Capítulo 7 Eligiendo una nueva vida

Narra Alex

Los meses ha pasado y mi recuperación es todo un éxito, el funcionamiento de mi rodilla no es el cien por ciento, pero si ha mejorado, hace meses me estoy quedando con Elena en un pequeño apartamento, pues mi hotel se fue a la mierd@ debido a mi querido hermano, sino fuera porque Elena tenía dinero guardado, no sé cómo hubiéramos sobrevivido.

- ¿Cómo te sientes? – pregunta Elena quien me acompaña siempre a mis terapias

- Casi estoy como nuevo – respondo con una sonrisa

- Papi, cargo – me dice la pequeña Aby estirando sus brazos para ser cargada

- Aby ya te he dicho que no le digas papa, él es tu tío Alex – le explica Elena

- Déjala, me encanta que me diga así, claro, si no te molesta – le digo mientras juego con mi princesa

- Está bien – me responde ella y la rodeo con mis brazos, le debo la vida a esta mujer

- Elena, desde hace algún tiempo he estado contemplando una idea en mi mente – comento lo que me ha rondado por tanto tiempo

- ¡Dime! – responde ella

- A ti, te gustaría… umm, no sé qué piensas si te ofreciera formar un hogar para Aby– hablo con cautela

- ¿Qué? No entiendo – responde sorprendida

- Sé que eres una mujer muy precavida y que en todo este tiempo solo te has dedicado a Aby y a mí, cosa que te agradezco con todo mi ser, es por eso que me gustaría que nos casáramos, al menos me gustaría darle Aby un hogar, creo que eso le gustaría mucho a Marcus – le propongo lo que creo será un desfachatez para ella

- ¿es enserio Alex? – me pregunta incrédula

- Si, que mejor opción que tú y yo juntos, te debo la vida, eres mi mejor amiga, eres mi confidente, toda mi confianza esta puesta en ti y solo en ti, sin contar que Aby me adora y necesita un padre – le explico mi lógica

- No lo sé Alex – responde dubitativa

- No quiero que te sientas presionada, si no quieres podemos dejarlo así – le hablo panificadoramente

- ¿Y bajo qué condiciones? – me pregunta

- Las que tú quieras – le respondo

- Alex yo no quiero solo un padre para Aby, quiero un hombre en mi vida, no sé si tu estés dispuesto a darme eso – me responde cabizbaja

- Elena, no sé si pueda darte esa parte de mí que ha muerto, ame una vez en mi vida y esa persona se encargó de destrozar mi parte más romántica por decirlo de alguna manera, puedo ofrecerte toda mi amistad, comprensión, protección y cariño fraternal, menos amor, igual una relación en una pareja se basa en la comunicación, la confianza, al amistad y la honestidad, tu y yo tenemos todo eso – digo lo que creo es verdad pues no puedo ofrecer amarla, no creo poder

- Déjame pensarlo ¿te parece? – me responde

- Me parece bien – respondo

Vamos a un parque donde pasamos la tarde entre juegos, dulces y risas, no puedo evitar pensar como sería mi vida si fuera Samanta en vez de Elena, sería el hombre más feliz del mundo, no se si mi amor por ella aún persiste o si es la necesidad de odiarla, solo sé que una vez que comience mi plan para recuperar todo lo que me pertenece y que Robert me ha robado, ella, Samanta será una de las afectadas y eso no debe de ser un obstáculo, en todo este tiempo no he querido ni ver una foto suya, sea en las revistas o donde sea que la pueda encontrar, doy gracias al cielo que estamos a miles de miles de kilómetros de distancia, sumado también a que tenemos un océano de por medio.

- Ya he hablado con un amigo para que nos reciba al llegar – dice Elena sentándose a mi lado junto con Aby que se está quedando dormida

- Ven dámela, yo la llevare – le digo a Elena mientras estiro mis brazos para llevar a mi princesa

- ¿Pero tu rodilla? – me dice ella con duda por mi afección

- ¿No confías en mí? – le reprocho

- No es eso, no quiero que te lastimes – me dice ella con su mirada en el piso, la tomo de la barbilla y le hablo

- Me siento perfectamente bien y todo es gracias a ti – le hablo serenamente mientras deposito un tierno beso en su frente

- Ok – responde ella – ¿cuándo partimos?

- Sería perfecto volver en 3 semanas – respondo con firmeza

- ¿Ya sabes que harás? – pregunta por mi plan

- Creo que si, por el momento, llegaremos y nos quedaremos unos días en casa de tu amigo, mientras hablo con mi abogado, quien estoy seguro podría morir de un infarto por mi regreso, él es el único que me puede dar un informe del estado de los bienes de papa y los míos, luego quiero que tengas claro que viviremos bajo el mismo techo que Robert y su esposa, es ahí donde comenzare a hacerle la vida imposible a ese maldito – le explico lo tengo planeado en el momento

- Si me caso contigo, me gustaría hacerlo antes de volver – dice Elena tomándome por sorpresa

- ¿Eso es un si? – le pregunto con alegría, puede que no la ame, pero si deseo compensar en algo la muerte de mi amigo

- Si – responde con nerviosismo

- Gracias, gracias por dejarme ser parte de tu familia – le respondo con abrazo que hace que Aby se despierte debido a mi efusividad

- Solo quiero lo mejor para los 3 – dice ella con su cara roja

- Te parece si lo hacemos solo civil, nada religioso, para que sea más rápido – propongo

- Por mi está bien – dice ella con entusiasmos

Las dos semanas pasan veloz y ya estamos parados frente al juez que oficiara nuestra unión, comienza dando unas palabras sobre la importancia de la unión para culminar con las palabras “puede besar a la novia” en un principio no era mi interés besarla, ya que nuestro acuerdo se basa en formar un familia, pero sin forzar las cosas, sin embargo, hoy es una excepción, me acerco a ella y la rodeo por la cintura para atraerla hacia mí, deposito mis labios sobre los suyos y la invado, puedo sentir como sus nervios van en aumento, hasta que ella se relaja y pone sus brazos alrededor de mi cuello y se deja llevar.

Salimos directo para la casa para brindar, pasamos un buen tiempo con Aby, hablamos de planes a futuro y las posibilidades que hay ante nosotros. Llega la noche y con ella el momento crucial, Elena sale del baño en un hermoso conjunto de encaje, no puedo negar que es una mujer hermosa, pero a mi mente llega los recuerdos de Marcus y mi cuerpo tiembla, siento como si lo estuviera traicionando, sumido en mis pensamientos, no me percato de su cercanía, se sube sobre mis piernas y comienza a besar mi cuello, pero mi cuerpo se tensa de inmediato

- Lo siento, lo siento, no puedo – le digo bajándola de mi regazo

- ¿Es por Samanta? – me pregunta con sus ojos llorosos

- Perdóname, no es por ella, es por Marcus, no puedo evitar sentir que lo estoy traicionando

- Lo lamento, tal vez no me veo lo suficientemente provocativa para ti – solloza

- Perdóname Elena, eres hermosa y realmente estas encantadora, pero mi mente se invade de los recuerdos de Marcus, de lo mucho que te amaba y eso me hace sentir culpable, siento que al menos esto – digo señalándonos – esto, tu y yo sería una ofensa a su memoria

- Está bien, sé que el tiempo nos ayudara – dice ella secando sus lagrimas

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