Capítulo 19 Furia

Narra Alex

Dejo a Samanta sola y furiosa en el jardín voy directo a mi habitación

- ¿Dónde estabas? – pregunta Elena

- Dando una vuelta – le explico

- Fui a ver algunas amigas – me comenta lo que hizo ella

- Umm, está bien – asiento sin prestar atención

- Alex porque no lo intentamos – me dice ella y yo estoy perdido en mis pensamientos

- ¿Alex…? ¡Alex! – habla ella con un tono de voz fuerte para llamar mi atención

- Si está bien – le respondo

- Quieres hacerlo ¿de verdad? – me pregunta Elena acercándose a mi desabrochando mi camisa

Con la calentura de hace un rato mi cuerpo reacciona inmediatamente, de verdad quisiera poder darle a esta mujer todo lo que ella merece, pero tengo una culpa moral que no me deja, sin contar que la mujer que me descontrola está afuera, me disculpo con Elena y me suelto de sus caricias.

Pasan algunos días y ya me he reunido con los socios, para ellos está claro que yo asumiré de nuevo la presidencia y se les ve complacidos, hoy es el inicio de mi nueva vida, desayudo temprano, cuando aún nadie se ha levantado, el inútil de Robert nunca madruga así que todo será más fácil, subo a mi camioneta, pero esta vez no manejo, he contratado seguridad para mí y para Elena, no pienso dejarme ver con la guardia baja esta vez. Subo a la oficina y veo que Eva ya ha llegado, me reúno con ella y hablamos de la organización que llevaremos juntos, una hora después llega Robert

- ¿Qué haces en mi oficina? – pregunta el enfadado

- ¡buenos días hermano! – lo saludo con ironía

- Eva llama a seguridad para que saquen a este tipo de aquí – le exige a Eva y ella me mira

- Estas equivocado Robert, el que debe salir de aquí eres tu – le hablo con la mayor calma posible

- ¡Soy el dueño! – exclama

- ¡Yo también! Acaso no recuerdas que somos hermanos de sangre – la hablo con furia

- ¡largo de mi oficina! –grita molesto

- Puedes gritar, pelear, ordenar, es más, puedes llamar a las autoridades si lo deseas, pero ahora soy el nuevo Ceo – le digo lanzándole el acta de su destitución

- ¿Qué es esto? – pregunta sin entender

- Esto, esto querido hermano es el comienzo de tu descenso, así que debes irte de mi oficina – le explico mientras me siento para abrir el computador y comenzar a trabajar he ignorar su presencia

- Esta es mi empresa, no puedes sacarme – grita

- O sí que puedo, además hermano esta empresa está en la quiebra, solo quiero ver que puedo salvar del trabajo de años de papa y mío, claro está, ahora sal que yo si debo producir

- Esto no puede estar pasando – dice Robert golpeando su cabeza

- Ha, se me olvidaba hermano, necesito que firmes esto – le digo sin mirarlo y dándole un documento

- ¿Qué es esto? – me pregunta

- Es la demanda de todo lo que me debes – le explico

- Yo no te debo nada - responde sorprendido

- ¿Oh no? Entonces creo que me equivoque de ladrón, discúlpame hermano – hablo con sarcasmo e ironía

- No sé de qué hablas – responde

- Eres imbécil Robert o te haces– exclamo – te aprovechaste de mi accidente y te quedaste con todo lo de papa

- Siempre decías que no te importaba el dinero de mi padre – explica

- No solo te adueñaste de lo de mi padre, sino que también me quitaste mi propia empresa – le hablo con odio mientras me acerco a él enfadado

- Estabas muerto – explica su punto

- Que conveniente ¿no? – respondo sin darme cuenta que estoy a punto de revelar mis sospechas

- Mira Robert, ahora estoy vivo y quiero todo lo mío de vuelta, ahora largo de mi oficina – le ordeno

El me observa con odio y sale furioso, minutos después le pido a Eva que empaque sus cosas para que sean enviadas a casa, me concentro en ordenar todo para comenzar a dirigir lo realmente importante

- ¡Alex! – la voz de Samanta me saca de mi concentración

- ¿Qué quieres? – pregunto sin levantar mi rostro y con molestia por su presencia, pues eso me recuerda la discusión con su padre esta mañana

- ¿Qué ha sucedido? – pregunta ella

- No te interesa – le respondo furioso y sin mirarla

- Está bien, me alegra que estés tomando la dirección de la empresa – dice una palabras que me desarman y en ese instante levanto mi rostro para verla, pero a imagen que proyecta me desconsuela

- ¿Qué te sucedió Samanta? – le pregunto muy furioso

- No es nada, yo lo solucionare – me dice dando la vuelta para salir

No sé qué paso por mi mente o mi corazón, pero sin pensarlo me levanto y voy directo a ella y le doy un abrazo

- ¿estás bien? – le pregunto sin soltarla

- Ahora lo estoy – responde ella devolviendo mi abrazo y eso me hace dar cuenta de mi estupidez

- Eres mi sobrina y sabes que no tienes por qué dejar que alguien te golpee – le explico y ella me observa con sus ojos tristes

- ¡gracias tío! – me dice burlona

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