que eres mi niñera.
- Yo creí que eramos amigos- dijo ella.
- Lo somos- dijo él- Eres lo que mas quiero despues de Rico.
- ¿Entonces por que me ocultas cosas?- dijo ella.
- ¿Que es lo que te estoy ocultando segun tu?- preguntó él.
Ella guardó silencio por unos segundos, mientras miraba a Diego a sus ojos amarillos.
- Tu descendencia- le soltó ella- ¿Por que cada vez que toco el tema me evitas?
- No creí que fuera necesario hablar de esas cosas, Gabriela- dijo él- Y la verdad, Jamas pensé que nos cruzariamos.
- Diego...- suspiró ella un poco desconcertada y dolida por el hecho de que no confiara tanto en ella para hablarle de esa parte de su vida- Si esa mujer es tu tatara nieta, entiendo que quieras protegerla. Pero solo... dime una cosa: ¿Con quien tuviste hijos? Porque es obvio que no fue con Miriam. ¿Con quien fue? ¿Con Elizabeth?
- Ella no es mi nieta- dijo Diego- Y no, Gaby, no tuve hijos ni con Miriam ni con Elizabeth.
- ¿Entonces?- Preguntó confundida- ¿Que lazo hay entre tu y Angelica?
Diego se acercó a ella y la miró a los ojos, luego acercó sus dedos a su sien.
- Te mostraré quien es ella para mi- dijo él.
Al tocar la sien de Gabriela ella se estremeció y se quedó inmovil y ausente por un rato, hasta que él quitó su mano. Ella se hizo hacia atrás conmocionada y con lagrimas en sus ojos. Entonces lo miró con dolor.
- Diego...- dijo ella con un nudo en la garganta- Lo siento.
- Nadie fuera del clan puede saber esto- dijo Diego- y menos Angelica y Victor.
- Pero...- dijo ella confundida- ¿Por que no?
- Angelica ha sufrido bastante- dijo él- Y Victor nunca aceptará esta realidad. Estan mejor asi.
- Eso no te lo crees ni tu mismo- dijo ella.
- Gabriela, si te atreves a decirles algo, jamas te lo perdonaré. Te juro que con todo el dolor de mi alma te haré cenizas.
- Diego, no puedes tenerlos asi- le reprochó ella.
- Asi han estado por treinta y un años- dijo Diego- Y perdoname pero tu no eres nadie para meterte en este asunto Gabriela.
- Lo sé- dijo ella ofendida- Pero sabes que no es justo.
- La vida nunca es justa, ya deberias saber eso.
Ella suspiró resignada y miró hacia el suelo.
- Ven- dijo él ofreciéndole su mano- Vamos a casa.
- ¿No necesitamos a Rico para eso?- dijo ella tomando su mano.
- Por eso vamos primero al restaurant de Jade; ese pollo me tiene intrigado- dijo él y Gabriela rió.
Diego la miró un segundo en silencio.
- ¿Susana Swort?- le pregunto él.
- Lo inventé hace unos años cuando peleaba con Frederick- sonrió ella- Es una tecnica basada en el "Dragon Slave" de tu hermana Susana, asi que... pensé que era correcto ponerle su nombre.
- Ingenioso- dijo él- cada vez me sorprendes mas.
- Lo sé- sonrió ella.
Mientras tanto, en la sala de la casa de violet, ella se encontraba sentada en su piso de madera frente a una pequeña mesa, tomando su té y mirando hacia la chimenea apagada, mientras escuchaba los fuertes y feroces rugidos y los horribles gritos de los hombres siendo masacrados afuera.
- La Orden debe estar muy desesperada- se dijo ella- Enviar humanos hasta mi guarida... ¿En que estaban pensando? ¿Que buscaban?
Las ventanas se teñían de sangre, y el horrible pandemónium afuera comenzaba a calmarse.
- ¿Por que no enviar a Hely?- continuaba diciéndose ella- ¿Por que humanos?
El alboroto afuera cesó y ella escuchó pasos a sus espaldas.
- Terminaste muy rapido con ellos- Dijo ella sin voltear y sin levantarse- Eres un prodigio.
- ¿Que me has hecho?- dijo Vanessa Lang.
- Cumplí tu deseo- Dijo ella- Querías vivir ¿No?
- "Perro" "ahorra" soy como ella- dijo Vanessa con rabia.
- Si- dijo Violett- Eso es en verdad sorprendente. Los humanos normalmente mueren despues de la mordida de un demonio, pero... si sobrevives te conviertes en uno de ellos.
- "Pagarrás" por esto- gruñó Vanessa.
Violett sonrió y la miró sin levantarse; estaba toda empapada de sangre, incluso su cabello rubio.
- No te atrevas a reprocharme nada. Tu dijiste que eras capaz de cualquier cosa con tal de vivir- dijo- Pero si quieres culpar a alguien de tu desgracia, culpa a Angelica, ya que fue ella la que te mordió.
- ¿Ella en donde está?- quiso saber ella.
- Calma- dijo Violett en tono apaciguador- No es prudente ir por ella ahora. No sabemos si Rico Halliwell aun la está cuidando. Ademas... Dorian no ha vuelto y eso me preocupa.
- ¿A donde lo enviaste?- preguntó Vanessa.
- A casa de Diego Halliwell, para que le hablara sobre Angelica- dijo ella- La idea era hacer salir a Diego de su escondite y que dejara sus libros desprotegidos. Asi mataría dos pajaros de un tiro; Me libraría de Angelica y conseguiría los libros de Diego. Pero en vista de que Dorian no ha vuelto...
- ¿Crees que esté muerto?
- Es lo mas probable- dijo Violett, luego suspiró con preocupacion- Ahora... hay dos cosas que me preocupan: el hecho de que la Orden ya sabe mi ubicacion, aunque no entiendo como, y... la idea de que... de alguna forma, Diego Halliwell se aparezca en mi puerta.
- Debemos mudarnos entonces- sugirió Vanessa.
- Mudarnos a la antigua guarida de la Orden es la opcion mas viable- dijo Violett- Alli debo buscar la manera de liberar a esos semidemonios que se encuentran cautivos debajo de la mansión.
- Pues... avisame cuando estés lista- dijo Vanessa y le dio la espalda.
- Espera- dijo Violett y ella volvió a mirarla- Será mejor que uses esto.
Violett le lanzó el anillo de plata que le habia obsequiado antes y ella lo atrapó.
- Te repito que no conozco con exactitud los efectos que tiene ese anillo en un hibrido y mucho menos en un semidemonio- dijo Violett- Pero creo que es bueno que lo uses.
Vanessa se puso el anillo y lo miró con detalle.
- Por cierto... ¿A donde vas?- quiso saber Violett.
- Debo ver a alguien en Venezuela- dijo ella- Dame una semana.
- Te advierto que si no te alimentas de carne humana almenos una vez al dia, puedes morir o algo peor- dijo Violett.
- ¿Peor que la muerte?
- Si- dijo ella- El hambre se apoderará de ti y matarás al humano mas cercano para comertelo. ¿No dijiste que tenias una hermana? No creo que te guste estar cerca de ella en ayunas.
Mas tarde, en Nueva York, Victor se encontraba mirando su jardin destrozado y las paredes traseras de la casa, las cuales estaban casi caidas por completo.
- Victor...- dijo Angelica apenada- te prometo que pagaré por los daños. Tengo mucho dinero, incluso aquí en Estados Unidos.
- No es necesario- dijo Victor y luego suspiró y la miró- No te preocupes.
- No digas eso- dijo ella- Esto es mi culpa y...
- Angi, tengo mas de cien millones de dolares en los bancos- dijo él- Estas cosas no me preocupan, puedo solucionarlas. Lo que me pone mal es... que pudiste haber muerto y yo... no estaba aqui para protegerte.
- No habia forma de que supieras que esto iba a pasar- dijo ella- Ademas, Diego...
- No lo digas- Le advirtió él- Si me repites que ese engendro te salvó la vida, me va a dar algo.
- Oye...- sonrió ella un poco cansada- A mi no me parece tan malo.
- No te oigo- dijo él tapándose los oidos.
- No seas necio- ella lo golpeó en el brazo.
- A ver...- dijo él un poco extrañado- Dices que la tal Gabriela vino por orden de Diego ¿No?
- Si pero...
- ¿Entonces Diego la envia a matarte y luego él viene y te salva?- Dijo confundido- No sé, Angi, a mi eso me parece medio raro.
- Bueno... a mi tambien se me hizo raro- dijo ella- Pero creo que todo fue un error.
- Pendeja, ¿Estás excusando a ese monstruo?- dijo él en tono recriminatorio.
- Ay Victor, contigo no se puede, sinceramente- dijo fastidiada.
- Angi, esa cosa ha estado a punto de matarme dos veces- dijo él.
- Perdona, pero... a mi me parece que si Diego quisiera matarte lo habría hecho en un segundo- Dijo ella- A mi se me hace que tu lo provocaste.
- ¿Enserio lo estás defendiendo?- preguntó él un poco indignado.
- Yo no...
- Espera- interrumpió él y luego miró hacia la luna llena- ¿Es enserio Luna? ¿Ahora?
- ¿Que ocurre?- quiso saber Angelica.
- ¿Vino la policia o... los bomberos?- le preguntó Victor.
- No- Dijo Angelica- Que raro ¿no?
- No del todo- dijo él, y un segundo despues sonó el timbre.
Victor fue hacia la puerta y Angelica fue trás él.
- Si preguntan, eres mi hermana- dijo él mientras caminaban.
- Como en los viejos tiempos- sonrió ella.
Él abrió la puerta y un hombre Rubio, de traje y una credencial colgando de su cuello lo saludó. Se podían ver las sirenas de una patrulla.
- Detective Troy- dijo Victor- ¿Como ha estado?
- Archivando todos tus casos- dijo el detective con seriedad- Lo usual.
- ¿Ve por que la detective Hataway vivía estresada?- sonrió Victor.
- Si, pero a diferencia de la detective Hataway, yo no me casaré contigo- dijo él y luego puso su atencion en Angelica.
- Ella es mi hermana- dijo Victor- Está de visita.
- Si el parecido no fuese tan notorio dudaría de tu palabra- dijo el detective.
- Lo sé- sonrió Victor.
El detective lo miró a los ojos de forma acusadora, pero él actuaba natural.
- ¿Puedo pasar?- preguntó el detective.
- No- sonrió Victor- No puede.
- Hablame de la explosion en tu jardin- dijo él y volvió a mirar a Angelica- ¿Y por que tu hermana luce como si acabara de pelear con un terrorista?
- Trató de poner un asador a gas en el jardin- dijo él- le adverti que no lo hiciera, pero la muy machorra ama hacer mi trabajo.
- Es que eres muy delicado- dijo Angelica.
- Victor...- Suspiró el detective- Agradezco lo que hiciste por mi hija, de verdad. Pero no podré cuidar tus espaldas siempre.
- Venga... me iré en unos dias ¿Si?- dijo Victor- Esto fue solo un accidente, de verdad.
- Eso espero Victor- suspiró él cansado- Eso espero.
El detective se fue y Victor cerró la puerta, luego miró a Angelica.
- ¿Tienes hambre, hermanita machorra?- le preguntó sonriendo.
- La verdad si, pero... - ella suspiró con desagrado- Creo que no se me quitará con la comida normal.
- No has probado el pollo de "The Green Flower"; ese pollo no es nada normal
- Victor... hablo enserio- sonrió ella.
- Yo tambien- dijo él- Además me gusta la dueña; creo que se llama Jade o algo así.
En The Green Flower, Diego, Rico y Gabriela, disfrutaban de su segundo pollo a la Broaster.
- ¿Saben que es lo que mas me gusta de ser demonio?- Preguntaba Gabriela mientras se servía refresco en su vaso.
- Que no puedes engordar- Dijo Diego tomando un trozo de pollo- Lo has dicho desde que te converti. Y eso fue en mil novecientos ochenta.
- Y lo mantengo- rió Gabriela.
Una mujer alta y de larguisimos cabellos verdes se acercó a la mesa. Era de tes rubia y ojos verdes como esmeraldas, y tenia cuerpo de modelo
- ¿Que tal el pollo?- preguntó la mujer con una sonrisa blanca y radiante.
- Se acaba muy rapido- dijo Rico.
- ¿Si?- rió ella- Contigo y Diego la comida siempre desaparece en segundos.
- Oye Jade- dijo Gabriela a la mujer- ¿Como ocultas este lugar de los Arcangeles? Siento como doce demonios aquí.
- Simple- dijo Jade- Los Arcangeles estan mas enfocados en encontrar demonios como Maryuli, Dolymar, Susana y... estos dos niños- ella señaló a Diego y a Rico- Asi que nos ignoran al resto.
- ¡¡Gracias Dios!! por no ayudar a los Arcangeles en sus obligaciones- rió Gabriela.
- Si... eso nos favorece- rió Jade.
- Dios es cruel- dijo Rico- Pone a trabajar duro a los Arcangeles, cuando él sabe perfectamente la ubicacion de cada uno de nosotros.
- Es logico, Rico- dijo Diego- Dios no creó a los Arcangeles para hacer el trabajo por ellos. Tienen que joderse si quieren comer.
- Si...- Rió Jade- No encuentro fallas en tu logica hermano.
- Oye pero...- dijo Gabriela un poco preocupada- Diego y Rico estan aquí ahora, ¿Eso no te preocupa?
- Claro que si, Pero... ¿Que tan a menudo puedo consentir a mis hermanitos?- Ella abrazo a Diego y a Rico y los besó en la cabeza.
- Deberias venir con nosotros Jade- Le dijo Rico.
- ¿Tan mal cocina Gabriela?- sonrió ella.
- Hey- rió Gabriela ofendida.
- Elena es la cocinera de la casa- dijo Diego- Es lo unico que sabe hacer bien.
- Oye, no te pases- sonrió Gabriela- Elena es muy util y lo sabes.
- No, no lo sé- dijo Diego- Tu eres la que duerme con ella, Gaby.
- Oye callate- rió Gabriela.
- ¿Que tal es en la cama?- preguntó Jade.
- Oigan, estan hablando de mi mujer- dijo Gabriela- respeten.
Jade rió, luego se retiró hacia la cocina. Gabriela miraba su perfecto trasero mientras se alejaba.
- Deja de bucear a mi hermana- le dijo Rico con el seño fruncido.
- No la estoy buceando, Rico- rió Gabriela sonrojada.
- Hermano...- dijo Rico a Diego- Regañala.
- Yo creo que...
Diego se quedó callado de repente y miró hacia la puerta del restaurant; Victor y Angelica acababan de entrar.
- Tiene que ser una broma- dijo Diego.
Angelica llevaba un vestido negro con tacones y el iba con sueter y pantalon, ambos negros, con zapatos deportivos, tambien negros.
- Dios...- dijo Gabriela en voz baja, sorprendida- En verdad son identicos.
- Si... dan miedo- dijo Rico y luego levantó la mano- ¡Hola Angelica!- gritó.
Diego y Gabriela se quedaron viendo a Rico fijamente.
- ¿Que?- dijo Rico confundido.
- Haces estas cosas a proposito ¿Verdad?- dijo Diego.
Angelica se acercó a la mesa, sin percatarse a tiempo de quienes estaban acompañando a Rico. Cuando lo notó, se quedó helada.
- Ho... hola- tardamudeó mientras veía a Diego y a Gabriela.
Victor llegó detrás de ella; estaba muy tranquilo y sonriente, hasta que vio a Diego.
- Hola Victor- dijo Diego con su acostumbrada voz fria y pasiva.
- ¿Que mier...?- dijo Victor aterrado.
En serio se quedó paralizado de la impresión. No podía pensar en nada, ni siquiera en correr. El miedo que sentía era demasiado.
- Adoro este tipo de coincidencias- dijo Diego tomando su refresco- ¿Tu no, hermano?
- Si...-Sonrió Rico- Me hace creer en el destino.
Victor volvió en sí, e intentó sacar su arma, pero Angelica le detuvo el brazo.
- No seas estupido- le dijo en voz baja- Nos matarán antes de que puedas presionar el gatillo.
- Ella tiene razon- dijo Diego y luego miró a Victor- Recuerda lo que pasó la ultima vez que me apuntaste con un arma.
- Ya vi el futuro en el que sacas tu arma, Victor- dijo Rico- terminarás con un hueso de pollo clavado en la garganta.
- Creele- dijo Angelica- puede ver el futuro.
- ¿Por que no se sientan?- dijo Gabriela con naturalidad- Rico paga hoy.
- ¿Qué?- Preguntó Rico mirándolos a todos, desconcertado.
- No...- dijo Angelica mientras miraba a Gabriela, nerviosa- De hecho... Íbamos a pedir para llevar.
- No me sentaría en una mesa con alguno de ustedes jamás - dijo Victor con desagrado- Son monstruos.
- ¿Lo dice el ex de Hard Candy?- dijo Gabriela en tono serio.
- ¿Él asesino serial mas grande que ha tenido este país?- dijo Rico.
- ¿El tipo que muta en un conejo gigante?- dijo Gabriela.
- ¿El chico que tuvo sexo con un Demonio?- dijo Angelica de repente.
- ¡Oye!- Le dijo Victor a Angélica indignado- ¿De lado de quien estás?
- Perdón- dijo Angelica- No pude evitarlo.
Gabriela y Rico estaban haciendo lo posible por contener la risa.
- Ya chicos- dijo Diego, tan pasivo y frío como siempre- No es necesario iniciar una discusión ¿Por que no mejor aceptan sentarse con nosotros? Casualmente quedan dos sillas desocupadas.
- Existe el puto destino- dijo Rico.
- Da miedo ¿Cierto?- le sonrió Gabriela.
- Abrazame- dijo Rico fingiendo temor.
- No estoy seguro de que esto sea buena idea- dijo Victor mirando a Gabriela y a Rico.
Pero cuando Victor volvió a mirar a Angelica, esta ya estaba sentada al lado de Diego.
- Angi- le dijo él con tono de reproche.
- Lo sé...- dijo Angelica dudosa y nerviosa- Es una mala idea. Pero será solo un momento, Victor. Además, Rico pagará el pollo.
- ¿Que cosa?- dijo Rico.
- Me lo debes por dejarme sola- le dijo ella.
Victor suspiró un poco inconforme y se sentó entre Angelica y Rico.
- Esto va a terminar mal- dijo en voz baja.
Jade se acercó a la mesa y miró a Victor y Angelica un poco desconcertada.
- Hola Victor- dijo, pero sin mirarlo en realidad.
- Hola Jade- dijo Victor con una sonrisa.
- Hermana...- dijo Diego- ¿Podrías traer dos mas? Por favor.
- ¿Hermana?- se impactó Victor.
- Si- dijo Diego- Jade es mi hermana menor.
Entonces Diego miró a Jade fijamente con su rostro sin expresiones.
- ¿Asi que conoces a Victor?- dijo él y Jade bajó la cara apenada.
- Vuelvo enseguida- dijo ella y se retiró.
- ¿Significa... que Jade es un...?- dijo Victor un poco desconcertado.
- Un Lilim- dijo Diego- Y uno original; cien porciento demonio. No tiene ni una sola gota de sangre humana en sus venas.
- Ya decia yo que ese cabello tenia que ser natural- Dijo Angélica.
- Dios...- se lamentó Victor pasándose la mano por la cara.
- Es triste...- dijo Angelica dándole palmaditas en la espalda- Pero parece que te atraen las chicas malas.
- ¿Sabes que me gustabas en el liceo?- Dijo Victor mirandola con ironia.
- ¿Ves?- sonrió Angelica.
Rico suspiró y los miró a todos con una sonrisa felina.
- ¿Quien diria que algun dia estaríamos los cinco sentados en la misma mesa?- dijo aun sonriendo, luego miró a Gabriela y tomó su mano, que estaba sobre la mesa.
Gabriela lo miró y tambien sonrió, luego le dio un beso en la cabeza.
- Eres tan rarito- le dijo sonriendo.
- Asi me quieren- dijo él.
Victor los miró, luego miró a Diego, quien chupaba con un pitillo su vaso de refresco casi vacio, luego miró a Angelica.
- ¿Y estos son los seres mas terribles del universo?- preguntó él incredulo.
- Si...- sonrió Angelica- Es extraño pero mi amiga Winda se ve mas ruda.
- ¿La morocha?- preguntó Victor- ¿Que ha sido de ella? Ya debe ser toda una señorita.
- Pues si- dijo ella- Ya tiene diecisiete y tiene una beca para estudiar en Alemania. Es... brillante, aunque... poco sociable y con mal caracter.
De pronto, Rico casi dio un salto en su silla, y puso cara de preocupacion.
- Tenemos que salir de aqui- dijo preocupado.
- ¿Que pasa?- preguntó Angélica.
- Arcangeles- dijo Diego- Puedo sentirlos desde aquí.
- Llegaran en un minuto- dijo Rico- Paralizaran a los humanos y luego asesinaran a los tres demonios de la mesa del fondo. La vampira de la mesa junto a la puerta logrará escapar pero su amiga Succubo no correra con suerte.
Victor vio a las dos hermosas rubias que estaban junto a la puerta y los tres jovenes de la mesa del fondo. Jamas hubiese adivinado que fuesen demonios.
- La siguiente en morir será Jade- continuó Rico- Luego vendrán por Diego, pero Gabriela se interpondrá y morirá en su lugar. Angelica y Victor intentan escapar, pero Angelica es alcanzada por un rayo que la desintegra. Diego y yo asesinamos a varios de ellos, pero a dos cuadras al sur, Diego es decapitado por el Arcangel Gabriel y al parecer... luego me corta a la mitad.
- ¿Que pasará con Victor?- Preguntó Diego.
- Logra escapar- dijo Rico- O mas bien... lo dejan escapar. Él no es un demonio.
- Dime que hay una manera de evitar esa masacre- dijo Gabriela preocupada.
- La hay- Dijo Rico y luego miró a Diego- A tu izquierda.
Diego lanzó una espada negra a su izquierda, tan rapido que nadie pudo advertirlo, y entonces una mujer morena y vestida de blanco que apareció de la nada fue clavada en la pared con dicha espada y tras gritar de dolor se convirtió en polvo azul brillante que desapareció tras unos segundos.
La gente comenzó a gritar y a correr despavorida. Los tres demonios del fondo desaparecieron.
- ¡Arcangeles!- Gritaron las dos mujeres de la puerta
Segundos despues, ambas mujeres fueron atravezadas por flechas doradas y estallaron en llamas que desaparecieron en segundos
Siete hombres vestidos de blanco aparecieron dentro del restaurant, y en el area de la cocina se escuchaban gritos y explosiones.
- ¡Todos los empleados son demonios!- Dijo Rico mientras hacia aparecer una espada negra en su mano.
- ¡No podremos salvarlos a todos!- Gritó Gabriela.
Comenzaron a chocar sus espadas contra los siete hombres. Angelica y Victor solo esquivaban los ataques y buscaban la manera de escapar.
En un descuido, uno de esos hombres lanzo una flecha dorada con su arco hacia Angelica. Ella pudo verla acercarse, pero se detuvo a unos centimetros frente a ella, y al mirar a su izquierda, puedo ver a Diego con su mano extendida hacia la flecha. Él agitó su mano y la flecha se dirigió hacia el hombre que la habia lanzado y se clavó en su corazón. El hombre se volvió polvo azul.
Rico apareció frente a Victor y Angelica, los tomó por los hombros y desapareció con ellos.
Los tres aparecieron en un solitario pero hermoso bosque. Rico miró en todas direcciones preocupado.
- ¿Donde estamos?- preguntó Angelica con el corazon a punto de salirse de su pecho
- Esto... es Central Park- dijo Victor aun nervioso.
- Si...- dijo Rico y luego los miró- Tienen que aprovechar de huir lejos.
- ¿Que?- Dijo Angelica confundida y asustada.
- Los Arcangeles no van a desaprovechar la oportunidad de matar a Diego por venir por ustedes- dijo él- Pero esas cosas suelen atacar de manera indiscriminada cuando se trata de demonios y seres sobrenaturales. Por eso tienen que correr lo mas lejos posible.
- Pero... ¿Y tú?- dijo Angelica preocupada.
- Yo volveré por mis hermanos y Gabriela- dijo él- Ustedes solo corran.
Dicho esto, Rico desapareció del lugar .
- Dios...- Dijo Victor nervioso- Esa fue la experiencia mas aterradora que he tenido en mi vida, y vaya que he tenido experiencias aterradoras.
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