Capítulo 5 Todo un parto

Meses después…

Narra Sam

Estoy con solo 35 semanas de embarazo y mi bebe se ha adelantado, estoy tan nerviosa, los médicos dicen que es antes de tiempo y que podría tener complicaciones

- Sam hija debes calmarte y respirar con calma, cuenta hasta 10 – dice mama al tiempo que una contracción me hace estremecer del dolor

- ¡Duelo mucho, mama! – grito

- Hija solo es momentáneo – responde ella

- Quiero ver a mi hijo, por favor doctor que todo salga bien – le hablo histérica

- Tranquila señora Samanta, el ritmo cardiaco del niño está bien, solo falta que su dilatación aumente, solo está en 5 – me habla con calma

- ¿y cuánto falta? – pregunto un poco más tranquila pues ha pasado la contracción

- Debe llegar a 9 de dilatación para comenzar el parto – explica

- ¡Maldita sea, si es esto siento que me voy a partir en dos no me imagino en 9! – digo con desanimo

- Hija todo se te pasara cuando veas el rostro de tu bebe – menciona mama y eso me hace sentir ilusión

- ¡que sea ya! – grito nuevamente acompañada de otra contracción

Pasa al redor de una hora y por fin mi dilatación aumento, lloro y grito del dolor, me arrepiento de no haber permitido que me anestesiaran, soy una idiota.

- Samanta ¿Cómo vas? – pregunta Max entrando a la habitación

- Max por favor quiero la anestesia – le suplico

- Lo siento señora Samanta es tarde para eso – explica una enfermera que ingresa después de Max

- Por favor – lloro y ruego

- Samanta debes calmarte, todo pasara – me consuela Max

- Señor debe salir – le dice el medico obstetra encargado de mi parto

- Tu puedes Samy – me dice Max antes de salir

- Señora Samanta es momento de que conozca su bebe, escúcheme con calma

- Hahaha – vuelvo a gritar de dolor y pujando

- Debe calmarse y respirar profundamente, no puede pujar sin que yo le indique que debe hacerlo, puede asfixiar al bebe

- Cada contracción viene con una sensación de pujar involuntaria – le explico con mi llanto

- Debe controlar su cuerpo, ahora respire profundo, viene otra contracción

- Hahahaha – grito al tiempo que apretó la mano del médico con fuerza para evitar pujar

- Ahora sí, recuéstese un poco más y con la próxima contracción va a pujar con todas las fuerzas que tenga, ¿de acuerdo? – me habla en un tono muy sereno que me ayuda apaciguar mi histeria

- Está bien – asiento

- ¡Ahora! – me ordena y comienzo a pujar con mis piernas bien abiertas

- Hahahahahahaha – grito y hago toda la fuerza posible, siento como me rompe mi piel

- Respire y una vez más, ¡puje con fuerza! – da otra orden

- Hahahahaha – grito y pujo como loca y escucho solo silencio

- Felicitaciones, es un hermoso niño – dice el doctor

- ¿Porque no llora? – pregunto con miedo

- Tranquila mama, no todos los bebes lloran al nacer – me explica una de las enfermeras

- Aquí tiene su bebe – me dice el doctor al tiempo que lo pone sobre mi pecho desnudo

- ¡hola bebe! ¡hola mi pequeño! – lo saludo con lágrimas de alegría

- Ahora lo llevaremos para asearlo – me dice la enfermera

- Quiero tenerlo – sollozo del dolor al tener que separarme tan pronto de el

- Mama es indispensable, asearlo para poder pesarlo, revisar su estado, tomarle la talla y luego lo pasaremos a la habitación

Luego de ser apartada de mi bebe, el me médico me indica que debo pujar nuevamente para expulsa la placenta, esta vez es menos doloroso y más rápido, luego me cambian de ropa y me suben a una camilla para ser llevada a la habitación, al entrar veo que ya mama tiene a su nieto en brazos ante la mirada de Max y mi padre.

- ¡Es hermoso! – dice mama llorando

- ¡Felicidades! – dice papa acariciando la cabeza del bebe

- Gracias Robert – responde Max

- Se parece a… – habla mama, pero no termina su frase ya que papa la silencia de inmediato

- A nadie, aún está muy bebe como buscarle parecidos – reniega mi padre

- No importa a quien se parezca, es el niño más hermoso del mundo – hablo con determinación y estirando mis brazos para que mama le de

- Nuestro hijo es hermoso – dice Max acercándose a nosotros y una sensación de tristeza invade mi corazón al imaginar cómo sería si Alex estuviera con nosotros, como sería el como padre, es una pregunta que nunca tendrá respuesta

- Debes alimentarlo – habla mama

- Si – respondo – por favor déjenme sola

- Esperaremos afuera – dice Max

Mama me explica cómo debo acomodar la cabeza del bebe para que puedo tomar con sus labios el pez0n, mueve su hermosa carita en busca de su alimento, es tan especial ver como por instinto intenta succionar su leche casi sin éxito, pues es algo nuevo para él, cuando por fin lo logra siento que no sale nada

- Mama no sale leche – le digo con tristeza

- Es normal hija, él bebe debe estimular las glándulas mamarias al succionar, al principio saldrá poco, pero será lo suficiente como para saciarlo, luego serás como una vaca – me explica y ambas reímos con gracia.

Han pasado dos días desde que el pequeño Liam nació, ya nos han dado de alta y es hora de ir a casa, esta vez me quedare por un tiempo con mis padres para que mama me ayude con lo que no sé.

Llegamos y voy directo a mi habitación, pero es imposible no hacer una pausa ante la puerta del cuarto que antes era el de Alex y que hoy en día esta vacío, un sentimiento de nostalgia, dolor y melancolía me invade al tiempo que abrazo fuerte a mi bebe “Alex te prometo que este bebe será el más feliz del mundo” hago una promesa al viento esperando que sea elevaba y llevada a su presencia

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