Capítulo 4

Emanuel llega a su casa un poco complicado, se da cuenta de que Dilara no lo ha reconocido, ni ahora, ni aquella noche.

Le molestó demasiado ver cómo la trataba ese hombre, quería partirle cada uno de sus huesos, cortarle las manos con las que la maltrataba, no entiende por qué ella permite eso y tampoco, cómo su familia no hace nada al respecto, ella merece ser tratada como la reina que es.

Él nunca la ha podido olvidar, tampoco ha olvidado la promesa, la recuerda cada día de su vida y la ha extrañado con fervor, hasta aquella noche que la volvió a ver, esos ojos son inconfundibles, por eso la reconoció a pesar de su disfraz y a pesar de su máscara, él de inmediato supo que se trataba de su Dili, aquella niña hermosa e intrépida que se robó su corazón y que lo forzó a hacer aquella promesa de amor, recuerda con gracia ese momento, eran tan solo unos niños, pero ella quiso sellar ese compromiso; el collar que ella le dio ese día, lo guarda como si fuera el más grande tesoro, es un amuleto que lo acompaña a todo lugar a donde va.

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Los recuerdos de esa noche regresan, su amigo Tadeo le insistió para que asistiera a aquella fiesta, él no quería ir, no le gustan los lugares concurridos, pero ante la insistencia de su amigo decidió acompañarlo; lo que no sé imaginaba, era que allí la encontraría; cuándo entró al lugar, ella sobresalía entre todas las mujeres que allí se encontraban, su disfraz de gatúbela le hacía lucir su perfecta y sexy figura, es una mujer despampanante.

Varias veces en la noche cruzaron miradas hasta que cerca de la una de la madrugada, él decidió abordarla, preguntó su nombre pero ella solo dijo que la llamara gatúbela, él con una sonrisa le dijo que él se llamaría zorro, así es, él iba disfrazado del Zorro, estuvieron juntos el resto de la noche. Como a eso de las cuatro de la mañana, ella le dijo que la llevara a un sitio donde pudieran estar solos, a lo que él le pregunto si quería acompañarlo a su casa y ella asintió.

Una vez en el sitio, Dilara se acercó y lo beso, al principio él se sorprendió un poco pero después le correspondió, la tomó del cuello y se apoderó por completo de su boca, poco tiempo les tomó liberarse de su ropa, Emanuel dejó a Dilara como Dios y su madre la trajeron al mundo, él también está desnudo, pero conserva su máscara, a Dilara esto le pareció tan excitante, que no se la quitó, Emanuel saboreo a Dilara, besó cada parte de su cuerpo. Cuando su miembro estaba a reventar, él intentó entrar en ella pero se le dificultó, grande fue su sorpresa al descubrir lo qué sucedía, era la primera vez de Dilara, enloqueció por ella, lo hizo con un poco más de fuerza pero con mucho cuidado, tratando de lastimarla lo menos posible, con mimo fue limpiando cada una de las lágrimas que rodaban por las mejillas de la hermosa niña que estaba en sus brazos mientras la besaba apasionadamente; poco a poco fue notando como ella lo disfrutaba llegando a un intenso clímax.

Después de varias rondas, Dilara dijo que tenía que regresar a su casa, a pesar de que Emanuel no quería dejarla ir, sabe que debe respetar su decisión; la acompañó hasta su auto, ella no quiso que la llevara.

Después de la noche que pasaron juntos él le perdió el rastro, cuando volvió a verla ella ya estaba con su novio Marcus, así que él decidió mantener la distancia, nunca se presentó delante de ella, en varias ocasiones estuvieron a punto de encontrarse pero él siempre lograba pasar desapercibido. Emanuel ya había notado el comportamiento inadecuado de Marcus, quién a veces era poco caballeroso, pero nunca antes la había agredido físicamente, él no quería que ella estuviera en peligro, por lo tanto, la cuidaba sin ser descubierto, pero en vista de la agresividad de Marcus, esta vez tuvo que dar la cara.

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Luego de darse una ducha, Dilara se acuesta, pero de nuevo no puede quedarse dormida, esta vez no es por los problemas, sino porque no puede sacarse a aquel hombre de la cabeza, está casi segura de que Emanuel y el chico de su primera vez son la misma persona; los recuerdos lujuriosos están vívidos en su memoria, recuerda cada embestida, cada beso, y cada caricia, que aquel hombre le dio, quiere repetirlos, extraña sentir las sensaciones que le provocó, ahora que esos profundos ojos azules tienen rostro, cuerpo y nombre son aún más llamativos.

Por un momento estuvo tentada a ser tan atrevida como la primera vez, pero era más fácil cuando ambos estaban disfrazados, además que la situación que vivió esta noche y que presenció Emanuel fue bastante desagradable.

○ Pero qué rayos estoy pensando, acabo de terminar una relación y aún no estoy preparada para comenzar una nueva, de hecho falta hacer el cierre total con Marcus, Emanuel es muy guapo efectivamente, pero yo necesito sanar antes que nada, esta vez debo hacer las cosas de la manera correcta.~~Dilara trata de poner sus pensamientos en orden, no puede actuar impulsivamente, quiere al menos entablar una relación de amistad con Emanuel, pero acaba de caer en cuenta que no se dieron el número de contacto.

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Marcus llega a su casa e inmediatamente llama a Clara, quién es enfermera, necesita de manera urgente atención médica, pero no quiere ir a un hospital, si su padre se entera de su estado, estará en serios problemas, por lo cual decide conformarse con la atención que le pueda dar Clara en casa.

Clara llega, y al ver cómo se encuentra Marcus, llora desesperadamente, pero Marcus se enoja y la reprende, le ordena que lo atienda y ella rápidamente agarra su botiquín y comienza con las curaciones; cuándo Marcus le cuenta lo que ha pasado la mujer enfurece.

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