CAPÍTULO V: Stuart Bloom, el consejero del rey.

* Con el ceño fruncido, las manos inquietas y una actitud arrolladora se dirige a la cocina, el señor Stuart Bloom, consejero y amigo personal del rey Artur, diplomático consumado.

*Stuart y el rey Artur se conocen desde la juventud, y Stuart ha destacado por ser siempre leal a la corona, al punto de dedicarse fervientemente a hacer aliados a favor del rey, aún en tiempos de paz, porque según él, la guerra puede estar a la vuelta de la esquina.

*Su hija mayor, Alice, lo seguía con la mirada, Qué he hecho?, se preguntaba para sus adentros. Qué va a hacer mi padre?

*En la cocina se encontraban la servidumbre encargándose de los asuntos de la cena y a cargo de todo < Mila> a quién el señor buscaba.

*Rápidamente cruza miradas toda la servidumbre al ver al señor en la cocina, no era la primera vez, pero su actitud era imponente, los nervios estaban a flor de piel.

-Mila, -dice- con voz profunda y gruesa, acompañeme!

*Inmediatamente, Mila se dirige a seguirlo con la cabeza agachada y con creciente preocupación.

*Salen de la cocina, por la puerta lateral al patio contiguo de la propiedad, corre una brisa suave, las hojas de los árboles caídas en el suelo brindan un espectáculo otoñal de ensueño.

-He conversado con mis hijas, -le comenta, y rápidamente va al grano, - estoy francamente preocupado por Amarilis y sus ideas acerca de su compromiso con el príncipe, ideas que seguramente vienen de tí, -le dice- mirándola fijamente.

*Ella, aún cabizbaja, le responde:

- A qué te refieres exactamente?

*Mila sube poco a poco la mirada hasta colocarse frente a frente y fijarle la mirada.

Stuart, que detesta que lo enfrente, sube la voz:

-Me refiero a las locuras que dice mi hija, de que es la más hermosa, futura reina y todo eso.

-Y no es así? -le dice- con tacto. Ella será la reina, y es obviamente, la mujer más hermosa del reino.

*El la toma de un brazo con fuerza, mientras le dice:

- Tú, como siempre, minimizando todo, pero le llenas la cabeza de estupideces!!. Crees que solamente por ser linda, puede reinar? La puse a tu cuidado como me pediste, -le recrimina a Mila, muy mortificado- Despedí a su institutriz, porque me dijiste que podías hacerte cargo de su educación, -continúa (apretando los dientes), - y a penas converso con ella me sale con que reinará porque es tan hermosa que tiene loco al príncipe. Qué clase de mujer has hecho de mi hija? Una mujerzuela!!! grita.

- Mila lo escucha atentamente, y se suelta de él, luego pasea alrededor del amplio patio, con las manos apretadas por detrás de ella, tratando de no perder la calma.

*Finalmente relaja los brazos y le dice:

- Todo eso es cierto, no lo niego, Amarilis es la mujer más hermosa del reino y ningún hombre se le puede resistir, además le he inculcado modales y etiqueta, lo demás sobra, no te dejes impresionar por Alice, ella está celosa de su hermanita y es lógico, no tiene comparación con mi chiquita.

*Ahora es él quien camina.

STUART: Que no veas la importancia de que Amarilis conozca de diplomacia, política y administración, me preocupa, ahora me pregunto, qué le has enseñado a mi hija.

- Le he enseñado lo que será importante para ella, y no quiero hablar más de este asunto. -dice Mila con autoridad-

*La suave brisa se transforma en viento y las hojas secas empiezan a caer de los árboles.

*El señor Bloom la mira y le dice:

- Cometí un error al despedir a la institutriz, tú solamente la has malcriado, diciéndole todo lo que ella quiere escuchar. A partir de mañana la señora Strong vuelve a enseñarle a Amarilis todo aquello que tú has omitido.

-Te lo prohíbo Stuart, -le dice enérgicamente-, nadie más enseñará a Amarilis, solo yo, que te quede claro.

*El viento se vuelve más fuerte, las ramas de los árboles se mecen de un lado al otro.

-Cómo que me prohibes, -le responde con ímpetu- Tú no me prohibes nada!! -le dice acercándose violentamente-, te recuerdo que ella es mi hija y a pesar de que la quieras como si fuera tuya, recuerda, que ella no es tu hija muerta.

*Un silencio sepulcral invade ese patio, no corre ni la más leve brisa, el ambiente se vuelve tóxico, se hace imposible respirar.

*Ella solamente lo mira con reproche en sus ojos y él invadido aún de adrenalina no le quita la mirada y peor aún, no se disculpa.

*Luego de un momento de lucha de miradas, Mila se va, sale del patio decepcionada, en dirección a su habitación.

*Mientras tanto Stuart se queda un poco más, se sienta en uno de los bancos que están ahí, debajo del árbol, la brisa vuelve a ser tenue y agradable.

*Stuart se lleva las manos a la cara y luego a la cabeza, pensando en la incómoda y desgastante situación.

*Más tarde en la cena, padre e hijas comparten de manera amena, Amarilis pregunta por su nana ya que sorprendentemente no está ahí, sentada a su lado (porque Mila se sienta a la mesa con ellos), y su padre le responde:

- Debe estar indispuesta en su habitación.

- Ahh, bueno ya mismo paso por ahí viéndola. -dice Amarilis-

*No Amy, -dice su padre cariñosamente- no quiero que vayas, mejor descansa, yo pasaré más tarde para ver cómo se encuentra.

-Está bien papi,- le responde de manera engreída-

*Alice lo mira fijamente, no le gusta para nada que su hermana pase tiempo con Mila, peor que su padre lo haga.

*Luego de la cena, Alice sale al jardín para contemplar la luna y la noche estrellada, y escribir sobre ello en su cuaderno de apuntes. Ella disfruta mucho la naturaleza, le apasionan sus misterios.

*Amarilis está en su habitación, buscando el vestuario que utilizará para su próximo encuentro con el príncipe, montará a caballo, quiere escoger un traje de montar que sea cómodo y sexy a la vez, quiere ser deseada por el príncipe, volverlo loco pues.

*Stuart, el señor Bloom, está en su despacho terminando de revisar y firmar documentos pendientes, leyendo las respuestas a las peticiones de apoyo a diversos hombres poderosos del reino, aunque sabe que nadie le dice que no, de todas maneras lee las cartas.

*Sin embargo, en su mente está Mila y todo lo que pasó antes en el patio, así que tal y como lo prometió a su hija, se dirige a su habitación para saber de ella, pero en el camino piensa: No me voy a disculpar, ella está muy altanera, yo soy el patrón, si no me impongo, ella hará lo que quiera y no lo puedo permitir.

*Es un largo camino a la habitación de Mila, pues es la más alejada de la casa, ella así lo quiso desde que llegó ahí, le gusta la privacidad y la relajación ha dicho, por eso ésta se encuentra en el extremo sur de la mansión de 20 habitaciones, entre principales y de servicio, por lo que llegar a ella es un ejercicio obligatorio.

*Al llegar a la habitación, piensa mucho antes de tocar, pero finalmente se decide y toca cuatro veces, (es un código entre ellos). Luego de tocar,

al no recibir respuesta, él mismo abre la puerta y se interna en la habitación de Mila.

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