Violett

Violett caminaba por el pasillo de su casa, un pasillo lleno de ventanas y luz natural, con un libro dorado abrazado a su cuerpo.

Llegó a una puerta blanca al final de aquel pasillo y miró el libro. Sí, estaba hecho de oro puro, y su portada estaba llena de símbolos alrededor de un circulo en alto relieve el cual tenia diminutos triángulos a su alrededor.

- El libro del sol- sonrió ella satisfecha- En el antiguo egipto fue conocido como el libro de RA

Ella abrió la puerta y entró en una habitación tan oscura, que no podia verse cuan grande era. Se adentró mas mientras velas encendidas flotaban en todo su entorno sin alumbrar nada en la habitación en realidad.

- Suerte que los Egipcios nunca llegaron a conocer su verdadero poder- dijo ella y soltó el libro frente a ella- Ahora esta en mi poder y yo sé muy bien como usarlo.

El libro no cayó se mantuvo frente a ella flotando.

- Solo necesito los otros cuatro- dijo ella y sonrió.

Cuando Violett salió al porche encontró a Vanessa sentada en uno de los escalones comiendo galletas de una taza de cristal.

- ¿Quien te dio permiso de comer mis galletas?- le preguntó en tono serio.

- "Considerralo" un adelanto, por el "dinerro" que aun no me pagas- dijo Vanessa.

- No te parece suficiente con haberte librado de ir a la prisión de Hell Beach.

Vanessa sacó su pistola rápidamente y le disparó en medio de las dos cejas. Violett se hizo para atrás mientras su sangre chispaba en las paredes. Pero se mantuvo en pie y volvió a echar su cabeza para delante. Vanessa vio como el agujero de su frente comenzaba a sanar.

- Lo sabía- dijo mientras se ponía de pié impactada- No "erres" humana.

- Con preguntarlo hubiese bastado- dijo Violett. El agujero en su frente desapareció por completo.

- ¿Que mierda "erres"?- le preguntó ella- No "erres" una niña. Ni "siquierra" "erres" humana.

- Permíteme presentarme una vez mas- dijo Violett mientras su brazo se deformaba y se estiraba hasta tomar la taza de galletas. Luego volvió a la normalidad- Mi nombre es Violeta Vargas.

- ¿Violeta Vargas?- preguntó Vanessa desconcertada.

- Así es- dijo Violett y comió una galleta- Nací el doce de junio del año mil novecientos treinta, en la ciudad de Madrid. Pero fui criada en Polonia. Los nazis me tomaron prisionera a los trece años. Fueron ellos los que me convirtieron en esto que ahora ves. Y me puedes creer cuando digo, que me aseguraré de que todo el mundo sufra lo que ellos me hicieron sufrir- La taza de galleta se hizo trizas, Violett lucia enfadada.

Vanessa, aunque asustada, sabía que era mejor estar en manos de aquella criatura que en su camino. Guardó su arma y la miró.

- ¿Y como piensas hacer eso?- le preguntó.

- Hay cinco libros en este mundo- dijo Violett- Los nazis los llamaban "schattenbücher", o lo que es lo mismo "Libros de las sombras". No sé si ese sea su verdadero nombre, pero lo que importa es lo que pueden hacer.

- ¿Y que es lo que pueden hacer?- quiso saber Vanessa.

- Cada uno tiene un poder distinto- explicó ella- Pero solo pueden ser usados una vez cada cierta cantidad de años. Sin embargo si los cinco libros se juntan, liberarán un poder superior a cualquier poder existente, y que solo su poseedor podrá controlar.

- ¿Y sabes en donde están?- preguntó Vanessa.

- El libro del sol estaba en manos de Angelica- dijo ella- Cuando la mataste quedó desprotegido. Ahora me pertenece.

- ¿Asi que por eso "querrias" que la "matarra"?

- Correcto- dijo Violett- Ahora hay que ir por el libro de la luna, el cual estaba en manos de nuestros aliados en Nueva York. Pero que ahora... esta en manos del famoso Conejo De La Luna.

- ¿Y los otros tres?- quiso saber Vanessa.

- El libro de la vida será algo difícil de encontrar. Pero será mucho mas difícil obtener el libro del tiempo y el de la muerte.

- ¿Por que?

- Por que ambos están en manos de un demonio demasiado poderoso como para enfrentarlo. Su nombre es Diego Halliwell.

Vanessa se quedó helada al escuchar eso. De pronto pudo escuchar los latidos de su corazón y la sangre correr por sus venas. Y por supuesto Violett supo eso al ver su expresion.

- ¿Conocéis a Diego Halliwell?- Preguntó Violett con interes.

Vanessa intento decir algo, pero era como si algo dentro de ella le impidiera hablar.

- ¿Vanessa?- preguntó Violett algo inquieta- ¿Que te ocurre?

- He escuchado de él- dijo finalmente con voz temblorosa- Solo eso.

- ¿Como es eso posible?- se extrañó Violett.

- Mi familia paterna, se movía en circulos, no muy... Cristianos- Dijo ella- Conocían cosas. Una de esas cosas era algunos... nombres de los hijos de Lilith.

- ¿Los Lang son...?

- Hechiceros, si- dijo Vanessa con algo de desagrado- O por lo menos la mayoria de ellos lo son

- Vaya- sonrió Violett sorprendida- Jamas lo hubiera pensado, mujer.

- Yo no creo en esas cosas- le recalcó Vanessa.

- Pero estas frente a mi ¿No?- sonrió Violett con ironía.

Aun sonriendo, Violett le dio la espalda a Vanessa y volvió a entrar a la casa.

- Diego Halliwell- dijo Vanessa en voz baja cuando Violett se perdió de vista

Su mente vagó por aquel momento en que sostenía la cabeza de un joven rubio y apuesto, mientras agonizaba sobre la carretera iluminada por la luna.

- Por favor, salvalo- lloraba a ella.

En aquel momento sentía que le apretaban el corazón. Tenia tanto miedo de perder al hombre que amaba, que estaba dispuesta a cualquier cosa.

- Las personas mueren- decia una voz fria y calmada- No se puede cambiar eso, mi hermosa señorita.

Frente a ella solo veia una pequeña silueta humana, en cuya cabeza alumbraban dos antinaturales ojos amarillos.

- Te lo suplico- lloraba ella horriblemente, mientras aun sostenía a aquel joven agonizante- "Harré" lo que sea, te "darré" lo que me pidas, pero salvalo, por favor.

- Debes tener cuidado con lo que ofreces- dijo aquel ser con su mismo tono frio y pasivo- ¿Vale tanto la vida de este humano tuyo?

Ella miró al joven, cuyos ojos azules ya casi se apagaban, luego miró de nuevo a aquel ser.

- Lo vale- dijo ella con firmeza.

- Entonces...- dijo el ser- Yo, Diego Halliwel, acepto tu propuesta.

Ella volvió al presente y tomó aire mientras se secaba una lagrima que habia salido de uno de sus ojos.

- Maldición- dijo angustiada, luego miró la puerta de la casa de Violett- A la mierda con esto- se dijo- Yo me largo de aquí

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