5° EL DESPERTAR DE UN ALFA.

Zenya.... Al ver al hombre que entró en aquel viejo despacho con olor a humedad pude darme cuenta de que ese maldito era el padre de Nicolay pues hay en su aroma un toque de la esencia de su hijo.

Oh, dios Zenya. No te dejes llevar por el pánico, repetía una y otra vez en mi cabeza pues el hombre no me quita la mirada de encima y pareciera que puede traspasar las diminutas ropas que me han puesto.

Hice una larga y profunda inhalación, mientras precisaba mis manos contra mi cuerpo tratando de cubrir mis pechos y jalando hacía bajo la diminuta falda de cuero para intentar cubrir un céntimetro más mis desnudas piernas.

Alexander... Caminé hacia la jaula en la que se encontraba aquella mujer con esas diminutas vestiduras y el deseo se hizo presente en mi cuerpo, su aroma en verdad es embriagante además de tener una exótica belleza parece ser una mujer fuerte, intente acariciarle la piel, pero esta se negó rotundamente arrinconándose al fondo de dicha jaula aun cuando los barrotes causan fuertes estragos en su piel, aun así ella se niega a ser tocada por mí.

Al ser el jefe de un clan tan poderoso como el mío muy rara vez tango que esforzarme por tener a una mujer, por lo regular estas suelen rogar por estar una sola noche en mi cama, pero esta mujer ni siquiera me conoce y ya se esta negando a mí.

¡La quiero!

Le dije a Faddei, mientras veía como cambiaba la expresión en el rostro de la joven mujer.

Faddei.. Jajajaja

Esa sí que es una sorpresa querido amigo pues no me esperaba que decidieras adueñarte de una joya tan especial como lo es esta Shalott, pero que no se te olvide que el precio que pediré por ella es bastante alto pues no cualquiera puede presumir de poseer una joven Shalott y mucho menos una que aun conserva su virginidad.

Déjame decirte que eso implica un costo adicional pues serás el primer hombre en su cuerpo y por lo consiguiente en su corazón.

Alexander.... Pagaré lo que sea por ella!

Zenya.... Sentí como mi estómago comenzó a revolverse por el asco que me genera semejante crueldad, hablan de mí como si fuera un maldito cacho de carne.

El ardor en mi piel me obligó a alejarme de los barrotes haciendo que estuviese más cerca de las garras de ese bastardo.

Alexander... Lo vez preciosa solo era cuestión de esperar, yo sabía que tu cuerpo no aguantaría por mucho tiempo, le dije mientras tocaba uno de sus pechos.

Zenya..... ¡No me toques maldito perro!, le grité mientras le escupía la cara, de tener libres mis manos te juro que en este momento disfrutarías de un muñón en esa mano maldito bastardo!

Mis lágrimas estaban a punto de asomarse, pero me mordí tan fuerte los labios que pude sentir el sabor a hierro en mi boca pues al parecer he mordido tan fuerte mis labios que los he hecho sangrar, pero aun así no pienso mostrarme débil y ante este monstruo.

Soy la hija de mi padre y hasta la muerte mantendré mi frente muy en alto haciéndole honor a su nombre y a su memoria, pensé antes de responderle.

Pues tendrás que esperar sentado maldito porque jamás me volverás a poner un dedo encima eso te lo juro.

Alexander..... JAJAJAJA

Preciosa al parecer aún no te has dado cuenta de tu posición y de con quien estás hablando, pero no te culpo pues en tu ciudad los jefes de los clanes que conoces suelen ser bastante débiles y por eso que no sabes la mano dura con la que les enseñó a respetarme.

Pues podrás ser la mujer más hermosa del mundo, pero bastaría con una orden mi para que solucionemos ese pequeño detalle y jamás te atreverías a ver tu reflejo en un espejo por el resto de tus días y te aseguro que ningún hombre se atrevería a mirarte a la cara no en mi país.

Por si no lo sabes Rusia es un país con los más altos estándares de belleza en una mujer, ¿qué crees que pasaría contigo en caso de perder tu belleza física?.

Quiero que te quede muy claro una cosa....

¿Cuál es tu verdadero nombre?.

Ya que no pienso ir por el mundo divulgando que eres una Shalott.

Zenya... Guarde silencio aun cuando escuche perfectamente lo que ese desgraciado me estaba preguntando, no le respondí nada.

Pero un ruido ensordecedor acompañado de un intenso ardor en mi mejilla me saco de mis pensamientos.

Alexander.... Te he hecho una pregunta y espero tu respuesta.

Faddei.... Amigo no es necesario que maltrates la mercancía, después de todo aún no he recibido el pago por ella y de negarte a aceptarla a mis clientes no les gusta que la mercancía esté manipulada por alguien más antes de la compra.

Le dije pues hay algo en la mirada de la joven que me ha hecho sentir un poco de lástima.

Alexander.... Sujete fuertemente el cuello del maldito ogro el cual se sorprendió por mi reacción.

Faddei que sea la última vez que me interrumpes cuando estoy hablando con una de mis mujeres entendiste?.

Le dije mientras lanzaba su asquerosa humanidad hacia un lado para abrirme paso hacia una de las viejas paredes en la cual se encontraba la antigua caja fuerte, pues cabe mencionar que este castillo tiene siglos de haber sido construido por mi abuelo y ahora yo soy la tercera gemación que lo ha habitado junto con los bosques de los alrededores que me he encargado de llenar de diversas especies de seres mágicos que aportan con su granito de arena para que mi imperio sea cada día el más grande y poderoso que haya existido jamás en la tierra de los humanos.

Abrí la antigua caja fuerte y saque de sus adentros unas monedase oro las cuales eche en un moral para pagar por la mercancía que se me ha ofrecido.

Espero que esto cubra el precio total de la mercancía, le dije a Faddei mientras le arrojaba el morral al suelo.

Faddei.... Maldito bastardo engreído, de no ser porque sus amistades son mis mejores clientes ya estarías acompañando a tus enemigos en la parte trasera del castillo.

Cabe mencionar que Alexander a pesar de presumir del avance de los tiempos y la tecnología él aún suele colgar a sus enemigos a la vista de todo el mundo que se atreve a pasar por estas tierras.

Es un espectáculo espantoso y difícil de observar cundo no tienes la sangre fría, pues la gran mayoría de los desventurados son seres mágicos los cuales son inmortales y tardan semanas o a veces meses en sufrir una larga agonía hasta que sus espíritus deciden dejar sus cuerpos.

El simple hecho de pensar en ello un escalofrío recorrió mi cuerpo haciéndome reaccionar agachándome para recoger aquel morral con las monedas de oro, pero mi desconfianza me ha llevado hasta donde estoy así que lo abrí y me puse a contar las monedas una a una frente a la cara de Alexander, el cual me miraba con desprecio.

Lo ciento querido amigo, pero cuentas claras amistades largas.

Alexander... Serví una copa del fino vino que guardaba en una de las gavetas de mi despacho y la bebí mientras ese maldito desconfiado contaba su paga.

Tome asiento en el fino asiento de piel reclinable mientras observaba minuciosamente a la mujer que esta misma noche se convertirá en mi mujer.

Cambiando de tema, cuál es el nombre de la mujer Faddei?.

Faddei.... No me creas, pero en el momento en que su padre daba sus últimos suspiros escuche que la llamaba Zenya, quiero pensar que ese es su verdadero nombre.

¿No es así Shalott?.

Zenya.... Gire la cabeza hacia el otro lado evitando responder su pegunta pues me da náuseas el simple hecho de pensar que ese bastardo diga mi nombre.

El recuerdo de mi padre me quebró completamente pues de no ser por mí, él ahorita estaría a mi lado impidiendo que estos malditos me hicieran daño.

Recargue un poco mi cuerpo hacia atrás, pero el ardor de mi piel me hizo enderezar la espalda pues los barrotes causan fuerte daño en mi piel, maldito sea Deril!.

Por tu culpa es que me he convertido en presa fácil de estos monstruos mientras que tú estás disfrutando de tu maldita vida perfecta rodeado de tu gran familia, mientras que yo estoy aquí condenada a soportar a este perro desgraciado y todo por tu estúpida idea de darme a beber de tu sangre, pensé mientras me llenaba de rencor hacia Deril el cual es el culpable de todo lo que me está pasando.

De no haberme dado a beber su sangre mi cuerpo no tendría esta reacción con la plata y hubiese podido escapar y ayudar a mi padre.

Pesaba mientras me concentraba en regenerar mi cuerpo lo más pronto posible para poder escapar de ese maldito lugar pues no pienso dejar que ese perro me ponga un dedo encima.

¡ Primero lo mato!

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