Narra Alex
Paso parte del día en la oficina de John Harris, es indispensable organizar cada detalle del proceso que iniciare en contra de Robert, quiero que ese cretino se quede en la ruina, el no conocía la parte despreciable de mí, pero esta vez no seré ningún idiota, ya no me mueve el sentimiento por Samanta, ni por papa, eso es una carta a mi favor, carta que jugare con todo lo que tengo, esta vez será todo diferente, si alguna vez estuve reacio a quedarme con algo de papa, esta vez me quedare con todo lo que me pertenece por derecho, ese malnacido ya ha disfrutado demasiado y es hora de pagar con creces su estupidez, lo que me molesta es que debemos entablar una demanda por homicidio e intento de homicidio y eso lo pondrá alerta, será un poco más difícil conseguir las pruebas
- Vamos a celebrar tu regreso de la tumba – me dice John con alegría
- Está bien – no me niego más a si insistente invitación
Salimos de edificio y vamos a una bar nuevo y que es muy concurrido actualmente, nos sentamos en la barra lejos de la muchedumbre, pedimos dos copas de whisky y conversamos
- ¿Crees conveniente que pueda volver a casa de papa? – le pregunto a John
- Sería bueno esperar al menos unos días para no poner en sobre aviso a tu hermano – me explica
- Está bien – respondo
Conversamos de su vida, de sus hijos y nietos; hablamos también lo que ha sido mi vida estos últimos años, le cuento la verdadera historia o al menos la que papa me conto, él se queda sorprendido de escuchar esta parte de mi vida que parece sacada de una película de comedia, me ausento para ir al baño y al pasar observo la pista y mi mirada se queda fija al ver a Samanta con Max, mi cuerpo se calienta, no sé si de rabia, celos, amor u odio, solo sé que mi cerebro arde como volcán en erupción y la ira me penetra como agujas en todo mi cuerpo, se ve tan feliz la muy maldita, pero esas sonrisas que ahora le dirige a su flamante esposo se las hare tragar, porque yo he venido a descontrolar la vida de toda esta maldita familia. Me escondo entre las personas y tomo mi teléfono, escribo un mensaje esperando que ella aun conserve su mismo número, espero que termine su baile, cuando observo que se dirigen a su mesa y Samanta toma su celular, lee el menaje y comienza a buscar con su mirada el objeto de su intriga, veo como su mirada y expresiones, se vuelven oscuras e interrogadoras. Me escondo aún más y no me dejo ver, en ese instante me ingresa un mensaje “¿Quién eres?” lo dejo en visto he inmediatamente bloqueo el número y boto el celular a la basura.
Voy al baño donde juago mi cara para calmar un poco la ira que me tiene ardiendo, salgo y me escabullo a donde estaba inicialmente, me despido de John y voy directo a casa. Llego y veo a Elena acostada con Abi
- ¿Cómo te fue? – me pregunta
- Muy bien, creo que todo será más fácil de lo que esperaba – le contesto con optimismo
- Me parece perfecto – dice ella levándose para darme un abrazo e intentar darme un beso, cosa que no rechazo, pero mi cuerpo se siente extraño después de haber visto la mujer que tanto ame alguna vez
- Vamos a descansar, mañana volveremos a la casa de mi padre – le cuento, sé que John me dijo que no era conveniente, pero me importa un carajo, no pienso esperar más para comenzar a destruirlos
- ¿Tan pronto? – pregunta con nervios
- Así es, no pienso quedarme viviendo de la caridad de nadie, cuando tengo donde vivir – hablo con arrogancia
- Está bien – responde Elena
Nos acostamos y ella rápidamente queda dormida, pero mi cuerpo se niega a descansar, a mi mente llega todo tipo de recuerdos y memorias de ella, esta era la parte que quería evitar, pues esa mujer puede tener la capacidad de hacerme perder mi autodominio, pensé que ella era asunto pasado, pero verla hoy tan hermosa y sensual, incluso más que antes, el ser mama la ha vuelto una mujer de verdad, ahora su cuerpo se ha moldeado más, han aumentado sus hermosos montes, maldita sea, en que momento me fije en eso, instintivamente mi cuerpo comienza a reaccionar y me invade una dureza entre mis pantalones, me levanto y me doy una ducha para bajar la calentura.
Llega la mañana y con ella el agite de volver a empacar las cosas que habíamos traído
- Lleva solo lo necesario – le digo a Elena a quien veo afanada por no dejar nada
- ¿Pero y las cosas de Abi? – pregunta ella con tristeza
- Tú y aby tendrá las mejores cosas, de ahora en adelante ustedes serán las reinas – le digo con un abrazo
Salimos de la casa, no sin antes despedirnos de Juan y agradecer todo lo que hizo por nosotros, tomamos un taxi y vamos directo a casa, llegamos en cuestión de una hora y tocamos, al abrir me recibe María una de las empleadas más antiguas de la casa.
- ¿Alex…? – pregunta ella con miedo, como si estuviera viendo un fantasma
- ¡hola! ¿Cómo has estado? – le saludo con alegría, pero ella sigue inmóvil, así que me acerco y le doy un abrazo para que vea que no es un espejismo lo que ve
- ¿Pero cómo? – pregunta ella llorando
- Después te cuento todo, por ahora necesito instalarme en mi casa – le hablo con cariño, pues ella es una de las personas que más aprecio
- ¿puedes llevar a mi esposa a mi habitación? – le indico
- Lo siento Alex, pero esa habitación está vacía – comenta con melancolía
- Está bien, llévala alguna de las habitaciones de huéspedes por el momento – le pido
- Claro que si – responde maría
- Ve con ella y acomoda las cosas por el momento – le digo a Elena con un beso en su frente
Me quedo inmóvil observando esta enorme casa, jamás pensé que extrañaría vivir aquí, pero esta casa está llena de recuerdos que me hacen sentir en mi hogar, me dirijo a la sala en donde veo juguetes regados por todos lados y en una esquina observo un pequeño de unos dos años, quien creo es el hijo de samanta y Max, me acerco para agacharme y alcanzar un poco su pequeña estatura
- Hola pequeño – le saludo y el solo me observa y se ríe
- ¿Alex…? – escucho la voz de Samanta en mi espalda, así que me levanto con firmeza y supremacía
- ¡Samanta Jones, es un gusto verte sobrina! – le respondo con arrogancia y sarcasmo
- ¿Eres tú? ¿Pero cómo? – pregunta ella asustada y en ese instante pierde el conocimiento
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Comments
Diana Quintero
Alex no puede juzgarla, ella sufrió demasiado por el y por el abuelo 😪😪😪
2023-08-04
24
Martha Padilla
No la juzgues sin antes escucharla Alex, por favor no te precipites.!!!
2023-03-11
2
Victoria Ruiz
Pero hagan las investigaciones pertinentes primero antes de hacer la demanda...
2023-02-11
1